Lab19: una incubadora de talento y de prototipos basados en la IA

De la teoría a la práctica. De los libros al laboratorio y de los cálculos abstractos a las realidades concretas. Se llama Lab19 y es una fábrica de ideas que combina innovación, juventud y tecnología para ir saltando barreras hacia lo nunca visto. Por ejemplo, una herramienta de análisis capaz de anticipar crisis financieras desde la predicción matemática o una solución basada en la IA que analiza nuestras reacciones como consumidores -expresiones faciales- y ofrece a las empresas información para mejorar su visibilidad y el orden en los lineales de las tiendas.

Estos elementos se han dado la mano en este laboratorio experimental que ha buscado reunir a universitarios brillantes para aplicar la IA y otras tecnologías emergentes -robótica, matemática avanzada, realidad virtual aumentada- a la elaboración de un primer prototipo que aún no existe en el mercado pero que es viable y prometedor.

Detrás de este cónclave de cerebros está Grupo Fuertes, el holding empresarial que integra -entre otras marcas- a ElPozo. Crearon este laboratorio en junio de este 2024 y, desde entonces, han pasado por su aula un total de 12 estudiantes. Con las ganas propias de su edad y el cerebro bien amueblado con datos, han perseguido ideas arriesgadas usando las últimas tecnologías como palancas de lanzamiento y creación superando el marco del mercado agroalimentario para innovar, también en turismo, industria textil o el ámbito sanitario, entre otros.

¿Qué busca Lab19? Servir de ecosistema para desarrollar productos disruptivos que sean viables en el mercado, con aplicaciones y funcionalidades en varios sectores pero siempre desde la eficiencia ambiental. En síntesis, se trata de crear lo nunca visto para beneficiar a la sociedad desde una ética sostenible.

Lab19 es un ecosistema dinámico; un espacio diseñado para fomentar la creatividad y el talento. “Lo que hace único a LAB19 es su capacidad para conectar talento, tecnología y mercado. Este espacio no solo impulsa ideas innovadoras, sino que las transforma en proyectos con un impacto tangible, generando un puente entre la creatividad académica y las necesidades reales empresariales", afirma Pablo Lorente, director financiero (CFO) de Grupo Fuertes. “El verdadero valor de LAB19 radica en su metodología: un entorno que fomenta la libertad creativa y, al mismo tiempo, está orientado hacia la acción. Aquí, las ideas no se quedan en el papel, sino que se convierten en proyectos prácticos y de impacto real, diseñados para generar valor en el ámbito empresarial", añade.

Detrás del laboratorio, que sigue la dinámica ágil de una startup, está la solidez de una gran estructura corporativa como paraguas, donde se definen unos objetivos estratégicos a través de un comité (C19) que coordina y planifica los objetivos del Lab19. No hay reglas, ni tutelas, ni dirección y la creatividad manda en el día a día.

¿Y cómo se tejen esas redes creativas para nutrir de talento el Lab19? A través de alianzas estratégicas con distintas entidades educativas (Universidad de Murcia, UPCT y UCAM), cátedras especializadas, centros tecnológicos y asociaciones que trabajan con jóvenes de altas capacidades intelectuales y que realizan el primer filtro para seleccionar a los alumnos más idóneos para el proyecto. Se redondea con acuerdos con distintos líderes tecnológicos (Google, Telefónica, SAP, Deloitte, etc.) para tener acceso a las últimas soluciones y herramientas digitales.

Píldoras (formativas) sorpresa

Innovación, competencias personales, habilidades directivas, comunicación, estrategia y el uso de tecnologías avanzadas son parte de las píldoras formativas especializadas que se sirven en el Lab19. “Los estudiantes tienen las herramientas y el espacio necesario para experimentar, los preparamos para enfrentarse a los desafíos del futuro con una mentalidad crítica y creativa,” añade Lorente.

Para Alfonso Navarro, estudiante de Ingeniería Informática, la esencia del Lab19 pasa por “remar en equipo hacia la solución que queríamos implementar”. Su compañero de estudios, Miguel Ángel Vera, que cursa un máster en IA, su paso por el laboratorio ha sido determinante. “Ha sido un proceso de ensayo-error con días de trabajo muy rápidos y otros en los que te estancas. Siempre encontramos una solución a nuestros proyectos y creemos que tienen un futuro brillante”.

En enero, arranca la primera edición del TalentIQ dirigido a jóvenes de altas capacidades con un programa de 10 semanas para que exploten todo su potencial creativo para nuevas soluciones que acaban siendo parte de nuestras vidas.