El programa que acerca las finanzas a los centros penitenciarios: "Algunos ni saben qué es una cuenta bancaria"

Martes, siete de la mañana. José Alberto comienza su jornada. Como cada día desde que sale el sol, cocina durante ocho horas para un gran número de personas que viven bajo su mismo techo. Por la tarde toca deporte; por la noche, lectura antes de dormir. Le gusta la rutina. Aunque tampoco tiene muchas más opciones. Este joven cruzó por primera vez la puerta del Centro Penitenciario de Burgos cuando las pantallas táctiles de los móviles ni siquiera estaban inventadas. Hoy, a sus treinta y pocos años, tiene un claro objetivo y muchos planes por cumplir.

“Cuando salga de aquí abriré mi propio negocio”, afirma emocionado. José Alberto es uno de los 45.990 presos que hay ahora mismo en España, según los últimos datos de la Administración General del Estado. Nuestra Constitución reconoce que la finalidad de las penas, incluida, por supuesto, la prisión, es insertar socialmente a estas personas. Y aunque todavía son muchos los debates que surgen alrededor de esta idea, lo cierto es que esta reinserción, en la mayoría de casos, sí se produce. O al menos eso dicen los datos: el 69% de ellos no vuelve a reincidir cuando obtiene la libertad, según un estudio de seguimiento de 14.000 reclusos durante 12 años, hasta 2017, llevado a cabo por instituciones penitenciarias.

En este contexto, Banco Santander e Instituciones Penitenciarias han impulsado la iniciativa 'Finanzas para Mortales-Justicia Educativa’, un programa que busca dotar de conocimientos financieros básicos a las personas privadas de libertad, porque aunque comenzar una nueva vida es el objetivo de muchos de ellos, como cuenta José Alberto, las cosas no son tan fáciles al salir, empezando por lo más básico: “Hay gente aquí dentro que no sabe ni lo que es una cuenta bancaria, estamos hablando de estar completamente obsoletos después de mucho tiempo encerrados, y eso es un gran freno ahí fuera”. La tecnología ha avanzado a gran velocidad en los últimos años. Internet se ha convertido en una de las patas básicas de la sociedad: desde los pagos con el móvil, hasta la gestión de trámites simples como pedir una cita con el médico en la web.

Ahora, Jose Alberto teme que esto suponga un freno para alcanzar sus metas: “Hasta hace dos días no sabía ni lo que era un bizum. Me impresionó, porque recuerdo que antes de entrar en prisión siempre había que llevar dinero en el bolsillo”, dice. “Si quiero emprender, necesito aprender estas y otras muchas cosas básicas para llevar a cabo mi propósito, como por ejemplo el cambio que ha dado el mundo de los créditos o, al menos, aprender unos términos básicos para entender lo que me explique el banco”, reconoce. Y este es precisamente el objetivo de la entidad: que nadie se quede atrás en materia de finanzas. Para ello, entre sus ejes estratégicos se sitúa la inclusión financiera de los colectivos más vulnerables, a los que llevan facilitando acceso, financiación y educación financiera desde hace años. Su compromiso, según reconocen, "es llegar a empoderar al menos a 10 millones de personas entre 2019 y 2025. A día de hoy ya lo hemos conseguido con 7,4 millones, por eso esperamos superar esa cifra inicialmente marcada".

Entre esos 7,4 millones de personas se encuentra José Alberto, pero también otros compañeros que como él, dieron el paso de apuntarse a estos talleres formativos. Ángel Lillo es uno de ellos, otro ejemplo de interno que invierte parte de su tiempo en aprender, prepararse para su reincorporación en la sociedad y pensar en poner en marcha su propia empresa en un futuro: “Para emprender, todo esto es básico para nosotros. El móvil ya se utiliza para todo en una compañía, desde la gestión de distribuidores hasta los pagos o los recibos; nos abre la mente y nos ayuda a dar el primer paso”. Junto a ellos ha estado Cándido, que entiende esta iniciativa como una oportunidad para darles visibilidad en la sociedad: “Somos personas que en algún momento nos hemos equivocado, pero la vida para nosotros continúa. Ver cómo hay gente que confían en nosotros y trasladan nuestra realidad al exterior es fundamental”.

La mecánica es sencilla: se imparten varias sesiones formativas de la mano de voluntarios de la entidad como José María Sáinz-Pardo. La primera jornada tiene que ver con las posibles salidas laborales tras la libertad, profundizando en las ayudas y prestaciones existentes, la orientación laboral, las diferencias entre ser autónomo y trabajar por cuenta ajena o la comprensión de una nómina o una factura, entre otras cosas. La segunda sesión pone el foco en conocer los productos financieros más básicos, el uso de la banca ‘online’, los métodos para ahorrar o el endeudamiento. “Esta formación les sirve como progreso a nivel personal y como desarrollo para posibles negocios. La gente aquí tiene mucho interés, nos hacen partícipes de sus proyectos a largo plazo y se apoyan en nosotros. Preguntan mucho, lo necesitan”, afirma el formador.

Pero, ¿dónde se enmarca este programa? ¿Qué se hace exactamente en las cárceles españolas para conseguir la reinserción? El Reglamento Penitenciario deja muy clara la hoja de ruta a seguir, que gira en torno a tres ejes: técnicas psicosociales (para mejorar las habilidades sociales); contacto de los internos con el exterior (a través de la participación en competiciones deportivas o actividades en la naturaleza, entre otras); y programas formativos, que abarcan desde los estudios universitarios hasta la formación profesional o el trabajo. "Recibimos con los brazos abiertos cualquier iniciativa del exterior, tanto pública como privada, porque todo lo que tiene que ver con la formación y la cultura es muy necesario para que sigan desarrollándose de cara a su reinserción”, afirma Elena Ramos, directora del Centro Penitenciario de Burgos.

Otras iniciativas de inclusión financiera

Empoderar financieramente a esa parte de la población cuyo acceso a las finanzas está más limitada es el objetivo de Banco Santander con programas como este, cuya iniciativa matriz, ‘Finanzas para Mortales’, ha cerrado 2021 facilitando este tipo de formación a más de 75.000 personas a través de los 155 formadores voluntarios. Para facilitar educación financiera a los colectivos que más lo necesitan, también organiza sesiones de educación financiera para mujeres inmigrantes gracias a un acuerdo con la Fundación Miguel Castillejo; para colegios y centros de formación profesional de toda España; o talleres específicos para ONG como Plena Inclusión, Aldeas Infantiles o la Asociación Española de Cáncer.

Además, ha desarrollado herramientas como 'Simplifi' -a través de Santander Consumer-, una plataforma gratuita digital con herramientas para simplificar las finanzas de las personas. Y ha establecido colaboraciones con distintas instituciones para la formación de estos colectivos a través de sus empleados: el proyecto 'Define', de la mano de la Universidad de Alicante, que trata de desarrollar las habilidades de los 'senior' en el manejo de servicios de gestión financiera 'online', promover su participación en los mercados financieros y reducir operaciones que puedan llevar a posibles fraudes; 'Educación Financiera para Mayores', cuya meta, gracias a un acuerdo con el ayuntamiento y la Universidad de Valencia, es favorecer la inclusión de este colectivo en la Comunidad Valenciana a través de formación en tecnologías, identidad digital y ciberseguridad, además de 'apps', webs y otros soportes; y 'Tus finanzas, tu futuro', impulsado por la Asociación Española de Banca y destinado a jóvenes de educación secundaria.

El Banco también trabaja para que todos los colectivos tengan acceso a los servicios financieros más básicos, por ejemplo, los habitantes de la España rural, que a través de la iniciativa ‘Correos Cash’ pueden realizar las operaciones financieras más comunes en cualquiera de las más de 4.600 oficinas que Correos tiene por todo el territorio español, e incluso recibir el dinero solicitado en su domicilio. También tienen a su disposición más de 1.000 agentes bancarios y una red de gestores digitales que ofrecen la posibilidad de ser atendido en remoto con las mismas funciones y calidad que en una oficina, las cuales han ampliado su horario de caja hasta las 14:00 horas y cuentan con los denominados ‘Embajadores senior’, para resolver cuestiones o dudas de los mayores de 65 años. Descubre más iniciativas sobre inclusión financiera impulsadas por Banco Santander.