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EL lenguAje digital EN LA ENSEÑANZA

La universidad se adapta a los 'millennials' con realidad virtual y platós de televisión

La formación presencial empieza a quedar atrás. Ahora, las universidades se digitalizan y apuestan por un alumno que tiene que leer, pensar y participar desde casa

Es posible que la idea que tengas sobre la transformación digital que están llevando a cabo las universidades sea solo una aproximación a la realidad. Hagamos una prueba. Imagina a los alumnos de una clase de historia. ¿En qué espacio físico los situarías? ¿Son estudiantes jóvenes? Si la escena que has recreado se parece a un aula convencional, vas a sorprenderte con lo que son capaces de hacer hoy en día las universidades.

“Ahora mismo tenemos estudiantes con perfiles tan variados como un señor de 80 años que hace un MOOC [cursos 'online'] desde Finlandia porque quería entender la situación de Cataluña o jóvenes que han terminado su carrera y quieren hacer estudios complementarios sobre temas específicos como la música clásica en el norte de la India”, explica Georgiana. Es estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra y colabora con el Centro para la Innovación en Aprendizaje y Conocimiento (Clik) de la universidad. En los últimos años, este departamento ha hecho una fuerte apuesta por los MOOC —massive online open courses'—, que están rompiendo los esquemas del sistema de educación tradicional.

Manel Jiménez, impulsor del equipo de MOOC y director del Clik, explica así la clave de la innovación: “Una manera fácil de producir estos cursos hubiese sido darle la 'webcam' al profesor para que se grabase. Pero lo importante aquí es que hemos tenido que adaptar la enseñanza no solo al sistema digital sino al lenguaje audiovisual. Estamos acostumbrados a un tipo de contenidos muy cortos, atractivos y con un cierto impacto, como podrían ser los vídeos de YouTube”. En sus vídeos, utilizan planos y guiones que recuerdan a series de televisión, aplican técnicas de aprendizaje basadas en problemas, emplean recursos auditivos o sacan a los profesores del aula para grabarlos en espacios naturales.

Según el informe sobre la adopción de los MOOC en la educación superior en América Latina y Europa realizado en 2016 por la Unión Europea, España es el primer país de Europa productor de este tipo de cursos gratuitos 'online', con 481 producciones, seguido del Reino Unido y Francia. Como consecuencia de este fenómeno, han proliferado plataformas para alojarlos como MiríadaX en España u Open edX de código abierto, que ha permitido a muchas universidades e instituciones lanzar sus propias iniciativas.

Y es que, para muchos, el gran valor de esta oferta formativa es, sin duda, su accesibilidad. Para el equipo de MOOC de la Pompeu Fabra, “son una oportunidad para personas que, bien por falta de tiempo o por razones económicas, antes no podían acceder a la educación universitaria. Son cursos muy dinámicos, con entrevistas, foros donde alumnos y profesores comparten artículos y sugieren libros. Es un aprendizaje mucho más autónomo, que potencia el autoaprendizaje y a la vez es más cercano”.

La importancia de un modelo pedagógico

Alicia de la Peña es profesora de la Universidad Nebrija y en su asignatura analizan en inglés la evolución del papel de la mujer a lo largo de la historia reciente de nuestro país. Como parte de la evaluación, ha creado una cuenta de Instagram para potenciar el pensamiento crítico más allá de las horas de clase. Semanalmente, cada alumno sube contenido relacionado con el género para después establecer un diálogo en clase. ‘Posts’ que incluyen desde una foto del arte callejero en Lavapiés o Malasaña sobre ecofeminismo hasta un mapa de víctimas del tráfico de personas en el mundo.

La Universidad Nebrija fue la primera universidad española en enseñanza 'online' y una de las 15 mejores del mundo por factores como su educación personalizada o su tecnología novedosa en el 'ranking' internacional QS Stars de 2017. Para la directora de Global Campus Nebrija, Leire Nuere, es muy importante tener claro que “la innovación en educación debe comenzar por los cimientos. Si no se empieza por un modelo, un buen diseño pedagógico y reforzando las competencias digitales tanto de profesores como alumnos, toda inversión tecnológica habrá sido hecha en vano”.

Fue así como en esta institución empezaron el proceso de transformación digital que les ha valido numerosos reconocimientos. Nuere recuerda los inicios: “Empezamos con una fase de formación del profesorado para que adquiriese las competencias digitales, el uso de las herramientas técnicas. En general, la tecnología es algo que a los profesores les genera mucho estrés, y a medida que fueron quitándose el miedo y sintiéndose más cómodos fuimos probando más cosas”. Vencida esta etapa, la pedagogía digital seguía siendo fundamental: “Los profesores trasladaban el modelo tradicional al modelo 'online', cambiaban el medio pero no la técnica y pensaban que tenían que hacer videoconferencias de una hora y media. Algunos incluso recibieron clases de locución y ahora hacen contenidos más condensados, interactivos y sobre todo colaborativos”.

De hecho, aprovechando la tecnología, están trabajando para incorporar una formación transversal 'online' sobre temas como la interculturalidad, la ética o la sostenibilidad, para que los alumnos de cualquier carrera tengan acceso a un conocimiento compartido. Ya han hecho charlas de distintas temáticas en las que los alumnos se podían conectar y hacer preguntas a los ponentes directamente desde su ordenador.

Un proyecto que está siguiendo estos pasos es Soy Digital, de la Universidad Alfonso X el Sabio, que pretende mejorar las competencias digitales de los docentes e incorporar nuevas metodologías de aprendizaje. Pepe Fraile de Valle, uno de los responsables y director de la universidad 'online', explica que están "en pleno proceso de formación del profesorado, todos los profesores de la universidad van a formar parte del proyecto para que el cambio se produzca de forma global”.

Los profesores se están dando cuenta de que el sistema de educación tradicional ya no funciona, que los estudiantes no atienden a los estímulos

En general, asegura que “se han mostrado abiertos e interesados, y algunos ya están empezando a implantar novedades. Hay profesores que ya han creado sus propios canales de YouTube y los más atrevidos están utilizando la metodología de aprendizaje semipresencial 'flipped classroom' —aula invertida, en inglés—, creando grupos de trabajo colaborativo entre profesores y estudiantes de veterinaria para seguir aprendiendo fuera del aula temas relacionados con la anatomía animal”.

Nativos digitales marcados por lo presencial

Para Manel Jiménez, los principales desafíos de la universidad están en “la incorporación de los cursos virtuales en el aprendizaje presencial”. Los universitarios que están en las aulas “tienen unas competencias complementarias propias de la cultura digital, que tienen que ser guiadas por un docente que sepa sacar partido a estas capacidades. Los profesores se están dando cuenta de que el sistema de educación tradicional ya no funciona, que los estudiantes no atienden a los estímulos, no participan, y transformarse es cada vez más una necesidad”.

Pero en este contexto, los alumnos también tienen una gran responsabilidad. En su opinión, “los universitarios son nativos digitales, pero vienen de un aprendizaje tradicional y están marcados por la inercia de lo presencial”. Algo en lo que coincide plenamente Leire Nuere: “Están acostumbrados a que el profesor les enseñe de forma unidireccional, pero ahora ya no tienen que aprendérselo todo de memoria, tienen que leer, pensar, participar, y esto cuesta”. Además, “con la digitalización hay mucho más volumen de estudiantes y uno de los principales retos es cómo mantener la personalización equilibrando la automatización con el acompañamiento de los estudiantes para que detrás de la tecnología haya personas”, añade la experta.

Precisamente con el objetivo de debatir sobre los retos de la educación superior como, por ejemplo, cómo formar y aprender en un mundo digital, se darán cita los próximos días 21 y 22 de mayo más de 600 rectores y representantes académicos procedentes de 26 países en el IV Encuentro Internacional de Rectores Universia. Un evento que será presidido por Ana Botín, presidenta de Banco Santander y Universia, y que tendrá lugar en Salamanca.

‘The Room’: el caso de Oxford

La creación de entornos en la universidad que faciliten el aprendizaje a través de la tecnología ha dado lugar al uso de recursos realmente estimulantes: realidad virtual y experiencias inmersivas en 3D, pizarras digitales, robots, aulas multifuncionales o la recreación de la profesión que se estudia utilizando platós de televisión como quirófanos. Pero quizás el ejemplo más paradigmático de cómo una universidad preeminentemente presencial ha apostado por el cambio digital sea la Universidad de Oxford y 'The Room of the Future' —el aula del futuro—, una iniciativa que lo ilustra.

'The Room', en la Universidad de Oxford.

'The Room' consiste en una sala —como si fuese un plató— con una pared llena de pantallas donde aparecen los alumnos conectados y un profesor que, en lugar de estar sentado, está de pie, expuesto al seguimiento de las cámaras para favorecer una experiencia inmersiva. El concepto ha evolucionado y, de hecho, el IE inauguró su propia versión, llamada WOW Room, en Madrid para fomentar el aprendizaje colaborativo.

Con todo, Leire Nuere cree que “en España tenemos bastante buen nivel de 'e-learning', no estamos tan lejos de universidades extranjeras de referencia como las australianas y neozelandesas. Pero, a nivel macro, sí necesitamos más impulso real a la transformación desde las entidades que regulan y controlan las universidades. Y a nivel micro, de universidades, una apuesta por parte de la dirección, crear modelos de innovación, invertir en formación de las personas y sus competencias digitales e invertir en tecnología”.

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