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ropa y calentamiento, lo más importante

Cuatro consejos para entrenar al aire libre en invierno y evitar lesiones

Las bajas temperaturas o la lluvia llevan a los corredores a plantearse si en esta época del año es mejor entrenar a cubierto o seguir con la rutina establecida

La semana pasada acudió a mi consulta un corredor 'amateur' porque presentaba molestias en el talón cuando aumentaba sus 25 km de carrera. Tras la exploración, la ecografía y las explicaciones pertinentes sobre su problemática, concluimos que con unos días de menor intensidad, kilometraje y ejercicios de estiramientos su problema debería desaparecer.

No obstante, antes de terminar la visita, el paciente me comentó: “Doctor, cuando acabe estos días de menor intensidad ya estaremos en época invernal. Yo soy un todoterreno. Llueva, nieve o haga viento salgo a correr, pero ¿qué sería mejor estos meses?, ¿correr en cinta o al aire libre?”. Ante esta pregunta, decidí reflexionar sobre el tema y expresar mi opinión sobre dónde realizar las actividades deportivas en épocas (o zonas) de clima adverso.

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Aunque el clima que tenemos en el país es bastante agradecido, durante los meses de otoño e invierno el descenso de la temperatura puede ser un problema a la hora de realizar actividades deportivas al aire libre. ¿Cuál es la mejor opción para seguir con nuestra rutina deportiva?

En esta vida no todo es blanco o negro, así pues, en el caso del entrenamiento o la actividad deportiva al aire libre, tampoco hay una respuesta única. Si el entrenamiento se realiza habitualmente al aire libre, en los meses fríos se puede seguir esa rutina con una serie de recomendaciones previas a la práctica deportiva.

  • Es adecuado realizar un calentamiento bajo techo a una temperatura confortable para adecuar la musculatura al trabajo. Una vez realizado este calentamiento (que puede constar de estiramientos y trote suave), iniciar la rutina al aire libre con la musculatura caliente.
  • Llevar ropa que mantenga el calor corporal y nos evite la humedad. Abrigarse bien las zonas de pérdida de calor habitual, importante sobre todo en cabeza, orejas y manos, sin llegar a un exceso de abrigo.
  • Adecuar el calzado a la superficie para evitar traspiés y resbalones y prevenir lesiones derivadas.
  • Por último, y no menos importante, considerar el descenso de la luz y llevar ropas de colores vivos con algún reflectante para hacerse ver cuando oscurezca.

La sensatez es importante en nuestra rutina de entrenamiento, así pues, pese a que se prefiera la rutina al aire libre, si las condiciones meteorológicas son malas, lo preferible es no salir al aire libre y seguir nuestra rutina bajo techo. El deporte es parte de nuestra vida y tenemos que disfrutarlo, siempre con la mejor predisposición, pero adecuándolo a las necesidades y situaciones en un momento determinado.

Dr. David Barastegui, tramatólogo del Instituto Cugat del Hospital Quirónsalud Barcelona.

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