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Cómo ayudar a los niños pequeños a que duerman solos
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Cómo ayudar a los niños pequeños a que duerman solos

Desarrollar su capacidad de estar solo es muy importante para el crecimiento futuro, pero es cierto que las primeras veces pueden ser duras

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El pediatra Donald Winnicott fue el primero en describir cosas que todos los padres, a día de hoy, tienen en cuenta: la importancia de un objeto de transición para sus hijos (como un peluche o una manta, piensa si no en Linus, el amigo de Charlie Brown), la importancia de que los padres e hijos hagan las paces y se disculpen después de discutir o la relevancia que tiene desarrollar la capacidad de estar solos.

Como adultos, la soledad nos parece no solo algo inevitable en algunos momentos de nuestra vida, sino también necesario. Aunque somos animales profundamente gregarios, muchas personas buscan ese momento de calma y paz a lo largo del día para poder leer, dar un paseo, pensar o darse un baño en absoluta soledad. Disfrutamos de nosotros mismos y es una habilidad, pero para los niños es diferente. La capacidad de estar solos es una de las señales más importantes de la madurez emocional, por lo que no nacemos con ella desarrollada, sino que tenemos que pulirla con el paso del tiempo: eso incluye irse a dormir, y comienza en los primeros años de vida.

Es natural que inicialmente se asusten, pues la separación es aterradora y no hay nadie ahí para sostenerlos, mecerlos y acurrucarlos

Los bebés dependen por completo de sus padres para todo, desde la comida a la ropa o las actividades de la vida diaria, por lo tanto no es raro señalar que la primera vez que están realmente solos es cuando duermen una siesta o es la hora de acostarse. Es natural que inicialmente se asusten, pues la separación es aterradora y no hay nadie ahí para sostenerlos, mecerlos y acurrucarlos. La oscuridad también juega un papel importante, pues la mayoría de los niños la temen, puesto que es una representación de lo desconocido y los miedos que nos pueden acechar. Sin embargo, también es fundamental ayudar a que aprenda a dormir por su cuenta, pues será fundamental para su desarrollo futuro.

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No se trata solo de dormir. Se trata de aprender a disfrutar de estar solo: encontrar formas únicas de calmar las emociones, disminuir la velocidad, relajarse y sentirse lo suficientemente seguro como para quedarse dormido. La revista 'Psychology Today' ofrece algunos trucos que pueden ayudaros tanto a ti como a tu hijo en esa transición, para que gradualmente vaya acostumbrándose a la idea de estar solo, y también a disfrutarlo.

La capacidad de estar solos es una de las señales más importantes de la madurez emocional

  • Quédate con tu hijo y aléjate gradualmente. Hay muchas maneras de hacer esto, pero la clave es estar con el niño, tal vez abrazándolo, luego colocándolo en la cama y tocándolo, luego sentándote a su lado, sentándote más lejos, y así sucesivamente, para que sepa que estás presente. Toma cada uno de estos pasos gradualmente durante un período de tiempo para que el niño se duerma sabiendo que estás allí incluso cuando no está bien. Estos pasos con suerte llevarán a tu hijo a sentir tu presencia incluso cuando estás fuera de la habitación, generando una sensación de seguridad y protección.
  • Prepara una habitación cómoda y segura. Los niños necesitan sentir que su lugar para dormir es propicio para calmarse. Ten en cuenta la temperatura, la luz de las ventanas (tanto para las siestas diurnas como para ir a dormir después de que oscurezca) y usa la cama exclusivamente para que duerma, no para jugar, de modo que la asocie como un lugar para descansar y no ponerse nervioso.
  • Encuentra maneras de que tu hijo se calme. Esto puede significar colocar animales de peluche que le gustan en la cama, libros o incluso música.
  • Dale de comer antes de acostarse. Muchos niños se duermen más fácilmente con el estómago lleno.
  • Mantén una rutina diaria regular. La alimentación, las siestas y la hora de acostarse deben ser lo más consistentes posible, con la misma estructura. Ejemplo: cena, baño, cepillarse los dientes, cuentos, hora de dormir.
  • Habla y juega sobre la hora de dormir y la siesta. Esto significa jugar con animales de peluche o leer historias sobre la hora de dormir.
  • Decide cuánto llanto está bien. Esto es complicado, lo sabemos. Debéis decidirlo tu pareja y tú, y evaluar cuándo el llanto puede convertirse en un frenesí del que es imposible calmarse. Entrar a abrazar a tu hijo demasiado pronto no es buena idea, pues asimilará que un simple llanto significa que mamá y papá vendrán a ayudarme. Determina si el llanto te va a estresar a ti y no te va a dejar dormir de preocupación, claro.
  • Haz mucha actividad durante el día. Los niños pequeños necesitan tener una buena cantidad de ejercicio y aire fresco para poder dormir lo que necesitan.
  • Recuerda, es un maratón, no un sprint. Aprender a dormir no es una solución rápida para la mayoría de los niños. Además, puede haber ocasiones en que tu hijo lo haga bien, pero luego algo cambia y sentirás como si hubieras vuelto al punto de partida (en realidad no es así, aunque se sienta de esa manera). Esto puede ser la llegada de un nuevo hermano, el estrés en el hogar, como el desempleo, la mudanza u otros cambios en la vida.

El pediatra Donald Winnicott fue el primero en describir cosas que todos los padres, a día de hoy, tienen en cuenta: la importancia de un objeto de transición para sus hijos (como un peluche o una manta, piensa si no en Linus, el amigo de Charlie Brown), la importancia de que los padres e hijos hagan las paces y se disculpen después de discutir o la relevancia que tiene desarrollar la capacidad de estar solos.

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