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  1. Cultura

las decepciones

Radiohead, Robe Iniesta, Leonard Cohen… Los peores discos del año

Los artistas más prestigiosos decepcionan en un 2016 con poca chicha musical

El cantante de Radiohead, el británico Thom Yorke, durante su actuación en el Primavera Sound Festival 2016 de Barcelona. Foto: EFE Marta Pérez.

Más que trabajos lamentables, lo que buscamos aquí son discos decepcionantes. Las estrellas con pasado brillante son adoradas por la prensa musical, que les perdona mediocridad actual a cambio de invitaciones a conciertos, entrevistas exclusivas y subidones de clics en sus webs, arrastrados muchas veces por sus glorias pasadas. Visto en caliente, 2016 fue un año sosete, sin grandes novedades sonoras ni nuevos géneros en el horizonte. Estos son algunas de las estrellas que entregaron canciones por debajo de lo esperado. Siete blufs en toda regla, algunos de ellos vendidos como “obras maestras” por la prensa “moderna” y “molona”.

‘A Moon Shaped Pool’ (Radiohead)

El tiempo ha dado la razón a Robert Christgau, el veterano crítico de rock estadounidense que definía al grupo de Oxford como “unos Pink Floyd actuales sin sentido de la tragedia”. Traducido: un tostón de alma sinfónica y arreglitos electrónicos experimentales. Esta vez quien se ha atrevido a hablar claro es Mick Diver, admirador de la banda, en la página web The Quietus: “Por decirlo de manera sencilla: esto tiene poca chispa. Solo ofrecen brasas que apenas alumbran y polvo oscurecido, en lugar de las potentes luces que desplegaban antaño para que el resto de bandas siguiese su camino”. Un disco flojo, que no ha convencido ni a su propia parroquia.

Radiohead - 'Daydreaming'

‘Destrozares’ (Robe Iniesta)

La única vez que entrevisté a Evaristo Páramos (La Polla Records, Gatillazo) me dijo que no se sentía conectado con Extremoduro porque eran un grupo “transgresor, pero no subversivo”. La docilidad crece a medida que avanza la carrera de Robe Iniesta, cuyas letras actuales están alejadas de denuncias políticas y soluciones sociales colectivas. Iniesta prefiere sumergirse en su mundo poético interior, cada vez más pobre y previsible. Seguramente estamos ante un mito del rock español que hace tiempo que ha dicho todo lo que tenía que decir. Su nuevo trabajo carece de canciones memorables y sigue insistiendo en el virtuosismo instrumental y saturación de arreglos innecesarios. Una caída por el barranco de la autocomplacencia similar a la de su amigo Albert Pla.

Robe Iniesta - 'Destrozares'

‘Blonde’ (Frank Ocean)

El álbum más sobrevalorado del año. Todo un representante de la tendencia de los críticos blancos a premiar discos para escuchar en vez de ritmos para bailar, la sutileza por encima de la pegada y el exhibicionismo vanguardista (los arreglitos raros) en vez de las verdaderas innovaciones (crear un género o ampliar sus límites). En este saco podrían entrar artistas de prestigio tan hinchado como Drake, Kendrick Lamar y los Roots más gafapastas. Frank Ocean, sin duda, sabe componer y cantar, pero si no existiera no haría falta inventarle. Piezas como “Wrongs” son directamente empalagosas. Música negra para gente a la que no le gusta la música negra. Hasta Justin Timberlake suena con más nervio.

Frank Ocean - 'Wrongs'

‘Viento del Este’ (Loquillo)

Hablemos claro: cuando José María Sanz se sube a un escenario, nadie puede discutir que estamos ante un rockero de primera división. Defiende con elegancia y soltura cualquier repertorio que toque vender a la audiencia (arropado por una banda que es una máquina de rock and roll). Por eso, a sus cincuenta y seis años, es capaz de agotar las entradas de la Plaza del Toros de las Ventas de Madrid. El problema es que su nuevo repertorio ni mata ni engorda: mezcla sobredosis de solemnidad (“Acto de fe”), batallitas de Abuelo Cebolleta (“El mundo que conocimos”) y lo que ahora se llama ‘prosa cipotuda' (“Limusinas y estrellas”, entre muchas otras). De postre, una versión de Julio Iglesias (“Me olvidé de vivir”). Como la mayoría de mitos del rock anglosajón, estamos ante un artista que vive de un buen directo, pero no acaba de dar la talla en el estudio.

Loquillo - 'Salud y rock and roll'

‘Super’ (Pet Shop Boys)

REM tuvieron la decencia de separarse dos o tres discos después de empezar a grabar trabajos lamentables. Pet Shop Boys, en cambio, parecen dispuestos a recalentar eternamente su agotada fórmula alquilando por horas a cualquiera que les siga haciendo sonar contemporáneos. ¿Lo peor? La amuermada voz de Neil Tennant, que neutraliza cualquier posible subidón musical. Parecen justamente lo que son: dos señores mayores intentando pasar por jovencitos. La autocelebratoria “The Pop Kids”, entre otras composiciones, produce vergüenza ajena. En la línea de Frank Ocean, esto es electrónica para quien no le gusta realmente la electrónica.

Pet Shop Boys - 'The Pop Kids'

‘2’ (León Benavente)

La escena independiente nacional sigue suministrando su cosecha anual de mediocridad. Incluso la web Jenesaispop, biblia digital del indie, reconoce que el grupo se limita a intentar un “asalto al trono de Love Of Lesbian” (uno de nuestros grupos más mediocres) y que “las letras siguen sin ser el punto fuerte del grupo” (algo realmente cutre, ya que tienen en sus filas a un poeta de alto voltaje emocional como Abraham Boba). Siguen sonando como la banda de apoyo de Nacho Vegas componiendo en sus ratos libres. Las referencias políticas del álbum son tan gratuitas como inofensivas. 'Habitación 615' es un épico ejercicio de automitificación, que confirma que no tienen nada que decir. El nivel de exigencia ha bajado tanto en la escena indie que parece que cualquier cosa cuela.

León Benavente - 'Habitación 615'

‘You Want It Darker’ (Leonard Cohen)

De acuerdo: el simple hecho de completar un disco pasados los ochenta años es todo un triunfo.

Pero, más que un gol en la prórroga, 'You Want It Darker' suena a tanto en propia meta, donde lo único que sobrevive es el aplomo y capacidad de seducción de la voz del canadiense. Lo que falla es la altura del cancionero, que cae en todos los tópicos del poeta bohemio, de vuelta de todo y gustosos de exhibir visión apocalíptica. Un álbum que funciona como música de fondo para series cool de la HBO, pero no como viaje sonoro con sustancia propia. Cohen ofrece menos de lo mismo, como lleva ocurriendo desde ‘Ten New Songs’ (2001). Si ‘You Want It Darker’ ha sido aclamado por la inmensa mayoría de la crítica es más por la trayectoria de su autor que por el vuelo musical del trabajo.

Leonard Cohen - 'You Want It Darker'
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Música Robe Iniesta
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