la fia abre un procedimiento de revisión
Vettel, el piloto con el chaleco amarillo, bajo la amenaza de una mayor sanción
La FIA ha utilizado la Fórmula 1 como vehículo de sus campañas por la seguridad vial y los fallecidos en accidentes de tráfico, y el propio Vettel ha sido uno de los protagonistas
La Federación Internacional de Automovilismo anunció ayer que no da por cerrado el capítulo de Sebastian Vettel en el Gran Premio de Azerbaiyán, y que analizará de nuevo "las causas del incidente para evaluar si fueran necesarias acciones adicionales". Al margen de lo que suceda en este apartado, su comportamiento en Bakú sigue modelando un determinado un perfil que, con el tiempo, puede lastrarle su categoría como piloto.
Un botón no hace muestra, pero varios incidentes ya protagonizados por el piloto alemán empiezan a marcar su figura. Michael Schumacher, con Australia 94, Jerez 97 o Mónaco 2006 es un ejemplo de las luces y las oscuras sombras de un campeón. En el caso de Vettel, sus ya conocidas salidas de tono cuando la realidad no se amolda a sus deseos dieron un salto cualitativo en Bakú.
El Gran Premio de Turquía de 2010, el famoso 'Multi 21' con su compañero Mark Webber, sus repetidos exabruptos por la radio en 2016, rematados por aquel famoso ataque a Charlie Whiting en México ("¡aquí va un mensaje para Charlie: Vete a tomar por…!") revelan a una exasperada personalidad que contrasta con su carácter aparentemente afable. Las victorias forjan la leyenda de un piloto, pero también las zonas oscuras acompañan toda la vida y, por muy tetracampéon que sea Vettel está forjandose la suya.
Choca con la filosofía que 'vende' la FIA
Jean Todt ha emprendido desde que llegó a la FIA una intensa campaña por la seguridad vial y la reducción de los accidentes de tráfico, el verdadero eje de su mandato. El programa 'Road for Safety', impulsado por su presidente ha sido integrado para su visibilidad en la competición automovilística y, especialmente en la Fórmula 1, para transmitir sus valores al gran público. Los pilotos han de llevar sus adhesivos, fotografiarse con las pancartas antes de los grandes premios, colaborar en sus campañas… De hecho, varios pilotos de Fórmula 1 aparecían en 2016 fotografiados con chalecos amarillos de seguridad en carretera y el membrete 'Stay Bright' en su pecho, una campaña para la visibilidad, especialmente destinada a los niños. Entre ellos, estaba el mismísimo Sebastian Vettel.
¿Qué hará entonces finalmente la FIA con Sebastian Vettel? ¿Dejará pasar una acción que choca frontalmente con los valores que con tanto ahínco está defendiendo Jean Todt a través de la propia F1? ¿ Habrá una dura sanción al piloto alemán, afectando a un campeonato del mundo cada vez más intenso? Porque el ejemplo lanzado hacia millones de espectadores de todo el mundo no puede ir más en contra del espíritu que propugna el presidente de la FIA. Y también plantea el interrogante de qué vara de medir se utilizaría si, en vez de Vettel, el piloto se hubiera llamado Grosjean, por ejemplo.
Tras el episodio de México del pasado año, Vettel tuvo que disculparse por carta inmediatamente con Charlie Whiting para evitar una fuerte sanción. Lo consiguió. Pero no fue el caso en esta ocasión. Como agravante podría jugar en contra la reacción del alemán después de la carrera. “Antes partío que doblao”. “La Fórmula 1 es para hombres, me puse junto a él y tuvimos un pequeño contacto. No estaba muy contento con el ‘brake-testing’. Me puse en paralelo y levanté mi mano para decirle que no era esa la forma de hacerlo” declaró después de la carrera. Recordaba la misma postura adopatada tras el “Multi 21” de Malasia.
"Las opiniones son como las narices"
“Me encanta la emoción y la controversia en torno a la carrera y los dramas de Baku”, escribía en Twitter el comentarista de Sky Sports, el ex piloto Martin Brundle. Las opiniones son como las narices, todos tenemos una, y es algo nuevo”. Y, efectivamente, también entre los especialistas hay disparidad de opiniones e interpretaciones. Empezando por la del propio Brundle. “Si Vettel hubiera sacado a Hamilton como comisario le hubiera sacado de la pista también. Es una lucha a 300 km/h por el campeonato, no tiene nada que ver con la conducción en carretera. Los comisarios acertaron (con la sanción), no hubiera excluido o prohibido correr a Vettel por un incidente (a paso de tortuga), los hemos visto muchos peores sin “further action”.
Más contemporizador si cabe se ha mostrado el siempre polémico Jacques Villeneuve, receptor de la maniobra de Schumacher en Jerez 1997, que consideraba “muy diferente” a la de Vettel (a 10km/h)", y confesaba sentirse identificado con el alemán si otro piloto le hubiera hecho lo mismo que Hamilton. Sin embargo, Villeneuve pensaba que Vettel “no había tenido intención de golpearle, tenía una mano al volante y le miraba señalándole con el dedo. No golpeas con las ruedas giradas así, rompes tu propio coche, y con una mano, si quieres golpear a alguien, lo haces con las dos al volante” “Es el equivalente a un cabezazo en el fútbol”, comparaba benignamente Eddie Jordan, “nunca puedes tomarte la justicia por tu mano”, pero quien también explicaba que la sanción de cuarenta segundos (incluyendo la entrada en boxes) podría ser un castigo suficiente. “Si hay que añadir un castigo mayor, depende de tu punto de vista”.
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Es ahora cuando todos los ojos miran hacia la FIA, cuya decisión se conocerá antes del Gran Premio de Austria, anunciaba el comunicado de la FIA. Porque, si como bien apunta Martin Brundle “todos tenemos una opinión como tenemos una nariz”, se trata de cuál es la 'opinión' institucional. Quizás ayude mirar a la fotografía de Sebastian Vettel con su chaleco amarillo por encima del uniforme de Ferrari. Como si de un conductor normal y corriente se tratara, que es lo que parece que tanto gusta a la FIA..