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Ganaron un pastón a la lotería y lo perdieron todo: los mejores casos

Comprar un décimo puede parecer tentador, pero las estadísticas sugieren que no merece la pena que te toque. Además, ganar la lotería no resolvería los problemas de tu vida. De hecho, la empeorará

Todo lo que viene, va. (iStock)

Si este año no te ha tocado la lotería de Navidad, este artículo te va a levantar la moral. Pues hay gente a la que le tocó... y lo perdieron todo. No es por alegrarse del mal ajeno, pero los humanos somos así: si vemos que nuestra desgracia es compartida, nos sentimos un poco mejor.

Además, comprar un décimo puede parecer tentador, pero las estadísticas de que te toque sugieren que no merece la pena ni comprarlo. Y, si llega a salir premiado, ganar la lotería no resolvería tus problemas. De hecho, es más que probable que acabe empeorando tu vida. No te lo decimos para animarte, solo nos basamos en historias reales, recogidas por 'Business Insider', como las que te contamos a continuación:

Compraron la casa de sus sueños

La pareja formada por Lara y Roger Griffiths, de Inglaterra, era de ensueño. Nunca discutían, hasta que ganaron 2,76 millones de dólares (2,3 millones de euros) en la lotería, en 2005. Con ese dinero compraron una casa convertida en un granero de un millón de dólares y un Porsche. También hicieron lujosos viajes a Dubai, Mónaco y a Nueva York.

Michael Carroll, basurero, ganó un premio de 11 millones de euros con 19. Lo gastó todo en 5 años en prostitución y drogas

Su fortuna se esfumó en 2010 cuando un extraño incendio destruyó su casa. El seguro no lo cubrió, y tuvieron que pagar muchísimo dinero en reparaciones y en un alojamiento, durante 7 meses.

Poco después, Roger se fue de casa, en el Porsche, después de que Lara le pillara emails tonteando con otra mujer. Así acabó su fortuna y su matrimonio de 14 años de duración.

Perdieron el décimo premiado

Martyn Tott, de 33 años, y su esposa Kay, de 24 años, de Reino Unido, perdieron 5 millones de dólares (4,1 millones de euros) tras extraviar su décimo.

Denunciaron la pérdida del boleto 'Camelot Group', la compañía que administra la lotería nacional británica. Ésta convenció a los oficiales de que la reclamación de la cuantía del premio, aun sin décimo físico, era legítima, pero... ¡se les pasó el plazo! Hay un límite de treinta días para reportar premios perdidos, así que la compañía no estaba obligada a pagar. Y es lo que hizo.

Aquel premio se convirtió en la cantidad no reclamada más grande de la historia de la lotería, cuyo comienzo se fija en 1994.

"Pensar que vas a tener todo ese dinero es realmente liberador. Que te lo arrebaten tiene el efecto contrario. Te quita la vida y pone una terrible presión sobre tu matrimonio. Fue la tortura más cruel que se pueda imaginar", dijo Kay Tott a 'The Daily Mail'.

Despilfarraron durante años

En 2004, Sharon Tirabassi, una madre soltera que había recibido asistencia social, cobró un cheque de la lotería de Ontario por más de 10 millones de dólares (8,3 millones de euros).

La mujer empleó el dinero en una "casa grande, coches lujosos, ropa de diseño, fiestas fastuosas, viajes exóticos, préstamos a amigos", y en menos de una década viajaba otra vez "en autobús, con un trabajo a tiempo parcial y viviendo en una casa alquilada". Lo cuenta ella misma en 'The Hamilton Spectator'. "Todas esas otras cosas fueron divertidas al principio, ahora es como volver a la vida", añadió.

Afortunadamente, Tirabassi colocó algunas de sus ganancias inesperadas en fideicomisos para sus seis hijos, quienes podrán reclamar el dinero cuando cumplan 26 años.

La pareja formada por Lara y Roger Griffiths, de Inglaterra, era de ensueño... hasta que ganaron la lotería y acabaron con un matrimonio de 14 años

Una deuda imprevista

Suzanne Mullins ganó 4,2 millones de dólares (3,5 millones de euros) en la lotería de Virginia en 1993. Dividió esta fortuna entre tres personas: ella, su marido y su hija. Mullins había calculado que tenía 47.000 dólares para gastar al año. Pero de pronto se encontró con una deuda inesperada: tuvo que desembolsar un millón de euros para pagar las facturas médicas de su yerno, quien no tenía seguro.

"Ha sido un camino difícil. No se han gastado el dinero en viajes en avión a las Bahamas", dijo el abogado de Mullins, Michael Hart, en 2004.

Ella tuvo que pedir un préstamo de 200.000 dólares (166.555 euros) con una entidad especializada en ganadores de lotería que necesitan su dinero más rápido.

Mullins, más tarde, cambió de entidad y decidió pagarlo todo de golpe, pero nunca fue capaz de subsanar la deuda. Para más inri, la compañía de préstamos presentó una demanda y ganó un acuerdo de 154.000 dólares (128.2000 euros).

No quiso compartir y fue demandado

Américo Lopes trabajaba en la construcción cuando ganó el primer premio de la lotería de Nueva Jersey. Renunció a su trabajo y mintió al respecto, alegando que necesitaba someterse a una cirugía en el pie, informa 'The New York Times'.

El problema es que era un décimo compartido con sus compañeros, y estos se acabaron enterando de que el décimo que habían pagado entre todos había sido el premiado.

El tribunal ordenó a Lopes dividir el premio.

La mala vida le quitó todo en cinco años

Michael Carroll, basurero de profesión, tenía solo 19 años cuando ganó el premio gordo británico de 9,7 millones de libras (11 millones de euros). Pero su afición a las drogas, las fiestas, las prostitutas y los coches le dejó sin blanca cinco años más tarde.

Lo último que se sabe de él es que estaba intentado recuperar su antiguo trabajo.

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