Pablo, albañil español en Noruega: "Un fontanero gana unos 4.100 euros y hay que quitarle un 30% de impuestos"

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Cada vez es más frecuente que los españoles salgan lejos de nuestras fronteras para buscar mejores condiciones laborales. No solo en profesiones intelectuales sino también en otros trabajos más físicos como puede ser la construcción.

Un ejemplo de ello es Pablo González, un albañil que se decidió marchar en 2011 a Noruega, una de las 30 primeras economías del mundo y top 10 en cuanto a PIB per cápita. , este español cuenta en sus vídeos cómo es trabajar en el país nórdico.

"El sector de la construcción funciona muy bien en este país", narra González, que asegura que hay 250.000 personas que trabajan de albañil en Noruega, siendo un 8% de la masa laboral del país.

Además de la construcción de infraestructuras, como carreteras o ferrocarriles, ha habido un incremento del mercado de la vivienda, que se ha visto influenciado por el aumento de natalidad y la llegada de migrantes.

El español empieza explicando los salarios de los trabajadores de la obra, como fontaneros, pintores o gruistas. En el caso de los pintores, su sueldo está en torno a unos 3.600 euros brutos al mes; los fontaneros 4.100 euros, y los gruistas cobran 4.400 euros.

Los salarios de los puestos como arquitectos, jefes de proyecto o ingenieros oscilan entre 6.000 y 6.400 euros. “A esas cantidades hay que restarles más o menos un 30% de impuestos", remarca.

"Para dar unas pautas generales, y si se trabaja de lunes a viernes, se trabaja de 8 de la mañana a 4 de la tarde”, asegura. Pero comenta que “puede haber diferentes turnos".

Un total de “37 horas y media semanales más o menos, más todas las horas extra que se tengan que echar. Están pagadas y, por norma general, muy por encima de lo que se paga por una hora normal”.

Pablo también explica que se puede trabajar de lunes a jueves: “Esto es más propio de ingeniería civil, de carreteras, de puertos, de autopistas o de vías de tren porque muchas veces estas obras están en localizaciones más remotas y la gente necesita fines de semana más largos para poder volver a casa”.