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Redes de tacón de aguja… o por qué las mujeres deben ayudar a las mujeres
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Redes de tacón de aguja… o por qué las mujeres deben ayudar a las mujeres

Siempre que me animo a escribir sobre temas femeninos doy por descontado que habrá polémica. La última vez, hace dos semanas, tras resucitar el tema de las cuotas

Siempre que me animo a escribir sobre temas femeninos doy por descontado que habrá polémica. La última vez, hace dos semanas, tras resucitar el tema de las cuotas femeninas en este blog, recibí todo tipo de comentarios (esta vez más off que online), a favor y en contra. Como una no puede evitar resistirse a un buen debate, esta semana reincido, tras haber caído en mis manos el libro Stiletto Networks, algo así como redes de tacón de aguja. O, para entendernos, redes de mujeres.

“La próxima revolución en la empresa es el ascenso del arquetipo femenino. Cuando el glamour, el conocimiento y el poder hacen equipo, surgirán fuerzas formidables que trastornarán Wall Street y el comercio. Este libro es un importante vistazo al futuro”, afirma el médico y escritor hindú Deepak Chopra en la contraportada. ¡Guau!

En realidad, de lo que trata el libro es de las redes femeninas que han surgido a lo largo y ancho de Estados Unidos. Bajo nombres tan sugerentes y políticamente incorrectos como "Power Bitches" ("zorras con poder"), "SLUTS" (acrónimo de mujeres con éxito bajo tremendo estrés que en inglés viene a significar, de nuevo, "zorras") o "Brazen Hussies" ("audaces picaronas"), se esconden diferentes grupos de mujeres que han conectado con el fin de compartir experiencias, pero ante todo, ayuda y cooperación en un mundo de hombres.

Hay un sitio especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeresY, según las conclusiones de la autora, Pamela Kyckman, funciona: “Es una historia de cambio social global. He seguido miles de millones de dólares de transacciones en compañías fundadas y financiadas a través de stiletto networks. Estas redes no sólo están propulsando a las mujeres en la empresa; también hay un movimiento masivo de ayuda a otras mujeres”, señala Kyckman, ex asesora financiera convertida en periodista, en una entrevista con la revista Forbes.

¡Bah! Diréis algunos. Los hombres siempre hemos tenido nuestras propias redes, clubs, etcétera sin necesidad de tanto ruido. Vale. Pero el movimiento del que hablamos va más allá de reunirse para pasar un buen rato. Se trata de mujeres que entienden hasta qué punto otras mujeres necesitan inspiración y/o ayuda para poder avanzar en un mundo en el que, nos pongamos como nos pongamos, mandan los hombres.

¿Y qué pasa en España? Nuestro país no se queda a la zaga: en 2011 nació Womenalia, que se define como la primera red de networking mundial de mujeres profesionales, con el objetivo de facilitar a las mujeres el logro de sus metas profesionales. Su CEO, María Gómez de Pozuelo, explica que Womenalia “nace como respuesta a la necesidad de nuestra sociedad de incorporar a más mujeres en puestos directivos de empresas, incrementar el número de empresas creadas por mujeres y fomentar el autoempleo para una mayor conciliación familiar y laboral”. Y añade que son muchas las mujeres que han encontrado financiación a través de oportunidades en Womenalia, o las que han podido optar a premios profesionales de la mano de expertos. Tal ha sido el éxito de su “plataforma colaborativa” –cuenta con 220.000 usuarios y la previsión es haber doblado la cifra para finales de año–, que ya se está expandiendo por Estados Unidos y Latinoamérica.

Así son las cosas: aún existen desigualdades en el mercado laboral y a las mujeres no nos queda otra que ayudarnos unas a otras para que esto mejore. Y las stiletto networksson un buen apoyo para conseguirlo, ya sea a través de consejos, contactos, ideas, acceso a la financiación, formación o, por qué no, echando una mano en el duro día a día. Ya lo decía Madeleine Albright, secretaria de Estado durante el Gobierno de Bill Clinton: “Hay un sitio especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres”.

Siempre que me animo a escribir sobre temas femeninos doy por descontado que habrá polémica. La última vez, hace dos semanas, tras resucitar el tema de las cuotas femeninas en este blog, recibí todo tipo de comentarios (esta vez más off que online), a favor y en contra. Como una no puede evitar resistirse a un buen debate, esta semana reincido, tras haber caído en mis manos el libro Stiletto Networks, algo así como redes de tacón de aguja. O, para entendernos, redes de mujeres.