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"Cuando podamos volver a la presencialidad completa lo haremos, pero sin olvidar lo aprendido"
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Rectora de la Universidad CEU San Pablo

"Cuando podamos volver a la presencialidad completa lo haremos, pero sin olvidar lo aprendido"

Rosa Visiedo repasa la actualidad del sector de la educación ante la creciente importancia de la transformación digital, el impacto de la pandemia o las sinergias entre universidades y empresas

Foto: Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo. (Fran Calderón)
Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo. (Fran Calderón)

El pasado año estuvo plagado de obstáculos en todos los sectores, incluida la enseñanza. La obligación de adaptar modelos educativos telemáticos debido a los confinamientos y las restricciones de aforos y movimientos provocados por la pandemia ha puesto a prueba a colegios, institutos y universidades. Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo, recibe a El Confidencial para analizar el impacto que ha tenido el covid-19 en el ámbito académico y para hablar de la transformación digital llevada a cabo por el centro para adaptarse a la nueva realidad.

Visiedo, doctora en Ciencias de la Información, ocupa el cargo desde julio de 2019. En este cerca de año y medio, ha tenido que lidiar con una situación que ha obligado al centro a reinventarse. La rectora subraya la importancia que la tecnología ha jugado estos meses (y jugará en el futuro), aunque recuerda que no deben olvidarse ni el componente físico de la experiencia universitaria ni la formación humanística, sea cual sea la titulación.

PREGUNTA. Ha pasado casi un año desde que la pandemia cambió el día a día de incontables sectores, incluido el de la educación. ¿Qué impacto tuvo en los meses de confinamiento más severo?

RESPUESTA. Ha supuesto un cambio en muchos sentidos. Hemos tenido que equiparnos y dotarnos de la tecnología necesaria para seguir dando clases, manteniendo la actividad universitaria como si estuviéramos presentes. Gracias a la tecnología con que equipamos nuestras aulas, pudimos hacer un cambio radical, tanto en lo docente como en los servicios, que creo que hemos conseguido con éxito. Pero la tecnología es solo una herramienta que hemos complementado con una formación específica para el profesorado que nos ha permitido llevar a cabo un cambio metodológico que permite que las clases sean eficaces y que los alumnos puedan seguir adquiriendo los conocimientos y las competencias necesarios con la misma eficiencia que antes, adaptándonos al nuevo entorno digital.

P. ¿Diría que la situación ha mejorado con el inicio del nuevo curso y un cierto regreso a la normalidad?

R. En esta segunda fase, desde el inicio del curso, hemos articulado un sistema de doble presencialidad (física y digital) que nos permite continuar con nuestra docencia de calidad ante cualquier situación, además de seguir manteniendo la docencia con nuestros estudiantes internacionales. Con este sistema, nuestros alumnos pueden asistir y participar en clase de forma presencial o virtual en función de sus circunstancias.

P. Se ha confirmado que la pandemia ha acelerado los procesos de transformación digital en numerosos sectores. ¿Ha sido así en el educativo?

R. Sin duda. Incluimos hace años la transformación digital como uno de los ejes fundamentales de actuación en nuestro plan de desarrollo estratégico. Desde entonces, entendimos que no solo debemos estar presentes, debemos ser pioneros en la transición hacia una sociedad digital que va a ser más justa y sostenible, generar mejor calidad de vida y mejorar el mundo. En los tres meses de confinamiento, avanzamos lo que quizá nos hubiera costado tres años. Además de por necesidad, lo hicimos por convencimiento.

P. La tecnología está jugando un papel esencial en el sector educativo durante estos meses. Pero ¿qué hay del factor humano? ¿Cómo están llevando los alumnos esta situación?

R. Al principio, fue un 'shock' para todos, estudiantes y profesores, y trabajamos para reforzar aquellos servicios que podían ayudar al estudiante a sobrellevar una situación extraña ante la falta de contacto físico con compañeros y profesores. La orientación universitaria, formada por psicólogos y psicopedagogos, ha hecho un trabajo fundamental durante este periodo con los estudiantes, que les han contactado porque tenían problemas de ansiedad, de miedo. Algunos incluso se habían contagiado o tenían casos en su familia.

"Debemos ser pioneros en la transición hacia una sociedad digital más justa y sostenible"

En esta segunda fase, estamos mejor. Los alumnos saben que no pueden venir todos los días, pero sí una buena parte del tiempo, y aunque es una situación un poco rara con todos los controles y restricciones de aforo, ayuda a que vayamos superando este periodo con éxito. Creo que los estudiantes están razonablemente satisfechos con la gestión, y ellos mismos han estado a la altura de las circunstancias y se han comportado como personas comprometidas con su formación y con la universidad.

P. ¿Han notado algún cambio en las dinámicas del día al pasar de un formato presencial a uno parcialmente telemático?

R. El sistema de doble presencialidad que hemos articulado ha requerido la instalación de cámaras y pantallas en las aulas que permiten una cierta cercanía, aunque haya una pantalla en medio, entre los alumnos y los profesores, que pueden interactuar con los docentes y con otros alumnos. Esta dotación tecnológica nos permite también desarrollar cursos de aprendizaje internacional colaborativo, los llamados proyectos COIL, en los que nuestros estudiantes realizan trabajos prácticos de resolución de retos y problemas con estudiantes de universidades extranjeras. Son más de 40 cursos programados en todas nuestras facultades que permitirán una experiencia internacional a más de 1.000 alumnos.

La tecnología rompe las barreras geográficas y me gustaría pensar que rompe las generacionales, uniendo a estudiantes que son nativos digitales con profesores para los que supone un esfuerzo de adaptación. También trabajamos para romper la frontera entre lo tecnológico y lo humanístico, ya que pensamos que en la sociedad digital deben convivir ambos. Las competencias digitales son necesarias para la salida al mundo laboral, pero las humanísticas son tan importantes como las anteriores, ya que ayudan a formar el pensamiento crítico y tener escalas de valores. Romper esa frontera es una de las misiones que nos hemos impuesto.

placeholder Visiedo cree que el vínculo entre empresas, especialmente tecnológicas, y universidades se acrecentará en el futuro. (Fran Calderón)
Visiedo cree que el vínculo entre empresas, especialmente tecnológicas, y universidades se acrecentará en el futuro. (Fran Calderón)

P. ¿Le preocupa que la implantación de los modelos telemáticos pueda tener un peaje sobre la experiencia universitaria?

R. Tenemos vocación de ser presenciales y seguiremos siéndolo. Creemos que el contacto personal entre estudiantes, profesores y personal forma parte de esa experiencia. Pero las circunstancias nos empujan a aprovechar al máximo la tecnología y la digitalización para garantizar la docencia y los servicios universitarios en cualquier escenario. Sin ir más lejos, el 8 de enero, empezamos los exámenes y estaba previsto que una parte fueran 'online'. El día 5, ante la previsión de nevadas, decidimos hacerlos todos así excepto aquellos que son de carácter práctico, que los hemos reprogramado. Pero es una circunstancia coyuntural. Tenemos el convencimiento de que hay que aprovechar al máximo las posibilidades de lo digital. No podemos estar de espaldas a la situación epidemiológica y climática. Cuando podamos volver a la modalidad presencial, lo haremos, pero sin olvidar todo lo que hemos aprendido. Los estudiantes de esta generación digital necesitan que les traslademos los conocimientos y las competencias de otra manera.

P. ¿Qué cambios deberán introducir las universidades en este ámbito?

R. En nuestro caso, se mantendrán metodologías más participativas y activas, que los alumnos no solo estén escuchando al profesor en una clase magistral al uso, ya sea presencial o virtual, sino que resuelvan retos y problemas en equipo, construyendo conocimiento con compañeros en universidades en otros puntos del mundo. También podrán escuchar a un profesional que, a través de la tecnología, pueda explicar determinado aspecto en una sesión de clase. O que un profesor pueda dar una ‘masterclass’ estando en cualquier parte del mundo. Esto lo permite ya la tecnología y hay que mantenerlo independientemente de la situación. Nuestras clases presenciales serán mejores, más ricas y más formativas.

"Nuestras clases presenciales serán mejores, más ricas y más formativas"

P. El CEU ha puesto en marcha programas educativos de la mano de grandes firmas tecnológicas como Amazon, Microsoft o SAS. ¿Es una colaboración puntual o anticipa el futuro del modelo educativo?

R. No es puntual, va a ser estructural. Queremos introducir formación en competencias digitales para que los estudiantes puedan cursarlas independientemente del título que hagan. Trabajamos de la mano de grandes firmas tecnológicas para ofrecer formación específica en las profesiones que van a ser más demandadas en el futuro: computación en la nube, inteligencia artificial, ciencia de datos… Se pueden cursar de manera completa con una duración de tres años, aunque también tienen un carácter modular: un estudiante puede elegir un itinerario que le permite optar a un título de experto y a una certificación de la compañía que colabora con la universidad.

P. ¿Cuál es la demanda de este tipo de titulaciones?

R. Los nuevos grados y titulaciones con miras a la sociedad digital adaptados a grados tradicionales son algo que ya piden las empresas. Estoy convencida de que estos cursos tendrán buena aceptación, porque están muy adaptados a esos perfiles profesionales que demandan. Tienen una parte 'online' fundamental y otra presencial en la que los estudiantes tienen que resolver retos que aporten mejoras para la sociedad. Este compromiso por acercarnos a las empresas, y a las tecnológicas en concreto, para preparar a los estudiantes en las profesiones del futuro, se va a mantener durante los próximos años.

placeholder El CEU San Pablo ha optado por un modelo de doble presencialidad (física y telemática) para este curso. (Fran Calderón)
El CEU San Pablo ha optado por un modelo de doble presencialidad (física y telemática) para este curso. (Fran Calderón)

P. Hace unos meses, hubo cierta controversia en las redes porque en un programa de Radio Televisión Española se cuestionaba el papel del modelo educativo de las universidades en España. ¿Cree que se debería apostar por una formación más orientada al mercado laboral?

R. El papel de la universidad no solo es preparar a los estudiantes para una determinada profesión. Debe ser un espacio para el desarrollo y el crecimiento personal, intelectual… y también profesional. Las competencias humanísticas son muy distintas de las técnicas o específicas de cada titulación. Por eso, en nuestros centros (la Universidad San Pablo, la Cardenal Herrera en Valencia o la Abat Oliva de Barcelona), damos tanta importancia a asignaturas de cariz humanístico.

P. Hemos hablado mucho del futuro, pero echemos la vista por un momento al pasado. ¿Qué elementos de la educación prepandémica siguen vigentes?

R. Me quedaría con la formación humanística, uno de los puntos clave de nuestras universidades. Es imprescindible mantenerla, porque es mucho más duradera, no tiene la obsolescencia o caducidad que tienen las competencias técnicas y contribuye a la formación, desarrollo y crecimiento de las personas en el sentido global, no solo profesional. Otro aspecto que existía y que hay que mantener y reforzar gracias a la digitalización: los procesos de acompañamiento de los estudiantes, ya sean académicos, personales, profesionales o espirituales. Por ejemplo, trabajamos en la aplicación de modelos predictivos para mejorar el rendimiento académico de nuestros alumnos. Si somos capaces de predecir que un estudiante con determinadas características y notas puede tener un fracaso en los próximos cursos, podemos anticiparnos y reforzar su acompañamiento para que ese previsible fracaso no se produzca.

El pasado año estuvo plagado de obstáculos en todos los sectores, incluida la enseñanza. La obligación de adaptar modelos educativos telemáticos debido a los confinamientos y las restricciones de aforos y movimientos provocados por la pandemia ha puesto a prueba a colegios, institutos y universidades. Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo, recibe a El Confidencial para analizar el impacto que ha tenido el covid-19 en el ámbito académico y para hablar de la transformación digital llevada a cabo por el centro para adaptarse a la nueva realidad.

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