Un juez investiga a Slaughter y Panko por sus pasaportes ecuatoguineanos
El titular del Juzgado de Instrucción nº27 de Madrid quiere interrogar a ambos jugadores, que dejaron la Liga Endesa en verano y ahora juegan en Turquía y Francia
Slaughter dejó el Real Madrid en verano (Alberto Martín/Efe)
El juez del Juzgado de Instrucción nº27 de Madrid está investigando a los jugadores Marcus Slaughter y Andy Panko por un posible delito de falsedad de documento público por irregularidades en sus pasaportes. Según informa el diario 'ABC', el juez quiere interrogarlos, para lo que ha cursado una comisión rogatoria a Turquía y Francia, países donde residen. Ambos jugadores dejaron la Liga Endesa en verano y ahora juegan en el Darussafaka y en el Nancy, respectivamente.
El caso salió a la luz en mayo del año pasado, cuando se descubrió que los pasaportes ecuatoguineanos de ambos jugadores tenían el mismo número (AA001616). Tanto Slaughter, jugador del Real Madrid por aquel entonces, como Panko, jugador del Montakit Fuenlabrada, consiguieron un pasaporte de Guinea Ecuatorial, país africano que está dentro del Acuerdo de Cotonou, lo que les permitía dejar de ocupar plaza de extracomunitarios en las plantillas de sus equipos. Panko no llegó a ser inscrito como ecuatoguineano, pero Slaughter sí. El pívot estrenó su pasaporte en la Copa del Rey 2015 celebrada en febrero y mantuvo la condición de ecuatoguineano hasta justo antes de los 'playoffs', cuando el Real Madrid volvió a inscribirlo en la liga como estadounidense,
Fue la Federación Española de Baloncesto (FEB) la que descubrió las irregularidades y las puso en conocimiento de la ACB y el Consejo Superior de Deportes (CSD), que pasó la información a la Policía para que lo investigara. Ahora, el juez que lleva el caso quiere interrogar a ambos jugadores después de analizar los certificados de nacionalidad solicitados a Guinea Ecuatorial.
Ante la proliferación de pasaportes comunitarios y Cotonou en la Liga Endesa, el CSD modificó la normativa a final de la pasada temporada y fijó los criterios interpretativos de la cláusula primera del marco de contratación firmado por la ACB, la FEB y Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP). Desde entonces se exige vínculos personales, familiares o deportivos.