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  1. Alma, Corazón, Vida

"mi amigo ha vuelto al barro"

Todas las historias de los sumerios que otras civilizaciones copiaron después

El legado de Sumeria es muy diverso, y sus historias se encuentran ancladas en el imaginario colectivo de todos los pueblos actuales, aunque quizá no lo sepamos

Fuente: iStock.

Antes de nada, estaba Sumeria. La primera civilización conocida nos ha dejado un legado diverso e importante y, sin embargo, a nivel general, sabemos poco de ella. Pese a la información que manejamos sobre otros grandes imperios como el Antiguo Egipto o Grecia, Sumeria, esa región que se formó entre los ríos Tigris y Éufrates, está sumida en una extraña nebulosa de misterio, pues quizá por ser tan antigua la vemos irremediablemente lejana.

Los antiguos habitantes de la baja Mesopotamia tuvieron características particulares. Heródoto cuenta en su Historia que en Babilonia se carecía de médicos, y si alguien se encontraba mal simplemente tenía que salir a la calle y pedir opinión a los ciudadanos que pasaran, para ver si con su conocimiento por haber sufrido una dolencia similar pudieran aconsejar con sabiduría.

A Sumeria le debemos la puerta de Istar, la escritura, los quizá míticos jardines colgantes de Babilonia, la rueda y unos increíbles conocimientos astronómicos, casi imposibles para la época. También el primer chiste de la historia de la humanidad, que surgió sobre el 1.900 a.C: "Algo que nunca ha ocurrido desde tiempos inmemorables; una mujer joven no se tiró un pedo sobre las rodillas de su marido" (no es muy gracioso, pero no se les puede pedir tanto).

Además de historias 'magufas' sobre si los Annunaki fueron extraterrestres, el legado de Sumeria es muchísimo más diverso, y sus historias se encuentran ancladas en el imaginario colectivo de todos los pueblos actuales, aunque quizá no lo sepamos.

Gilgamesh y el viaje del héroe

Descubierta en 1853, la 'Epopeya de Gilgamesh' (compuesta por doce tablillas de arcilla —aunque solo once son el poema— que se encontraban enterradas en una biblioteca perteneciente a Asurbanipal) cuenta la historia del quinto gobernante de la I Dinastía de Uruk, del que todavía no hay consenso sobre si existió realmente o se trata de un mito (que es lo más probable teniendo en cuenta los años que, se supone, se mantuvo en el poder).

La historia de Gilgamesh, increíblemente compleja, es la de un rey que se comporta mal con sus súbditos, por lo que como castigo la diosa Aururu modela con barro (¿te suena?) a Enkidu y después le da vida para que luchase contra Gilgamesh. Ambos hombres, sin embargo, se hacen amigos inseparables y comparten viajes y aventuras. Desgraciadamente, Enkidu acaba muriendo y Gilgamesh, roto de dolor, marcha errante a los confines del mundo pues quiere vencer a la muerte pues no goza del beneficio de la inmortalidad: "Mi amigo, a quien amaba, ha vuelto al barro".

No solamente es fascinante la complejidad de la que está considerada la primera obra de la humanidad, sino que marca también el primer Monomito o arquetipo del viaje del héroe

Cuando el héroe vuelve a Uruk ya no es la misma persona, el tiránico déspota con el que comienza la historia, sino que ha cambiado completamente y se ha enfrentado a la desesperación y la muerte. El viaje errante de Gilgamesh le cambia. No solamente es fascinante la complejidad de la que está considerada la primera obra de la humanidad, sino que marca el primer Monomito o viaje del héroe, el arquetipo más famoso de la historia. Desde Orfeo a Ulises (tanto de Joyce como de Homero) la estructura del viaje del héroe (aquel que se lanza a la aventura desde su mundo cotidiano y regresa totalmente cambiado), se ha repetido en la historia constantemente. Y Gilgamesh es el héroe primigenio.

El diluvio, Noé y Utnapsihtim

Gilgamesh nos lleva a otra de las historias más antiguas: el Diluvio Universal. Sorprendentemente, la historia bíblica guarda muchísimas semejanzas con una historia anterior sumeria. Enil decide destruir la humanidad, que le resulta molesta y ruidosa. El héroe Utanapistim es advertido de que debe construir un barco que llenará de animales y semillas. Cuando llega el día del diluvio y toda la humanidad perece, Utanapistim y sus acompañantes se salvan, y entonces decide hacer una ofrenda a los dioses para que se queden satisfechos por el sacrificio.

"Después de que el diluvio hubo barrido la Tierra/ y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades/ Utu salió, iluminando el cielo y la tierra"

También en la antigua ciudad de Nippur se encontraron unas tablillas sumerias que contaban un relato muy parecido, aunque en esa ocasión el protagonista es Ziusudra. "Después de que el diluvio hubo barrido la Tierra durante siete días y siete noches/ y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades/ Utu salió, iluminando el cielo y la tierra", dice la tablilla. Incluso los arcadios tenían un relato muy similar.

El paraíso y Dilmún

Las similitudes entre la Biblia y Sumeria, propias de esos pueblos a los que han llegado historias orales continuas, son bastante frecuentes y se han estudiado. Otro ejemplo de ello es Dilmún, ese lugar descrito como "el lugar de la salida del sol" o "la tierra de la vida".

Dilmún es una tierra virginal y prístina, donde los leones no matan, los lobos no se llevan a los corderos, los cerdos no saben que los granos son para comer

Una de las tablillas del Mito de Enki y Ninsursag lo describe como "una tierra virginal y prístina, donde los leones no matan, los lobos no se llevan a los corderos, los cerdos no saben que los granos son para comer", y de hecho, después del diluvio, Ziusudra se queda a vivir ahí para siempre. Es algo así como el primer paraíso perdido antes de que el propio Paraíso de Adán y Eva existiesen, y es irremediable pensar en sus semejanzas.

Babel y Babilonia

Los sumerios también tenían otra historia sobre la construcción de Babilonia muy parecida al relato bíblico de la Torre de Babel (véase la semejanza entre ambos nombres). Si los hijos de Noé fueron aquellos que trataron de construir una torre enorme que tocase el cielo y fueron castigados por su arrogancia hablando lenguas diferentes, significa que todo esto sucedió después del diluvio.

Exactamente, el mismo Diluvio que vivió Ziusudra. ¿Sería que, en realidad, estaban construyendo la increíble ciudad de Babilonia? La ciudad albergó los increíbles Jardines Colgantes, que, según la leyenda, el rey Nabucodonosor II habría mandado construir como un regalo de amor hacia su esposa Amitis, para que así pudiera recordar las hermosas montañas de su florida tierra, tan diferentes a las llanuras más secas de Babilonia.

Una curiosidad: la guardería más antigua de la historia

Y la civilización que nos dejó la rueda para la posteridad también nos dejó alguna sorpresa más. En los años 30, los arqueólogos se toparon en la ciudad sumeria de Eshnunna con algo bastante fascinante: un templo dedicado al dios Ninazu (dios secundario del Inframundo). Dentro de él, había una curiosa habitación en la que se encontraron con figuras de animales fabricadas en terracotas, algunas de ellas con ruedas o argollas.

Según la leyenda, el rey Nabucodonosor II mandó construir los Jardines Colgantes como un regalo de amor hacia su esposa Amitis, para que así pudiera recordar las hermosas montañas de su florida tierra

Al principio las catalogaron como ofrendas, pero aquello no tenía verdadero sentido porque las figuras de ese tipo no suelen representar animales. Al final llegaron a la conclusión de que se trataba de una guardería, la más antigua identificada hasta el momento. Los sumerios le daban una importancia vital a la infancia debido a las altas tasas de mortalidad infantil, por lo que los más pequeños eran cuidados en los palacios. Quizá ahí aprendían de manera oral esas fabulosas historias que, de otra manera, pero sin muchos cambios, han llegado hasta nuestros días.

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