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diferencias entre lunares y melanomas

Síntomas del melanoma que no deberías ignorar (y lo haces a menudo)

Evitar y prevenir el cáncer de piel depende totalmente de nosotros. La sobreexposición a los rayos del sol y un mal cuidado son los causantes de este tipo de enfermedad

Melanoma. (iStock)

Si nuestro mejor amigo nos preguntara si conocemos a alguien que ha padecido cáncer, no nos costaría mucho pensar en algún ejemplo. Todos tenemos un conocido, amigo o familiar que ha sufrido esta enfermedad. Tener un buen color de piel gracias al broceado y a la exposición de los rayos ultravioleta, está provocando que la tasa de este tipo de cáncer vaya en aumento.Relajarse al sol nos ayuda a desconectar de los duros días de trabajo, pero tomarlo sin el debido protector y sin moderación puede ocasionar graves consecuencias para ti y para tu salud.

Es uno de los cáncer que más preocupa a la sociedad. Los melanomas suelen producirse por culpa de los rayos solares o agentes externos, aunque el verdadero problema viene en la rapidez de reproducción de sus células, que van a una velocidad superior a la del resto del cuerpo. Eso hace que aumente el riesgo de que se expanda a todo el cuerpo o a órganos de vital importancia.

La incidencia de melanoma en España es de 9,7 por cada 10.000 personas y la mortalidad, de dos personas por cada 100.000

El melanoma es el cáncer de piel más agresivo, pero también el más raro. Su riesgo se debe a que suele comenzar en las capas más profundas de la piel. Por su parte, el tipo de cáncer "no melanoma", genera cambios en la base celular y es el tipo más común y menos agresivo. Este suele aparecer en la zona media y superior de la piel por lo que notarlo resulta bastante sencillo. El cáncer no melanoma suele ser tratado con una pequeña cirugía que elimina todas las células alteradas, por lo que es fácil de tratar.

Un favor importante para la detección es que es de los pocos que puede verse a simple vista. Podríamos sospechar que lo estamos sufriendo si una de las manchas que solíamos tener ha crecido alarmantemente o han salido algunos que no teníamos antes. Por eso es vital saber reconocerlo y diferenciarlo de un simple lunar.

En primer lugar debemos fijarnos en su forma. Los lunares suelen ser geométricos, similares a un círculo. Si nos encontramos uno con aspecto diferente o irregular, con múltiples salientes y entrantes , podría tratarse de un melanoma.

El color es otro de los aspectos a tener en cuenta. Los lunares suelen ser de un color uniforme, así que si nos encontramos alguno con un color extraño, podría ser otro de los síntomas clave del cáncer de piel.

El tamaño es también imprescindible y un factor esencial para detectarlo. Un lunar no suele superar los seis milímetros de diámetro, por lo que si su superficie es más grande, podría estar escondiendo esta enfermedad y afectar a los órganos más cercanos. Además, según un estudio publicado en 2015 por la revista 'British Journal of Dermatology', las personas que suman más de 11 lunares en el brazo derecho podrían tener un riesgo mayor que la media de desarrollar este tipo de cáncer.

Una cosa que debemos tener muy clara es que los lunares no evolucionan nunca. Ni cambian de color, ni de tamaño bajo ningún motivo. Si apreciamos cualquiera de estos síntomas debemos ir al médico sin dilación. Hay que asustarse a medias, no es un simple catarro pero la tasa de mortalidad en este tipo de cancer es muy baja. En el caso de España se ha estabilizado, pero el número sigue aumentando, según informó Agustín Buendía, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

El experto ha informado que en las cifras de los últimos años, la incidencia de melanoma en España es de 9,7 casos por cada 10.000 personas y la mortalidad de dos personas por cada 100.000. Además, en el caso del cáncer cutáneo no melanoma, la tasa se sitúa en 160 casos por 100.000 habitantes, de los cuales 118 son carcinomas basocelulares y 42 carcinomas espinocelulares (solo el menor número de casos era maligno).

Detectado a tiempo tiene una tasa de recuperación muy elevada, por eso debemos estar atentos a los signos de nuestro cuerpo. Podemos evitarlo antes de que se produzca de una forma muy sencilla. No debemos abusar del sol y protegernos siempre con las protecciones solares adecuadas. Podemos compaginar perfectamente un bonito bronceado y continuar siendo amigos de los cánones de belleza, siempre con un poquito de cabeza y buscando un equilibrio entre ambos.

La piel perdona pero no olvida, así que debemos tener mucho cuidado a la hora de exponernos a los rayos del sol, porque los daños pueden ser irreversibles. Algo que debe quedar muy claro es que ante la mínima sospecha, hay que pedir cita con nuestro médico de cabecera para nuestra tranquilidad y control de la salud. La piel es nuestro principal escudo contra agresiones externas, por lo que hay que cuidarla y mimarla mucho.

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