La explosión de la inteligencia: la relación entre cerebros y ordenadores
El Proyecto Centauro estudia el reto que plantea la colaboración entre la mente humana y las nuevas posibilidades tecnológicas. Nos queda mucho por hacer, pero el tiempo se acorta
Ya les hablé del Proyecto Centauro en el que trabajo. Estudia el reto que plantea a la educación la colaboración entre cerebros y ordenadores. La inteligencia humana va a depender cada vez más de la 'inteligencia artificial'. Ray Kurzweil —jefe de tecnología de Google— fechó en 2040 la aparición de la 'singularidad', una “inteligencia artificial fuerte y general”, capaz, entre otras cosas, de producir por su cuenta programas cada vez más inteligentes, lo que conduciría a lo que John von Neumann denominó la “explosión de la inteligencia”. La pregunta importante es: ¿cómo debemos educar a la inteligencia humana para que aproveche esa explosión de inteligencia… artificial?
El ejecutivo máximo de Google afirma que ”las máquinas que aprenden son el camino a través del cual estamos repensando cómo hacer todo"
Hace una semana, la Executive Office del presidente de Estados Unidos publicó un informe titulado 'Preparing for the Future of Artificial Intelligence', elaborado por el National Science and Technology Council. Reconoce que el progreso económico, tecnológico y social va a depender de la inteligencia artificial. Así lo han entendido las empresas de vanguardia. Sundar Pichai, ejecutivo máximo de Google, afirma que ”las máquinas que aprenden ['machine learning'] son el camino transformador a través del cual estamos repensando cómo hacer todo lo que hacemos”. El informe presidencial enlaza con la iniciativa Computer Science for All, lanzada a principios de año por Obama, para que todos los alumnos, desde la escuela infantil a la universidad, aprendan ciencia de la computación, la ciencia de los datos ('data literacy').
Dado el rápido giro de la economía, los alumnos necesitan ser creadores informáticos, no meramente consumidores; y ser “ciudadanos activos en un mundo conducido tecnológicamente”. El año pasado, en Estados Unidos quedaron sin ocupar 600.000 trabajos tecnológicos con alta remuneración por falta de personal capacitado. Los padres reconocen cada vez más la necesidad de esta formación. Mas del 90% de los encuestados quiere que se enseñe ciencias de computación en la escuela. Ante este panorama tecnológico, los investigadores advierten de que prejuicios de género o de raza pueden dificultar el acceso a estos conocimientos. Solo el 22% de los estudiantes de ciencias de la computación son mujeres, y solo el 13%, afroamericanos o latinos. En Europa también se ha detectado este problema.
El Proyecto Centauro dirá cómo deben formarse los ciudadanos para aprovechar la computación de los ordenadores sin perder su autonomía
Sin duda, estas iniciativas servirán para hacer progresar la tecnología y sus aplicaciones económicas. Pero el Proyecto Centauro se mueve en otra dirección. No se trata de hacer que todo el mundo sea un informático competente, sino de diseñar cómo deben formarse los ciudadanos para aprovechar la gigantesca capacidad de computación de los ordenadores sin perder su autonomía. ¿Qué deberán guardar en su cerebro para poder continuar tomando decisiones autónomas? El mismo Obama, tan decidido defensor de las nuevas tecnologías, ha advertido en un reciente discurso de que “la comunidad científica, la tecnológica y la emprendedora tienen la sensación de que deben rescatar el sistema o crear una sociedad y una cultura paralelas porque la política ha fracasado”. El modelo sobre el que trabajo se esfuerza en distinguir una estructura básica de conocimientos (lo que denominamos aprendizaje profundo), en la cual se pueda integrar la gigantesca información proporcionada por la inteligencia artificial. Nos parece que esa estructura de conocimientos debe permitir al sujeto buscar, usar, evaluar y comprender lo que está haciendo, aunque no pueda comprender los datos que utiliza. Nos queda mucho por hacer, pero el tiempo se acorta.
Ya les hablé del Proyecto Centauro en el que trabajo. Estudia el reto que plantea a la educación la colaboración entre cerebros y ordenadores. La inteligencia humana va a depender cada vez más de la 'inteligencia artificial'. Ray Kurzweil —jefe de tecnología de Google— fechó en 2040 la aparición de la 'singularidad', una “inteligencia artificial fuerte y general”, capaz, entre otras cosas, de producir por su cuenta programas cada vez más inteligentes, lo que conduciría a lo que John von Neumann denominó la “explosión de la inteligencia”. La pregunta importante es: ¿cómo debemos educar a la inteligencia humana para que aproveche esa explosión de inteligencia… artificial?
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