Las teles pagan a regañadientes 213 millones para financiar cine y series

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha hecho pública este viernes la cantidad abonada por los prestadores audiovisuales españoles para financiar obras europeas en 2014: 212,63 millones de euros, un 12,8% más respecto al año anterior.

La cifra forma parte del último informe referido al cumplimiento de financiar películas y series europeas. A lo largo del texto, el 'superregulador' pone de relieve el aumento de la financiación pese a la caída del 10% de los ingresos de los operadores audiovisuales.

De todos los prestadores nacionales, tan solo dos no han alcanzado el umbral mínimo del 5%: DTS y The History Channel. Por porcentajes, los seis prestadores de televisión TDT en abierto y la televisión pública aportan casi el 70% de toda la financiación. Respecto a los tres grandes operadores, Mediaset desembolsó 55,7 millones de euros, seguido de RTVE con 48,7 millones y Atresmedia con 41,07 millones.

En materia cinematográfica, la inversión alcanza los 86,44 millones, una cifra algo menor que la registrada el año anterior. La mayor parte del dinero se lo llevan las series, concretamente en lengua española: 79,78 millones, casi el 38% de la inversión total. "Esta preponderancia ya se había producido en el ejercicio 2012 con un 44,42% de la inversión total y en 2013 con un 46,25%", destaca el informe.

Aunque la CNMC subraya el "elevado cumplimiento" de la normativa, critica a algunas Comunidades Autónomas la mala calidad de los informes remitidos: "Muchas de ellas no han seguido el modelo propuesto por esta Comisión para la confección del informe, por lo que en muchas ocasiones no se han aportado los datos que deberían, redundando esto en una peor calidad de este informe", señala.

En las conclusiones del texto, el organismo destaca la "vital importancia" que tienen las televisiones en este modelo de financiación. "Sin embargo, la capacidad financiera de las empresas sigue siendo deficitaria y tanto la inversión de los prestadores obligados como las ayudas no bastan para cimentar una industria que tiene que hacer frente a los riesgos que implica la producción cinematográfica", añade.

Un "impuesto revolucionario"

Esta suerte de "impuesto revolucionario" forma parte de la Ley General de la Comunicación Audiovisual que obliga a los operadores de televisión a dedicar un porcentaje de sus ingresos a financiar largometrajes y películas para televisiones europeas.

La norma, duramente criticada por las privadas, fue recurrida ante los tribunales por la Unión de Televisiones Comerciales en Abierto (UTECA), un litigio que no llegó a buen puerto después de que el Tribunal Supremo desestimase el recurso que presentó.

La última vez que el 'lobby' de las privadas se pronunció al respecto fue el año pasado, cuando Alejandro Echevarría, presidente de UTECA, pidió durante un desayuno informativo la "eliminación" de esta tasa. En concreto, el directivo pidió "libertad de actuación" para que sean las propias cadenas las que decidan si quieren invertir o no.