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  1. Alma, Corazón, Vida

'Dieta Body Reset'

Dejó el ejercicio, adelgazó y se puso en buena forma: así lo hizo

Marietta Alessi decidió enfrentarse a un reto de la entrenadora de los famosos, Harley Pasternak. Y perdió peso sin ir al gimnasio

Marietta Alessi

Para hablar de pérdida de peso, qué mejor que fijarse en una historia real. Por eso, vamos a conocer la historia de Marietta Alessi, quien no ha hecho dieta en su vida. Ella se rige por la regla 80-20: come sano el 80% del tiempo y se da caprichos el 20% restante.

"También trabajo mucho (por lo general, de cinco a siete días a la semana), así que nunca me sentí mal por comer cosas menos sanas con amigos durante el fin de semana, o de excederme durante la semana", reconoce Alessi a 'Health'.

Como vemos, la dieta no estaba incluida en sus planes, pero de pronto un día la entrenadora de los famosos, Harley Pasternak, y una empresa de zumos y batidos détox, la desafiaron a probar la 'Dieta Body Reset'. Le producía curiosidad y pensó que no le iría mal, así que aceptó el reto.

Cómo funciona la dieta

Los primeros cinco días debía tomar tres batidos pequeños hechos con ingredientes frescos como col rizada, yogur griego, limón, frambuesas, fresas y arándanos; dos tentempiés y, al menos, cinco litros de agua por día. En la fase dos, intercambiaba un batido por una comida "S" (sándwich, salteado o sopa) del libro 'The Body Reset Diet' de Pasternak. Y en los últimos cinco días solo debía beber un batido al día y hacer dos comidas "S".

También tenía que dormir siete horas por noche, desconectarse de todas las pantallas durante una hora y dar 12.000 pasos al día. No debía ir al gimnasio, ya que "el ejercicio te hace sentir más hambriento".

Moverme durante el día en lugar de solo durante una clase de entrenamiento me ayudó a mantener mi mente ocupada

"La comida la podía manejar, pero la falta de ejercicio me preocupaba. No había tenido un paréntesis de entrenamiento como este desde un viaje familiar que hice a París en 2015", reconoce la joven, que se entrena con asiduidad en el gimnasio.

Después de 15 días, adelgazó 2,2 kilos y varios centímetros de cintura, muslos y cadera. "Pero lo más importante que aprendí en este tiempo fue a mirar atrás y evaluar con sinceridad cómo era mi dieta y mis hábitos de ejercicio".

12.000 pasos diarios

Al principio, confiesa, le daba miedo no entrenar a diario. Pero luego se dio cuenta de que con 12.000 pasos diarios era suficiente. "En el plan sin entrenamiento de Pasternak, siempre estaba en movimiento. Para dar todos los pasos por día, caminaba 3 km con mi perro por la mañana, 2 desde la estación de autobuses hasta el trabajo, de 2 a 3 para ir a comer, y luego del trabajo a la estación de autobuses", cuenta.

Caminar tanto no era solo un desafío físico sino mental. Pero, a medida que pasaron los días, le iba cogiendo el gustillo. "De hecho, en los últimos dos días, Pasternak incluso me desafió a andar 14.000 pasos. "Moverme durante el día en lugar de solo durante una clase de entrenamiento me ayudó a mantener mi mente ocupada también. Pronto me olvidé del cajón de las golosinas. Nunca sentí ese estrés de tomar comida no sana".

¿La mejor parte? Se dormía más fácilmente. "Solía ​​ser una persona que estaba todo el día en Instagram, por lo que me era imposible pegar ojo; así que este fue un gran cambio para mí". Por lo general, y antes de la dieta, daba clases de HIIT por la noche, lo que hacía que se quedara despierta hasta las 2 de la mañana y, contando que se levantaba a las 6, solo dormía 4 horas. "Me dejaba cansada y estresada". Además, este nuevo plan de comer pocas calorías y dar paseos largos le cansaba bastante, y sabía que cuanto antes se durmiese antes podía comer por la mañana.

Confundía la sed con el hambre

Nuestra protagonista también aprendió que a veces confundía la sed con el hambre. "Pasternak me dijo desde el principio que esto podía estar pasándome. Y así era. A lo largo de este proceso, realmente aprendí a analizar mi hambre. Hice el hábito de preguntarme: '¿Cuándo fue la última vez que comiste?' o '¿cuándo fue la última vez que bebiste agua?' Si pensaba que estaba un poco baja de líquidos, hacía un poco de té o bebía un vaso de agua. Y, como por arte de magia, ya no tenía hambre; me sentía con más energía sin el nerviosismo que el café me daba a veces (una relación de amor-odio)", cuenta. Además, su piel estaba más clara gracias a renunciar a los hidratos refinados.

Bebía batidos pequeños hechos con ingredientes frescos como col rizada, yogur griego, limón, frambuesas, fresas y arándanos

Al final del reto, se sentía "más fuerte y delgada que nunca". A pesar de que pensaba que engordaría por dejar de ir al gimnasio, le pasó lo contrario: "El ejercicio tiende a aumentar el apetito, así como los antojos. Al no hacer deporte, no tenía esa mentalidad de 'me gané este dulce' que solía tener después de la clase".

Actualmente, hace menos ejercicio que antes pero no ha ganado ni un gramo. Y sigue caminando los 12.000-14.000 pasos diarios. "Me concentro en nutrir mi cuerpo con los alimentos correctos y las proporciones adecuadas. Después de todo, comer bien, moverse más, desconectar e intentar dormir durante siete horas completas es un entrenamiento".

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