La historia humana de Carlos Llano: de oficinista a 'finisher'

Desde hace unos años el running y el triatlón se han puesto de moda y cada vez son más los retos que existen para los corredores y triatletas. Unos con fines solidarios y otros no. A este 'boom' también se ha apuntado Carlos Llano (@CarlosLlanoFdez ), un madrileño que ya sabe lo que es correr maratones, ultraman y Ironman y también montar una ONG. Este 'runner' y empleado de una entidad bancaria se ha decidido a contar su historia personal en un libro que ha titulado: 'De oficinista a finisher'.

Carlos Llano tenía catorce años y pesaba ochenta y seis kilos. No se preocupaba por su dieta y su interés por la práctica deportiva era nula, salvo jugar al fútbol. En la universidad tuvo una grave lesión durante un partido de fútbol sala, en el que se rompió el menisco y el ligamento cruzado. Ese momento, cambió su vida. Ante la posibilidad de no volver a jugar, Carlos empezó a correr para fortalecer sus cuádriceps y, de hacerlo tres veces a la semana, pasó a inscribirse en el Marathon des Sables, una prueba de ultradistancia extrema en el desierto del Sáhara.

Después, vinieron el Ultraman de Canadá, el Gobi March, el Ultra África Race, el Atacama Crossing, el Ironman Mallorca 70,3, el Ironman de Lanzarote o la Madagascar Roving Race, entre otras pruebas. Mientras participó en el Marathon des Sables se dio cuenta de que quería involucrarse en una iniciativa solidaria. Encontró el proyecto 'Wend Be Ne Do' en Burkina Faso, el tercer país más pobre del mundo, que atiende a 259 adultos y 326 niños enfermos de VIH. Es entonces cuando Carlos descubre su otra pasión, la solidaridad.

Llano compagina su trabajo en una entidad bancaria con el deporte de ultradistancia y la labor solidaria en su ONG 'Chilhood Smile'. En su libro, menciona las claves para llegar tan lejos como te propongas a través de frase de motivación como “imposible… no significa nada”.