En los últimos años, los suplementos alimenticios han pasado de ser un producto de farmacia a ocupar un lugar habitual en los hogares y en las redes sociales. Sin embargo, la nutricionista Rachel Woods, profesora de la Universidad de Lincoln, advierte en un artículo publicado en The Conversation que no todo lo que prometen es cierto. Según la experta, muchas de las afirmaciones que rodean a estos productos carecen de base científica y generan una falsa sensación de bienestar.
Woods sostiene que los alimentos integrales ofrecen beneficios que ningún suplemento puede igualar. “Los alimentos integrales proporcionan mucho más que nutrientes aislados”, afirma. Como ejemplo, menciona el salmón, que además de ácidos grasos omega-3 aporta proteínas, selenio y vitamina D. Todos estos compuestos actúan en conjunto dentro del organismo, algo que una cápsula no puede replicar. Por eso, recuerda que los suplementos deben servir como apoyo, nunca como sustituto de una dieta equilibrada.
La especialista advierte de que consumir suplementos sin control puede tener consecuencias negativas. Vitaminas como la A, D, E o K se acumulan en el cuerpo y, en exceso, pueden causar daño hepático o renal. Incluso algunas vitaminas del grupo B, si se toman de forma prolongada, afectan al sistema nervioso. Por ello, Woods insiste en la importancia de consultar con un médico o dietista antes de incorporar cualquier producto, especialmente durante el embarazo o si se siguen tratamientos farmacológicos.
Otro punto clave es la desinformación en redes sociales, donde influencers sin formación médica recomiendan suplementos con supuestos efectos “detox” o “reforzantes del sistema inmune”. La autora recuerda que estas expresiones son términos publicitarios sin respaldo científico. En sus palabras, la industria de los suplementos prioriza las ventas antes que la salud. Su consejo final es claro: invertir en alimentos frescos y variados siempre será una opción más segura que confiar en promesas de resultados instantáneos.
En los últimos años, los suplementos alimenticios han pasado de ser un producto de farmacia a ocupar un lugar habitual en los hogares y en las redes sociales. Sin embargo, la nutricionista Rachel Woods, profesora de la Universidad de Lincoln, advierte en un artículo publicado en The Conversation que no todo lo que prometen es cierto. Según la experta, muchas de las afirmaciones que rodean a estos productos carecen de base científica y generan una falsa sensación de bienestar.