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el vallista español habla con el confidencial

Orlando Ortega: "¿La plata olímpica? Sigo siendo el chico que juega a la Play y ve series"

Ser subcampeón olímpico no ha cambiado la vida a Orlando Ortega más allá de ser más reconocido por la calle. Aborda el Europeo de Belgrado con la final como objetivo... y otra medalla en mente

Orlando Ortega, en su última carrera en Madrid (EFE)

Aquella noche lluviosa de Río de Janeiro cambió la vida de Orlando Ortega. La plata, en realidad, era un paso más de una transformación personal de meses, pues tomar una nueva nacionalidad siempre es un momento de inflexión para una persona. Era una tarde especialmente difícil, pero el agua importa menos a quien tiene una técnica muy depurada. Ortega salió escopetado, no tiró una sola valla en toda la competición y terminó sacando de los Juegos Olímpicos una medalla. En aquel momento, la primera española en atletismo desde la conseguida por Joan Lino en 2004.

"Te pasan tantas cosas por la cabeza que lo único que te interesa es celebrarlo a lo grande", explica Orlando Ortega a El Confidencial. "En mi caso, fue eso lo único que pensé, el resto realmente no me importaba, yo no me preocupo por pasar a la historia, sino por hacer las cosas bien y ser mejor persona cada día", cuenta. El caso es que su celebración, espontánea, fue también una de las más recordadas de los Juegos para la afición nacional.

Miró al cielo, cogió una bandera española enorme y, con los ojos llorosos, se enfundó en ella para dar la vuelta al estadio. Era una llamada de atención, quien no le siente como propio, un fenómeno no tan inusual, podía empatizar más con él gracias a ese gesto. "No fue algo que pensara, no dije 'voy a hacerlo', simplemente se dio y si me sigen reconociendo por aquello cuando me retire será maravilloso", apostilla el velocista.

Raúl Chapado, presidente de la federación de atletismo, decía hace unas semanas a El Confidencial que hay que poner en valor lo que aportan los nacionalizados al deporte español. No son solo títulos o medallas, como es el caso de Ortega, sino también experiencia y enseñanza a sus compañeros. Esto, importante, es algo que no siempre encuentra el retorno en los aficionados, que pueden llegar a valorar más la medalla de, por ejemplo Ruth Beitia, por ser una atleta nacida y crecida en el país. "No me gusta compararme, ni mucho menos, pero yo me siento como si hubiese nacido aquí. Estoy feliz aquí, la gente me apoya mucho, tengo grandes amistades y compañeros que están pendientes de mí, preguntándome siempre cómo estoy. Te puedo decir que me siento maravilloso de estar aquí, muy contento", remarca el atleta.

Aceleración para Belgrado

Es lógico pensar que la vida da un vuelco cuando se gana una medalla olímpica. Se pasa de ser un atleta a un triunfador en una carrera que dura menos de 15 segundos. El trabajo de años, los madrugones y las interminables series, cobran repentinamente un nuevo sentido. Ortega, por el momento, no ve grandes cambios. "Sigo siendo igual, el mismo chico que le gusta jugar a la Play, el mismo chico que le gusta ver películas, series, salir y compartir tiempo con las amistades. Los que han tenido la posibilidad de conocerme antes se han dado cuenta de que sigo siendo el mismo atleta", comenta. Hay, eso sí, un pequeño cambio en su vertiente deportiva: "Ahora en los entrenamientos tengo mucha más motivación, me siento más motivado para conseguir más resultados como este".

Sí que nota, lógicamente, que el anonimato ahora no va con él. En la presentación del equipo todo el mundo quería hacerse una foto con el campeón, hablar con él un rato. "Sí, me conocen más, creo que es lo normal. Siento mucho apoyo en este hermoso país, tanto en Madrid, como en Valencia, como en el resto de España en general. Hay muchos aficionados que me siguen y a los que tengo que dar las gracias por estar ahí", dice, educadísimo, Ortega.

Ortega, bajo la lluvia en los Juegos (EFE)

En Belgrado tiene la oportunidad de conseguir más resultados como el de Río. Será en el Campeonato de Europa de Pista Cubierta, la nueva ocasión de celebrar la normalidad para Orlando Ortega. "Me siento bastante bien, estoy tranquilo, en buena forma, como han demostrado los resultados. Feliz y contento, ansioso por llegar allí y ver qué pasa", contesta el cubano de nacimiento. No le gusta, eso sí, echar las campanas al vuelo o pasarse en sus promesas. "Llegar a la final, ese es el principal objetivo, luego allí ya luchar por la medalla". Lo cierto es que acude con la segunda mejor marca de todos los participantes, solo superado por el británico Andy Pozzi, y ya ha demostrado sobradamente ser un gran competidor.

La fisionomía de la prueba a la que se enfrenta, eso sí, es muy diferente a la que le dio la gloria en verano. No son 110 metros, son 60, prácticamente la mitad, y eso hace que el juego cambie. "En comparación, esta es una carrera muy rápida, te ahorras 50 metros con respecto al verano y es una prueba muy potente, tienes que cambiar la aceleración a gran velocidad", analiza el vallista. Lo que no cambia es la manera de afrontar el reto. "Yo lo veo igual que todo, hay que salir y dar el máximo desde el inicio", comenta Ortega.

España, con ilusión

El atletismo español está en un momento de recuperación. Después de años de crisis, económica y deportiva, se empiezan a ver signos de mejora. La dificultad de los mundiales, donde Europa se encuentra cada vez más en problemas para sacar resultados, hace del campeonato continental el evento perfecto para dejarse ver y sacar buenos resultados. Las perspectivas, muy buenas, con siete atletas entre los tres primeros de sus ránkings en un equipo amplio que combina juventud, veteranía y mucha calidad.

Estos serán los primeros grandes campeonatos de Raúl Chapado como presidente de la federación. En los últimos días ha extendido el contrato de Ramón Cid, director técnico, dos años más, pues considera que las cosas están saliendo bien. La última prueba, los campeonatos de España de hace quince días, tuvieron un nivel de competición que casi no se recordaba.

"Nuestro nuevo lema es 'Pasión por competir', porque es el concepto que pretendemos inculcar en el equipo para acercarnos al gran público, para que los aficionados puedan sentirse orgullosos de sus atletas, aunque los resultados no salgan", decía Chapado en la presentación del equipo. Ese "aunque los resultados no salgan" no es más que una venda, porque en realidad sí hay ambición de resultado. No en vano, la idea es quedar entre los cinco países con mejores resultados

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