La última moda en los restaurantes exitosos: "la ropa es opcional"

De todos los pecados capitales, la gula y la lujuria suelen ser los más divertidos, y aunque tenga poco que ver con las bacanales romanas, los londinenses han encontrado la manera de aunar el placer de comer con el de ir desnudos. The Bunyadi es una invitación a retroceder, ya no al tiempo de los romanos, sino algunos miles de años atrás, por eso el eslogan de este nuevo restaurante 'pop-up' que abrirá en la City este verano anima a los británicos a que “entren en el mundo secreto de Pangea”. Un espacio de libertad, en el más amplio de los sentidos: libre de móviles, de electricidad e incluso de ropa; un intento, explica su fundador, Seb Lyall, a 'IBTimes', de “revisitar el comienzo, cuando todo era fresco, libre y no adulterado por la vida moderna”.

Su nombre, “bunyani”, significa “natural”, y aunque no obliga a ninguno de sus comensales a que se sienten a la mesa en cueros, sí permite que cada cual lo haga si gusta, e incluso dispone de secciones separadas para nudistas y clientes vestidos que, si se animan, pueden abandonar su ropa.

En el guardarropa de la entrada puedes dejar desde el abrigo hasta los calcetines

De momento, la iniciativa ha tenido tanto éxito que a meses de su apertura hay una lista de espera de cerca de 5.000 personas.

“La idea es experimentar la verdadera liberación”, señala Lyall. “Hemos trabajado muy duro para diseñar un espacio donde todo con lo que los clientes interaccionen sea simple y esté 'desnudo'. El uso de bambú natural y la luz de los candelabros ayudan a la discreción, siempre de acuerdo al 'ethos' del que emanan”.

Una tendencia 'in crescendo'

Nueva York no solo es la ciudad que nunca duerme, sino también en la que nadie (o casi) se viste; algunos restaurantes de este epicentro de la vanguardia hace años que cuelgan el cartel de 'clothing optional' (ropa opcional), lo que significa que en el guardarropa de la entrada puedes dejar desde el abrigo hasta los calcetines, según 'Glamour'. “Nosotros no queremos provocar ni montar un número. Solo queremos hacer las mismas cosas que los demás de la forma más cómoda posible; sin ropa”, explicaba un cliente que acude a las cenas mensuales, que solo en 2008 rondaban el medio centenar.

Aunque no es el único lugar de Nueva York donde uno tiene la posibilidad de ser él o ella misma, en el más básico de los sentidos. Según da cuenta 'The New York Post', el Gotham Comedy Club es una sala de monólogos donde los cómicos provocan carcajadas en el público como su madre les trajo al mundo.

“Hacer un monólogo desnudo es lo mejor que he hecho nunca”, explica Andy Ofiesh, fundador de Naked Comedy Showcase, un espacio en Chelsea donde mensualmente se realizan espectáculos de impro en cueros, un ejercicio que, según Ofiesh, “te hace tan vulnerable que inmediatamente el público se pone de tu lado”. Al mismo tiempo, los espectadores también pueden sentirse igual de conectados con los actores, ya que la mitad del auditorio está reservado a quienes disfrutan carcajeándose desnudos.

Comer, reír o hacer yoga… Vestido o desnudo, ¿qué más da? Si como decía Marilyn: “Me gusta estar totalmente vestida, o si no, totalmente desnuda”. Pero no hay nada peor que las medias tintas.