Originario de China, el jazmín amarillo (Jasminum nudiflorum) se ha convertido en una de las plantas más deseadas por su resistencia y su floración temprana. Esta especie trepadora está conquistando jardines y terrazas en toda España gracias a su capacidad para florecer incluso en los meses más fríos del año. Sus flores amarillas aportan luz y alegría cuando la mayoría de las plantas permanecen inactivas, lo que la convierte en una opción preferida entre los aficionados a la jardinería. Es perfecta para quienes buscan color y vitalidad sin grandes cuidados.
Conocido también como jazmín de invierno, se distingue por flores pequeñas, intensamente amarillas y sin fragancia, pero abundantes y duraderas. Presenta un porte elegante y crecimiento vigoroso, alcanzando hasta tres metros con soporte, ya que no se adhiere por sí solo. Su estructura ramificada y arqueada permite usarlo como trepadora, en cascada o para cubrir muros y macetas. Su valor ornamental explica su amplia difusión mundial.
El jazmín amarillo se adapta a distintos suelos siempre que tengan buen drenaje. Agradece riegos moderados —aproximadamente una vez por semana— aumentando la frecuencia en días muy calurosos. Tolera bien bajas temperaturas y sequía, por lo que es adecuado para climas variables. Para potenciar su floración, conviene ubicarlo con seis a ocho horas de luz solar directa al día, manteniendo el sustrato aireado.
Los cuidados incluyen poda ligera a finales de primavera, tras la floración, eliminando tallos secos o dañados y controlando el crecimiento excesivo. Un abono orgánico mensual durante la floración ayuda a conservar el follaje vigoroso y a renovar brotes. Con estos cuidados sencillos, el jazmín de invierno rebosa color y vitalidad, aportando elegancia natural durante todo el año en jardines, balcones y patios.
Originario de China, el jazmín amarillo (Jasminum nudiflorum) se ha convertido en una de las plantas más deseadas por su resistencia y su floración temprana. Esta especie trepadora está conquistando jardines y terrazas en toda España gracias a su capacidad para florecer incluso en los meses más fríos del año. Sus flores amarillas aportan luz y alegría cuando la mayoría de las plantas permanecen inactivas, lo que la convierte en una opción preferida entre los aficionados a la jardinería. Es perfecta para quienes buscan color y vitalidad sin grandes cuidados.