Una pedida de mano paraliza la clase en Madrid y arrasa en redes

Te imaginas que estás en clase y de repente, aparece tu profesor con una cajita acercándose, poco a poco, a tu profesora. La cosa se empieza animar y ella, a medio camino entre las lágrimas de emoción y la vergüenza, se lanza a sus brazos para, con un gesto de cariño, confirmar lo que todos los alumnos esperan: ¡El sí quiero!

Puede parecer la escenita de una película de amor protagonizada, en su día, por Jennifer Aniston o Julia Roberts, pero no, es la realidad que han presenciado los alumnos de un instituto de Madrid. En el vídeo publicado en Twitter por la usuaria, @luu_louu, somos testigos de esta original pedida de mano, entre dos maestros.

Aunque ya hemos visto pedidas muy dispares a lo largo de los años en los que las redes sociales amenizan nuestra vida, reconocemos que el hecho de que esta pareja de profesores haya querido compartir este momento con sus alumnos, nos ha ganado. No solo a nosotros, puesto que el video alcanza ya casi el millón de reproducciones, los 200.000 me gusta y más de 1900 comentarios. Algunos de los más aplaudidos, aquellos que hacen referencia a la dinámica en la clase después del curioso instante:

"Bueno, chicos, sigamos con mates", escribe un usuario al tiempo que otro comenta: "Bueno, abrid el Workbook por la page one". Muchos otros alumnos se dedican a comentar qué profesores de los de su instituto les gustaría que protagonizaran un momento así, al tiempo que, alguno que otro más picantón, se "imagina que harán estos profesores en la sala de estudio" cuando, como dice la canción de Alejandro Sanz, nadie les ve.

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Otras pedidas de mano hilarantes

Inevitablemente, al ver este instante entre los maestros, no nos hemos podido resistir a recordar otras de las grandes pedidas que las redes sociales han conseguido retratar y que se transmitan de chat en chat de WhatsApp, más rápido que vuela un caramelo, en la puerta de un colegio. Hablamos de la pedida en la que un empleado de Disneyland París le fastidió el mejor momento de su vida a un joven ilusionado por sorprender a su novia o de cuando una pedida en un embarcadero acabó con un anillo perdido y una niñita disgustadísima.

Por último, si hay algún lector o lectora que esté pensando en pedir la mano de su pareja, hay un elemento que, a fuerza de ver y más ver pedidas surrealistas, aconsejamos encarecidamente evitar: la playa. Que se lo digan si no a la pareja que, en la costa de Sudáfrica, vieron como la hermana de la novia les robaba todo el protagonismo, o esa otra que, en plena pedida, vio como el anillo salía volando y tuvieron que estar horas y horas, buscándolo con un detector de metales.