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Triangulación: lo peor que te pueden hacer tus compañeros (pero tú también lo haces)

La asertividad es fundamental para resolver los pequeños conflictos que surgen en el ámbito laboral, sin embargo, normalmente solemos arreglarlos de una manera menos eficaz

Foto: iStock.

Quizá el término triangulación te suene extraño si no te encuentras familiarizado con el mar. En topografía, consiste en elegir distintos puntos de una porción de la superficie terrestre considerándolos como vértices de triángulos para poder medirlos y fijar la posición de sus vértices y la distancia que los separa. También se llama así en algunos deportes a los pases que se hacen entre varios jugadores con el balón, remitiéndose también a una forma triangular. Pero, en general, es raro escucharlo en el ámbito laboral.

Sin embargo, sí que existe y probablemente tú lo practicas, aunque no sepas que lo haces. Se trata de esa costumbre tan humana que tenemos de ir a contar a un tercero nuestros problemas con alguien. En otras palabras, si recientemente has discutido con tu compañero X, lo más seguro es que vayas a tu otra colega, Y, a contarle lo sucedido. Quizá pienses que te ayuda a "desfogarte" y que es bueno contar tus problemas pero lo cierto es que sumamente perjudicial. Los triángulos, incluso los amorosos, raras veces traen buenos resultados. El profesor de Biología Mike D. Boyette lo explica en el sitio web 'Rapid Learning Institute': hay más de una buena razón para no llevar a cabo esa conducta tan destructiva.

Pierdes el tiempo haciéndolo

¿Te pone de los nervios que X llegue siempre tarde? De poco te servirá contárselo a Y, que probablemente tenga tanto control sobre X como lo tienes tú. Podrás descargar tus frustraciones criticando a tu compañero, pero el clima que generaréis no será en absoluto conveniente para vuestra empresa y, aunque ambos acabéis irritados con X, es poco probable que vaya a cambiar su manera de actuar, sobre todo si no tiene ninguna idea de que le estáis criticando.

No mejora el problema

Más bien lo agrava. Es una conducta muy humana y probablemente piensas que contarle a alguien tus problemas sirve para aliviarte, pero la realidad es otra: lo más probable es que te pongas más nervioso. Y lo que es más grave, intoxicarás a tu compañero, que se alterará también sin ningún efecto práctico. Vamos, que todo son ventajas, como puedes ver.

Fomentarás la desconfianza

Seamos sinceros, a nadie le gustan los criticones. Si tu compañera Y escucha continuamente que te quejas de X, y luego observa que cuando estás con él finges una absoluta y completa normalidad, lo más seguro es que acabe dudando si no la criticarás a ella también a sus espaldas. Es algo natural, ¿no? ¿Quién podría culparla?

Se acabará enterando

Puedes contarle tu secreto a los árboles, pero no te molestes si se entera el viento. O de una manera menos poética: solo tres guardan un secreto si dos de ellos están muertos. Puedes criticar a X todo lo que quieras, pero tú y yo sabemos que tarde o temprano se acabará enterando, y eso solo generará más problemas y conflictos en vuestro entorno de trabajo. ¿Merece la pena?

Impide una solución

Gasta todo tu tiempo y tus fuerzas en criticar a X con Y, que no dejará, como hemos visto antes, de llegar más tarde. Lo que realmente deberíais hacer es buscar una solución efectiva, en otras palabras, utilizar la asertividad (sí, lo sabemos, parece la clásica palabra de manual de autoayuda, pero es eficaz) para tratar el problema bien con el culpable, bien con un supervisor.

Criticar a tu compañero de trabajo con otro colega solo fomentará el mal rollo, no solucionará nada y es probable que se acabe enterando

La asertividad es una forma de comunicación que consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta. Debes encontrar el equilibrio perfecto, pues no puedes caer en la agresividad y tampoco en la pasividad. En otras palabras, en un escenario perfecto donde fueras completamente asertivo, deberías encarar el problema con tu compañero X y decirle con educación, pero respetando tus propias necesidades, que te molesta que llegue tarde, que te pida que termines el trabajo por él o que coja tu taza del ayatolá Jomeini.

Como eso se trata de un escenario perfecto e hipotético y sabemos que a veces es un poco difícil cumplirlo, otro consejo que puedes llevar a cabo es seguir quejándote de tu compañero todo lo que quieras y más, pero no hacerlo en el ámbito de la empresa. Espérate a quedar con tu pareja o tus amigos y despotrica todo lo que quieras sobre esa persona hasta que acaben asqueados y te pidan que te calles de una vez. Cuéntaselo a tu perro sin descanso a la hora de la cena mientras te observa impasible. Pero tampoco te pases, recuerda que la vida son dos días y no podemos pasar uno de ellos criticando a un compañero de trabajo.

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