Lucía de la Riva, 'influencer': "Tengo un máster y dos carreras, pero lo que quiero es limpiar casas"

Lucía de la Riva se ha convertido en una sensación viral tras publicar un vídeo en el que rompe con todos los clichés sobre el éxito profesional. Con tono sereno y decidido, la joven afirma: “Tengo dos carreras y un máster y quiero ser limpiadora”, una declaración que ha generado miles de comentarios y aplausos por su sinceridad. Su reflexión cuestiona el modelo de vida basado en la ambición y reivindica algo tan simple —y tan complejo— como la paz mental.

La influencer reconoce que su decisión ha desconcertado a muchos. “Me preguntan si estoy loca, si me falta ambición, si no me da vergüenza”, dice en el vídeo, respondiendo con ironía a quienes ven su elección como un paso atrás. Para ella, sin embargo, limpiar casas no es un símbolo de fracaso, sino de libertad. “Dicen que estoy desaprovechando mi potencial, que una mujer inteligente no debería aspirar a barrer”, comenta, para después remarcar que lo que realmente desea es hacer algo que le dé paz, aunque no impresione en redes ni en LinkedIn. “No quiero una vida brillante, quiero una limpia”, resume.

Su discurso ha conectado con miles de personas que se sienten atrapadas en trabajos que no les llenan o en carreras que no les representan. Lucía no busca ascensos ni reconocimiento, sino vivir sin fingir. “No quiero ascensos, ni fingir que me importa lo que no me importa”, afirma, dejando claro que su bienestar está por encima de las expectativas sociales. Con su testimonio, lanza una crítica abierta a la presión constante por alcanzar el éxito y a la idea de que la valía personal depende de la carrera profesional.

El vídeo, grabado sin artificios y con una naturalidad que contrasta con los discursos motivacionales típicos, se ha propagado rápidamente por redes sociales. Muchos usuarios la han aplaudido por expresar lo que otros callan: que no todos aspiran a “ser más”, que hay quien prefiere una vida tranquila a una vida brillante. Su mensaje, directo y sin pretensiones, ha servido de espejo para quienes buscan una vida más sencilla, lejos de la sobreexposición y las comparaciones constantes. “No necesito tu aprobación, solo necesito una fregona y que me dejen en paz”, concluye Lucía, cerrando su mensaje con una mezcla de humor, rebeldía y ternura.