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  1. Cultura

COMISARIO DE LA SALA B DE LA FILMOTECA

El hombre que rescata las películas españolas que (casi) nadie ha visto

Álex Mendíbil excava en las tripas de la Filmoteca para encontrar los títulos más extraños y desconocidos y rescatarlos

Extracto del cartel de 'Alicia en la España de las Maravillas'. (Cedida)

Una película llamada 'Chispita y sus gorilas' (1982), en la que la protagonista, Chispita (Macarena Camacho), una especie de niña prodigio al estilo de Marisol que jamás llegó a despegar, canta toda la "fabada, lentejas y tortilla" que quiere comerse mientras busca a su madre, presuntamente muerta en un accidente de tráfico. Otra titulada 'Un día en el triángulo' (1984), de Fernando de Bran, una sátira sobre la movida madrileña y las peleas entre punks y modernos que hoy nadie conoce. O 'Alicia en la España de las Maravillas' (1978), del catalán Jordi Feliú, una crítica feroz contra el régimen franquista que pasó por Cannes con buenos comentarios, pero que hasta hace nada estaba casi desaparecida. Todas estas son películas rescatadas por Álex Mendíbil para su sesión Sala:B, una propuesta cultural que persigue desenterrar ese otro cine español que languidece a la espera de que lo redescubran. Una vez al mes, en la sala pequeña del Cine Doré de la Filmoteca, Mendíbil programa sesiones dobles con algunos de estos títulos que, desde los márgenes, también forman parte de la historia del cine español.

El pasado 23 de septiembre Sala:B celebró la sesión número 50 de un proyecto que nació en 2017 y que, desde entonces, ha proyectado ese 'cine B' que languidece en alguna esquina del archivo de Filmoteca, fuera del circuito de retrospectivas, ciclos y reposiciones de cine de autor. Son, normalmente, proyectos de bajo presupuesto, cine de serie B, títulos de fantaterror, destape y, en general, todos aquellos títulos ninguneados porque nacieron de espaldas al sistema. Además, en el trabajo de la Sala:B hay una labor material, analógica, de arqueología del cine, que añade un plus de romanticismo a esa labor divulgativa de la cultura popular que no aparece en los grandes libros.

Álex Mendíbil con su colección de películas. (A. M)

"Yo siempre he sido muy aficionado a ir a la Filmoteca y siempre me había llamado mucho la atención la Sala 2, porque tiene un aire como de cineclub o de cine porno, incluso", explica Mendíbil. "Pensé lo genial que sería que hubiese un programa fijo de cine de serie B, como lo hay en otras filmotecas, como la Cinémathèque Française, o muchos cines en Estados Unidos dedicados exclusivamente a los reestrenos de cine de culto. Era como un sueño que pensé que no se podía hacer. Pero, cuando llegó Carlos Reviriego —al que conocía de haber coincidido en una película que hice, 'Undo infinito' (2013), uno de estos 'little secret films'— para llevar la programación de Filmoteca, le escribí un 'e-mail' sin mucha fe de que aquello prosperase y, contra todo pronóstico, le encantó la idea y en unos pocos meses lo organizamos todo".

Ese "todo" empieza con una lista que propone Mendíbil con todas esas películas que ha visto o de las que ha oído hablar y sigue con una visita al Centro de Conservación y Restauración, en Ciudad de la Imagen (Madrid). Allí conservan todas las copias registradas, de mejor o peor calidad, se localizan y se valora su estado apto o no apto para proyectarse. Las copias que quedan muchas veces son de mala calidad, ya bien porque son muy antiguas o porque las han tratado muy mal. "Porque este tipo de películas llegan a la Filmoteca después de haber pasado en su época por todos los cines de barrio, de haberse machacado en cines horribles y de estar llena de empalmes. También porque, por ley, para hacer el depósito legal todas las películas deben entregar una copia a Filmoteca, y estas películas, que eran de muy bajo presupuesto, dejaban la peor copia que tenían", aclara.

Sala:B celebra sus 50 sesiones. (Filmoteca)

"También me ha pasado que me he encontrado con la única copia que existe de algunas de las películas, y no puedes ponerla porque no hay negativos ni otro tipo de material y, si se destruye o se daña, la peli se pierde. Se llama copia de preservación. Y no se puede proyectar". Hay algunos casos en los que, incluso más allá del título, Mendíbil no ha encontrado ni un mísero fotograma, como con 'Garum (Fantástica contradicción)' (1988), de Tomás Muñoz; 'Denver' (1985), de Carles Balagué, o 'Al Hollywood madrileño' (1927), de Nemesio Sobrevila.

Una vez determinado si el título puede salir de las tripas del archivo, Mendíbil lo visiona en una moviola —la máquina que antiguamente se utilizaba para montar las películas en celuloide— y allí determina si el 35 mm o el 16 mm o el 8 mm tiene una mínima calidad para proyectarse en público. "La mitad tampoco las puedo poner; muchas han perdido los colores o están rojas. Hubo unos años entre los 60 y los 70 en los que no sé qué pasó con el material de Kodak y Fuji, que se han degradado muchísimo. A partir de los 80, ya bien. Este mes, por ejemplo, vamos a poner 'El buque maldito', de Amando de Ossorio, que es una película muy conocida y que ya hay ediciones en Blu-ray que están mucho mejor que la copia que tenemos nosotros en 35 mm, que está roja".

Los archivos del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca. (Álex Mendíbil)

Una de las grandes rarezas que ha caído en manos de Mendíbil buceando en los archivos ha sido la de 'Alicia en la España de las Maravillas'. "La fui buscando por lo que leía en los periódicos antiguos. No la había visto ni en fanzines ni nada. Es una película superpolítica, muy a saco, muy surreal, con muchas secuencias delirantes. En su época fue a Cannes y tuvo muy buenas críticas y, en España, bajo el paraguas del cine S, se estrenó gracias a que había acabado ya la censura, pero pasó sin pena ni gloria. Creo que fue porque era muy salvaje e iba en contra del sistema político, de la religión, del independentismo… contra todo, a saco".

Con la programación de Sala:B, Mendíbil no quería ir a lo fácil, a los clásicos de toda la vida, a los nombres más conocidos, como Paul Naschy o Jess Franco. Buscaba algo que tuviese un recorrido más largo y que justificase que la Filmoteca participase, que no fuese exclusivamente algo popular. A veces relacionan su programa con la actualidad y otras con algún ciclo que programen en la propia Filmoteca. Cuando se ha hecho un ciclo de Juan Antonio Bardem, por ejemplo, han proyectado 'La campana del infierno' (1973), una de las películas malditas del cine español, cuyo director, Claudio Guerin Hill, murió en pleno rodaje al despeñarse de un campanario, por lo que tuvo que terminarla Bardem.

Para Mendíbil, en Francia tratan el cine de serie B con más interés que en España porque, en la 'nouvelle vague', Godard, Truffaut y el resto reivindicaron mucho el cine de bajo presupuesto americano. La Cinémathèque siempre ha puesto en valor el género. En Estados Unidos, por otra parte, la serie B es una industria muy importante que mueve mucho dinero. Pero no en España, a pesar de que muchos de los grandes directores de nuestra cinematografía comenzaron su carrera con proyectos de bajo presupuesto. "Da igual si era un 'spaghetti western' o un péplum. Bardem, por ejemplo, hizo cine casi 'giallo' en 'La corrupción de Chris Miller' (1973), con Jean Seberg y Marisol. Fernando Fernán Gómez hizo 'Manicomio' (1954). Berlanga hizo comedias de bajo presupuesto...", enumera.

Un fotograma de 'La campana del infierno'.

Hay un caso muy particular que es el de Jess Franco, cuya carrera fue a la inversa en este sentido. "Él empieza en la Escuela Oficial de Cine y se rodea de los mejores compañeros de clase —era más o menos de la quinta de Bardem, de Berlanga, de Saura—, y, al principio, había mucha expectativa de ver qué hacía. Esperaban que fuese un director de prestigio", analiza. "Pero empezó haciendo una primera película muy de serie B, 'Tenemos 18 años', una comedia que se ríe de películas como 'La chica yeyé' o el cine juvenil ñoño estilo Pili y Mili, y se estrena con esta peli punki en la que mete terror, ciencia ficción y de todo. Además, él venía de un entorno muy intelectual y había trabajado en ocasiones de ayudante de Berlanga y Saura, entre otros —luego con Orson Welles—. Y, como la película tuvo muchas críticas y nadie apostó por él, Franco se automarginó y empezó a hacer películas cada vez más libres y más baratas y más locas. Y se fue de España y acabó haciendo cine 'superunderground' por hacer lo que él quería".

Pero existe mucho cine de serie B en España más allá de Franco y Naschy. "También hemos puesto los cortos de Pierrot, que me parece una figura muy a reivindicar. Él empezó siendo fan de Paul Naschy e iba a los primeros festivales de Sitges de finales de los 60", explica. "Luego pasó a hacer un fanzine que se llamaba 'Vudú' y, además, tenía mucha relación con el mundo 'drag' y 'queer' de la noche barcelonesa. Por un lado hacía de maestro de ceremonias en espectáculos de travestis y luego tenía mucho contacto con el cine de terror y fantástico. En esta revista mezclaba travestismo, cabaret y cine de terror y ciencia ficción. Él trabajó en algunas pelis de Paul Naschy, pero, sobre todo, hizo una serie de cortos muy desconocidos. Y podría haber sido el Paul Morrisey o Kenneth Anger español. Tiene, por ejemplo, 'Mistress Drácula', que es de un Drácula travesti. Años 60-70. España. Estética 'trash'. Mucha música pop. Imagínate lo transgresor que era. Eduardo Guión, que es un tío que lo conoció y que guarda sus cortos, vino aquí con ellos y los proyectamos en 8 mm o 16 mm".

'Escalofrío' (1978), protagonizada por Sandra Alberti, en uno de los programas de Sala:B. (Cedida)

Otro caso de material escondido es el de Juan Carlos Olaria, un director con una historia muy atípica detrás. En 1976 dirigió 'El hombre perseguido por un ovni', una rareza de ciencia ficción española protagonizada por Richard Colin y Lynn Endersson sobre —no hay que ser muy avispado— un hombre —un escritor de novelas 'pulp'— al que un ovni lo persigue para secuestrarlo. Olaria financió su película con el dinero de su padre y la rodó entre 1972 y 1973, con lo que tenía a mano. Incluso, entre medias, tuvo que hacer la mili en San Clemente Sasebas, en Girona. "La película se descubrió en los 2000 y algo y salió en DVD. Ahora es bastante de culto", admite Mendíbil.

"Pero resulta que él tenía otra película de los años 80, 'El diario rojo'. Tenía las latas debajo de su cama. Jamás se había proyectado porque el tío se la había enseñado a un distribuidor y este la había puesto a parir. Como es un hombre modesto y frágil, la metió debajo de la cama y nunca se vio", revela. "Hoy tiene Olaria tiene 80 y muchos años. Unos amigos la proyectaron en Barcelona y luego yo se las pedí. Había hecho cortos —algunos los hemos proyectado—; luego 'El hombre perseguido por un ovni', que era de vocación más popular, y, finalmente, 'El diario rojo', un melodrama más en serio, en blanco y negro, más 'nouvelle vague', rodado en Barcelona, la historia de una chica que se queda embarazada en una violación y no quiere contárselo a su novio y tal. Es una película muy rara y con una sensibilidad muy especial, porque empieza como un melodrama urbano y termina como una película de terror. Después de que la proyectásemos, la Filmoteca se ofreció, como hace en muchas otras ocasiones, para guardar el material y preservarlo en buenas condiciones".

Cartel de 'El hombre perseguido por un ovni'. (Cedida)

Muchas de estas películas perdidas las encontró Ramón Rubio, un trabajador de Filmoteca ya jubilado. "Durante muchos años ha ido por cines que cerraban y que tenían un sótano lleno de latas, asociaciones culturales, casas de herederos de directores, colegios, recopilando esos negativos y copias para que no se perdiesen. Ramón empezó a hacer esto cuando no era tan lógico lo de preservar las películas", explica. "Cerezo, por ejemplo, ha conseguido todo su capital de películas comprando los negativos a gente que no las quería en aquella época porque no había una idea de preservación. Ahora, por fin, ya sí la hay".

Pero en Sala:B también han empezado a programar películas actuales que podrían considerarse serie B y que en España son una anomalía, puesto que no existe apenas circuito para su distribución. "Hemos proyectado algún documental sobre directores clásicos de serie B, pero también hemos puesto 'Call TV' (2017) de Noberto Ramos del Val y la pusimos con un ‘giallo’ antiguo, para ver cómo se conectaban. No hay muchos casos como el de Norberto, que ha encontrado la manera de actualizar de serie B. Tiene muy buena mano con los actores y ha dirigido a gente como Ana de Armas o Ana Rujas antes de que fuesen tan conocidas. Vamos a ir metiendo poco a poco películas nuevas, pero, sobre todo, queremos darle valor al archivo de Filmoteca y permitir que la gente conozca el patrimonio tan valioso que guarda".

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