Esto es lo que dice la ciencia sobre “sentir una presencia” aunque no haya nadie alrededor

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Sentir de repente que alguien está detrás, aunque sepas que estás solo, puede provocar una mezcla de miedo, alerta y desconcierto, como si una mirada invisible te siguiera. Esta experiencia, descrita por personas de todo el mundo y a lo largo de la historia, no pertenece solo al ámbito de lo inexplicable: la ciencia tiene respuestas sobre por qué el cerebro puede hacernos percibir una presencia que no existe.

Según un artículo publicado en BBC Mundo escrito por el investigador Ben Alderson-Day, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Durham, esta percepción tiene bases neurológicas y psicológicas observables. “Una investigación demostró que esta experiencia etérea es algo que podemos entender, utilizando modelos científicos de la mente, el cuerpo y la relación entre los dos”, señala el experto en su texto.

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Buena parte de las experiencias documentadas se relacionan con la parálisis del sueño, un fenómeno en el que la mente se despierta mientras el cuerpo permanece inmóvil. Aproximadamente un 7% de los adultos lo ha sufrido al menos una vez. Durante ese estado, más del 50% de las personas afirma haber sentido una presencia, lo que sugiere una conexión directa entre la interrupción del sueño REM y la aparición de estas alucinaciones sensoriales.

Los investigadores J. Allen Cheyne y Todd Girard propusieron en 2007 que el cerebro, al despertar en una situación de inmovilidad y vulnerabilidad, genera una respuesta instintiva de defensa. En palabras de Alderson-Day, “si somos presa, debe haber un depredador”. Así, la mente intenta llenar el vacío perceptivo, creando la ilusión de que alguien —o algo— está presente.

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El papel del cerebro y las expectativas sensoriales

En 2006, el neurólogo Shahar Arzy logró inducir artificialmente esta sensación al estimular eléctricamente la unión temporoparietal izquierda (TPJ), región del cerebro que integra señales del cuerpo y los sentidos. La paciente describió haber visto una figura de sombra que replicaba su postura. Años después, en 2014, otros experimentos demostraron que alterar las expectativas sensoriales mediante dispositivos robóticos también puede provocar la impresión de que alguien más está cerca.

Para Alderson-Day, estos hallazgos confirman que la sensación de presencia “no siempre es producto de causas sobrenaturales, sino de una desconexión temporal entre mente y cuerpo”. Su investigación más reciente, realizada en 2022, sugiere que esta experiencia puede aparecer también en situaciones de estrés extremo, dolor o pérdida emocional. En todos los casos, la mente interpreta señales corporales confusas como la proximidad de otra entidad.

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