Walter Riso, experto en salud mental: "Cuando una persona te trata mal y te ignora, tienes que alejarte de ella, pero sin salir por la puerta"

• Emiliano Bruner, paleoneurólogo, sobre el origen evolutivo de la ansiedad: "La meditación es un entrenamiento para reequilibrar lo que es y lo que me imagino"
• Sigue a El Confidencial en Google Discover para enterarte de todas las noticias

El psicólogo y escritor Walter Riso, referente en el ámbito de la salud mental, ha compartido en un vídeo una reflexión sobre cómo actuar frente a conductas dañinas. Según explicó, cuando alguien cercano ignora, desprecia o hace sentir mal, no es necesario escapar de manera física. Lo fundamental, subrayó, es aprender a crear una distancia emocional que proteja la autoestima y evite que la actitud del otro condicione el bienestar personal.

La distancia emocional como herramienta de protección

Riso dejó claro que este alejamiento no consiste en cortar todo vínculo ni en huir de la situación, sino en tomar una posición interior de autocuidado. En sus palabras: "Cuando una persona te trata mal y te ignora, tienes que alejarte de ella, pero sin salir por la puerta". Para ello, animó a volver la mirada hacia dentro, conectar con la propia historia, con los recuerdos personales y con las luchas que fortalecen la identidad.

El amor propio como respuesta ante la indiferencia

El especialista defendió que el amor propio es la clave para no quedar atrapado en dinámicas tóxicas. Mientras la otra persona mantiene actitudes de desprecio, la mejor estrategia es centrarse en el propio mundo interior. De esta manera, al regresar a la interacción, se logra relativizar el impacto: "Tu opinión ya no me importa, tu mirada me traspasa". Con ello, la indiferencia del otro pierde fuerza y la persona refuerza su autonomía emocional.

En la parte final de su mensaje, Walter Riso destacó que estar lejos de alguien que hiere significa, en realidad, estar más cerca de uno mismo. Esa distancia interior ayuda a soltar lo que no aporta y a priorizar la paz mental. Con un tono firme y liberador, concluyó con una reflexión clara: recuperar la calma y aprender a decir "si te he visto, no me acuerdo" es un acto de madurez emocional que permite crecer sin depender del reconocimiento ajeno.