Belén, enfermera: "Tendemos a echarnos alcohol o agua oxigenada en la herida porque 'si pica, cura'. Y no es así"

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La enfermera Belén desmonta uno de los mitos más extendidos en torno a las curas domésticas: el uso del alcohol o el agua oxigenada como primeros auxilios frente a una herida. Según explica, aunque estas sustancias se asocian popularmente con la limpieza profunda por el escozor que producen, “no se ha comprobado que sean más eficaces que el agua y el jabón, y de hecho pueden dañar el tejido sano”.

Belén advierte que tanto el alcohol como el agua oxigenada “son bastante dolorosos y pueden provocar reacciones adversas”. En el caso del alcohol, puede causar irritaciones o alergias; y el agua oxigenada, afectar a la coagulación y retrasar la cicatrización. Por eso, la profesional sanitaria recomienda una limpieza sencilla con agua y jabón, seguida del uso de productos antisépticos más seguros.

Las mejores alternativas: Betadine o Cristalmina

Según detalla la enfermera, las dos opciones más recomendables son el Betadine (povidona yodada) y la Cristalmina (clorhexidina). Sin embargo, aclara que no son intercambiables ni compatibles entre sí. “Nunca debemos mezclar Cristalmina con Betadine, ya que pierden eficacia y pueden provocar urticaria o picazón”, subraya.

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El Betadine, precisa Belén, está contraindicado en personas alérgicas al yodo, al marisco o al contraste yodado, así como en menores de dos años, embarazadas o pacientes con alteraciones tiroideas. Además, su uso prolongado puede causar “tinción de la piel o dermatitis”, y no debe aplicarse sobre mucosas como los ojos, la boca o los genitales. Aun así, lo considera ideal “para cortes profundos, ya que llega bien al fondo de la herida”.

Por su parte, la Cristalmina se presenta como una opción más versátil. “Es apta para embarazadas, produce menos irritación y se encuentra en múltiples formatos, como geles o soluciones”, comenta la enfermera. Eso sí, recuerda que no sustituye la limpieza previa de la herida, que siempre debe hacerse con agua y jabón para eliminar la suciedad.

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Un gesto sencillo que marca la diferencia

Belén insiste en que los primeros segundos tras una herida son clave para evitar infecciones, y que lo importante es no improvisar. “Tendemos a pensar que si algo pica, cura, pero realmente eso no es así”, recalca. Con un gesto tan simple como lavar la zona y aplicar el antiséptico adecuado, se puede favorecer una curación rápida y sin complicaciones.