En los últimos años, el interés por los árboles de interior ha crecido de forma notable. Cada vez más personas los incorporan a sus hogares y oficinas, no solo por su valor estético, sino también por su capacidad para mejorar la calidad del aire y el bienestar general. Estos ejemplares, que aportan volumen y vida, transforman los ambientes cerrados en lugares más naturales, acogedores y luminosos.
Antes de elegir un árbol, conviene tener en cuenta ciertos factores clave: la cantidad de luz, la temperatura del espacio y la frecuencia de riego que se pueda mantener. Considerar estos aspectos permite disfrutar durante años de especies resistentes y vistosas. Entre las más valoradas por los expertos destacan cinco tipos de árboles que combinan belleza y facilidad de mantenimiento, ideales para quienes buscan un toque verde sin complicaciones.
El Ficus lyrata, con sus hojas grandes y brillantes en forma de violín, se ha convertido en el favorito de los interiores modernos por su porte elegante. La Drácena marginata es perfecta para espacios reducidos, ya que su crecimiento vertical y sus hojas finas con bordes rojizos no ocupan demasiado espacio. Por su parte, el Tronco de Brasil, de tronco grueso y hojas con franjas amarillas, aporta un aire tropical y soporta bien la falta de luz y los riegos espaciados.
Completan esta selección la Schefflera, también conocida como “árbol paraguas”, que destaca por su follaje en forma de abanico y su gran adaptabilidad, y los cítricos enanos en maceta, que llenan el ambiente con aroma, flores y pequeños frutos. Además de embellecer, estos árboles contribuyen a purificar el aire y generar un entorno más armónico, recordando que tener naturaleza dentro de casa no solo decora, sino que también mejora la salud y el equilibrio emocional.
En los últimos años, el interés por los árboles de interior ha crecido de forma notable. Cada vez más personas los incorporan a sus hogares y oficinas, no solo por su valor estético, sino también por su capacidad para mejorar la calidad del aire y el bienestar general. Estos ejemplares, que aportan volumen y vida, transforman los ambientes cerrados en lugares más naturales, acogedores y luminosos.