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NO HA TRABAJADO REGULARMENTE DESDE 1997

Jerry Seinfeld o el arte de forrarse tirado a la bartola

Ni Mayweather tiene tanto ojo para las gangas

Jerry Seinfeld durante el monólogo 'Jerry before Seinfeld' (Netflix)

Dicen en la calle que Jerry Seinfeld ha vuelto, pero en realidad no lo ha hecho. O, para ser preciso, ha vuelto en la forma de Jerry Seinfeld, que consiste en ganar un pastizal trabajando muy poquito.

Lo nuevo del cómico de Brooklyn es un monólogo de una hora en Netflix, al que sumará otro más adelante, por los que percibirá 100 millones de dólares. Es una actuación simpática, con mucha tijera en el montaje, que ni remotamente responde a la expectativa creada. Seinfeld llevaba veinte años sin permitir que sus contadas actuaciones sean grabadas, de modo que cuando anunció este ‘Jerry before Seinfeld’, su legión de admiradores perdimos los papeles: ¿qué joya de la comedia habrá madurado Seinfeld en todos estos años?, nos preguntábamos.

La respuesta es ninguna.

La gracia es que Jerry regresa al The Comic Strip, un garito de monologuistas neoyorkino donde se foguearon estrellas como Eddie Murphy, Jimmie Fallon, Louis C.K. o Tom Hanks, y donde no había actuado desde finales de los años 70. Y aprovecha la ocasión para recordar sus inicios que fueron, punto por punto, los mismos que cualquiera de sus compañeros cómicos: muchas horas de trabajo, pagos en especie y ese poso de psicopatía que antes o después anida en aquellos que viven de hacer reír a los demás. La diferencia es que la historia de siempre, si tiene que ver con Seinfeld, inmediatamente vale cientos de millones de dólares. A sus 63 años (sí, 63), contemplando su carrera con perspectiva, tenemos que admitir que Seinfeld hace dos décadas que relegó su faceta de cómico por otra mucho más lucrativa: la de agente de Jerry Seinfeld.

Desde que 'Seinfeld', la serie, echase el cierre en 1997, Seinfeld, el creador, ha estado tirado a la bartola, recibiendo periódicamente duchas de efectivo que le han permitido, por ejemplo, amasar una de las mayores colecciones de coches Porsche del mundo. El actor ha reconocido que tiene cerca de cincuenta vehículos de la marca, primero en un hangar del aeropuerto de Santa Monica y después en un garaje personal que le ha salido por 1,4 millones de dólares.

Antes nos reíamos de Seinfeld, ahora es al revés (Wells)

Las cifras que maneja el Seinfeld 'post NBC' son estratosféricas. Solo en 2004 ganó 264 millones de dólares por los derechos de 'Seinfeld', a los que hay que sumar otros 400 millones por las sucesivas sindicaciones de la serie. En los años posteriores, sin prodigarse demasiado, siempre ha estado entre los tres cómicos mejor pagados de Estados Unidos. Tan potente es su imagen que Apple le comparó con Einstein y Picasso en uno de sus anuncios, y pocos años después su competencia, Microsoft, le dio 10 millones de dólares por anunciar Windows Vista junto a Bill Gates. Cameos, anuncios y participaciones diarias en las series de sus amigos le han bastado para vivir holgadamente sin sudar demasiado. Ante semejante panorama, ¿quién querría madrugar para pasarse el día en un set de rodaje?

A grandes rasgos, en estos veinte años, Seinfeld solo ha levantado el culo del sofá por dos proyectos. El más ambicioso, 'Bee Movie' (2007), fue una película de animación poco inspirada que, no obstante, recaudó tres veces más de lo que costó. Lo último que ha hecho, 'Comedians in cars getting coffee' (2012-2017) es una serie de mini entrevistas a cómicos que nació sin modelo de negocio (cuelga los episodios gratis en internet) pero que finalmente también ha comprado Netflix. Tal es su capacidad para convertirlo todo en oro que incluso un proyecto personalísimo como este, basado en juntar coches, café y comedia, sus tres grandes pasiones, termina con el presidente de Estados Unidos partiéndose de risa en un Corvette del 63. Para colmo, entre sus episodios inéditos, se encuentra la última aparición televisiva de Jerry Lewis, fallecido el pasado mes de agosto.

"Era completamente feliz cuando trabajaba en The Comic Strip, porque con tener para comprar una barra de pan ya tenía para sobrevivir y hacer mis monólogos, que era lo que siempre he querido hacer", dice Seinfeld en su nuevo producto, recordando unos tiempos que no volverán, porque aquel Jerry está sepultado bajo una montaña de dólares. Lo que nos queda es un cómico brillante pero sin ambición, de vuelta de todo, ideal para que Netflix monte otro teatrillo nostálgico a su alrededor como los de 'Stranger Things' o 'Glow'.

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