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este viernes se estrena en españa

Oscar 2016: siete motivos para ver 'La gran apuesta' y otro para leer el libro

Una gran historia. Un gran reparto. Y una gran apuesta. Este viernes llega a las salas una película que narra las vivencias de quienes previeron la crisis, apostaron contra el mundo... y ganaron

'La gran apuesta'

Aquí está. Este viernes se estrena en España 'La gran apuesta'. Posiblemente ya habrán leído o escuchado algo de ella. Es una película que narra hechos reales. Más exactamente, hechos financieros reales. Basada en el libro del mismo título (en inglés, 'The big short') escrito por Michael Lewis y llevada a la gran pantalla por el director Adam McKay, cuenta con motivos de sobra para ir a verla. Sobre todo, si ya han leído la obra de Lewis. Y si no lo han hecho... aún existe un último motivo, muy poderoso eso sí, para que la lean.

['Spotlight', Oscar a la mejor película, Leonardo Di Caprio, Oscar por su papel 'El renacido' y Alejandro González Iñárritu, mejor director]

1. Una historia espectacular. El libro de Michael Lewis es prácticamente un guion cinematográfico. Por la trascendencia de los hechos que narra, por la personalidad y las características de los protagonistas y por la enorme historia que relata, con un puñado de inversores apostando contra el mundo... y ganando. Con tan buenos mimbres, hubiera sido un delito no hacer una película que esté a su altura. Y McKay, director y también guionista junto con Charles Randolph, no comete ese delito.

2. El cine y las finanzas se llevan bien. ¿Cine y finanzas juntos? Sí, así es. Destierre los prejuicios que pueda tener. Gordon Gekko, el personaje interpretado por Michael Douglas, ya demostró que ambos mundos encajan en las dos partes de 'Wall Street'. Pero es que en los últimos tiempos, y a rebufo de la crisis, las salas han recibido nuevas entregas de cine financiero. Una de ellas, en forma de documental, ha sido la cruda pero obligatoria 'Inside Job'. Otra, que en este caso mezcla ficción y realidad, es la magnífica 'Margin call', con un elenco impresionante de actores, con Jeremy Irons y Kevin Spacey al frente. También resulta aconsejable una película, posiblemente menos conocida, titulada en español 'Malas noticias', basada en el interesante libro 'Too big to fail' de Andrew Ross Sorkin, y que cuenta con actores como James Woods o Paul Giamatti.

Aquí no hay fantasmas. Ni zombis. O mejor dicho, sí los hay. La crisis llegó porque hubo muchos fantasmas y muchos zombis que no sabían que lo eran

3. No se confunda: terror disfrazado de humor. Es uno de los méritos de Lewis, aunque fundamentalmente representa el principal acierto de la adaptación de McKay. 'La gran apuesta' arranca sonrisas al espectador con sus diálogos, sus giros, sus puestas en escena y la forma de ser de los personajes. Logra que te lo pases bien viendo la película. Pero, cuidado, aunque esté revestida de humor, en realidad lo que el espectador está contemplando es una historia de auténtico terror. Aquí no hay fantasmas. Tampoco zombis... O mejor dicho, sí los hay. Porque a la crisis se llegó porque hubo muchos fantasmas... y muchos zombis que no sabían que en realidad estaban muertos. Y la película -como el libro- así lo refleja.

4. Atención continua... y aprendizaje constante. 'La gran apuesta' no sirve solo para pasar un buen rato. Requiere atención. Porque contiene conceptos económicos y financieros. Porque lo que cuenta es una historia real con consecuencias muy serias y, sí, también muy reales. La vida real es lo que tiene, que requiere atención. Lejos de suponer un obstáculo, esta característica de la película constituye una poderosa razón para verla, puesto que no solo se disfruta, sino que además permite aprender. Y mucho más, porque ofrece lecciones -ojo, no todas las que se deben sacar de la crisis, pero sí algunas de las más valiosas- que ojalá permanezcan en el tiempo.

5. Cameos soberbios para 'dummies'. Aunque McKay y Randolph, como guionistas, cuentan con un fantástico material para hacer la película, tampoco lo tenían fácil por la complejidad de algunos de los términos financieros que Lewis maneja en el libro. El autor, claro está, cuenta con párrafos y páginas para explicar esos conceptos, un margen que, lógicamente, no tenían los guionistas. Pero resuelven esta cuestión de manera magnífica. Emplean como recurso unos cameos de personajes famosos que introducen como paréntesis para explicar los términos que son más difíciles pero que, a la vez, resultan imprescindibles para comprender lo que cuenta la película. En especial, hay dos soberbios: uno para explicar cómo empaquetaban los bancos los títulos respaldados por hipotecas de diferente calidad -esos paquetes responden a las siglas CDO- y otro para explicar las titulizaciones sintéticas o CDO sintéticos.

No lo olvide. Son hechos reales. Cuidado con reírse de los personajes por raros que parezcan, porque fueron ellos quienes se rieron de la soberbia del mundo

6. ¿Bale? ¿Carell? ¿Gosling? ¿Pitt? No, Burry, Baum, Vennett y Rickert. Sí, 'La gran apuesta' es una película. Y tiene actores. Y vale la pena verla porque lo bordan. Sobre todo Christian Bale, en el papel de Michael Burry, y Steve Carell, en el de Mark Baum. Pero es que, además, Ryan Gosling -Jared Vennett- está en su salsa en el personaje que interpreta y Brad Pitt -Ben Rickert- también resulta convincente. Con el aditivo fundamental de que cada uno de ellos se somete a su correspondiente camuflaje -no faltan las pelucas, las gafas, las gorras o los ojos de cristal- para que el espectador tenga muy presente que no está viendo a Bale, Carell, Gosling o Pitt, sino a Burry, Baum, Vennett o Rickert. Y cuidado, no olvide que los hechos son reales y que estos son los personajes que ganan. Cuidado con reírse de ellos. En realidad, han sido ellos lo que se han reído de la soberbia del mundo.

7. Metallica, Led Zeppelin, Pantera... ¡caña de la buena! Un relato tan 'heavy' como el de Lewis y una película tan trepidante como la de McKay no podía contar con una banda sonora 'blandita' ni meliflua. Y no lo hace. La escena de Christian Bale encerrado en su despacho y degustando el mítico, contundente y arrollador 'Master of Puppets' de Metallica u otra en la que desahoga su frustración aporreando la batería en su garaje al son del 'By demons be driven' de Pantera representan una auténtica descarga de adrenalina que realza la dimensión de la película.

+1. ¡Pero, por favor, lean el libro! Hay motivos de sobra, por tanto, para ver la película. Pero hay otra razón, muy poderosa, para no contentarse con verla, sino también para leer la historia. Porque el libro lo tienen ahí. Se puede encontrar en muchas librerías. Y vale muchísimo la pena. Michael Lewis es, posiblemente, el mejor relator de historias financieras de las tres últimas décadas. Desde su fabuloso 'El póquer del mentiroso' ('Liar's poker'), se ha convertido en un autor indispensable, aunque en los últimos años se ha desatado con los ya igualmente aconsejables 'Boomerang,' 'Flash boys' y, por supuesto, 'La gran apuesta' ('The big short').

Pero es que, además, en este caso conviene leer el libro porque la película se toma licencias que no reflejan completamente lo que Lewis cuenta en sus casi 350 páginas. Si, por ejemplo, ya ha leído el libro, puede que se sienta perdido en el transcurso de la película con el nombre de algunos de los personajes. Y es normal, porque McKay cambia algunos de ellos. Mark Baum es, en realidad, Steve Eisman, y lo que le ocurre personalmente en la ficción no fue lo que le pasó en la realidad. Tampoco identificará a Jared Vennett, porque en el libro -y en la realidad- se llama Greg Lippman... Y lo mismo ocurre con otros personajes. Además, y lógicamente, Lewis puede entrar en una serie de detalles y de definiciones que la película no puede permitirse para mantener el ritmo, el interés y no extenderse en el metraje. Si no ha leído la obra de Lewis, al ver la película conectará mejor con los auténticos protagonistas y con todo lo que el autor narra.

Invierta su dinero en la película. Pero, por favor, si puede y aún no lo ha leído, inténtelo con el libro. Eso sí que será una gran apuesta.

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