Laura Gómez, profesora: "Las tapas de las alcantarillas son redondas porque es la única figura que no puede caerse dentro de sí misma"

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Podría parecer una casualidad, pero no lo es. La forma circular de las tapas de alcantarilla tiene una explicación científica impecable y una profesora de Matemáticas se ha vuelto viral al resumirla con una frase tan clara como brillante: “Un círculo es la única figura que no puede caerse dentro de sí misma”.

Su explicación, acompañada de un ejemplo visual, ha servido para que miles de personas miren al suelo con otros ojos.

Una cuestión de geometría... y seguridad

Laura, la docente que protagoniza este vídeo, comienza con una pregunta sencilla: ¿por qué son redondas las tapas de alcantarilla? Su respuesta pone el foco en una propiedad matemática del círculo: cualquier diámetro del mismo es constante, algo que no ocurre en figuras con vértices. “Si la tapa fuese cuadrada, rectangular o triangular, al moverla en alguno de los ángulos, seguro que puede colarse por la abertura”, explica.

En cambio, una tapa circular no puede caerse por el hueco, por más que se gire o se coloque en diferentes posiciones. Su forma impide que el diámetro de la tapa sea inferior al del orificio, garantizando así una seguridad estructural que no ofrecen otras figuras geométricas.

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Ventajas que van más allá del agujero

La forma redonda no solo evita accidentes. También tiene ventajas prácticas. Tal como señala la profesora, “a la hora de transportarlas es mucho más fácil moverlas rodando”, lo cual ahorra esfuerzo y maquinaria en su manipulación diaria. Mover una tapa cuadrada o triangular de hierro, sin ir más lejos, sería mucho más complicado.

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Otra razón clave es su resistencia: las tapas redondas distribuyen mejor la presión del terreno y del tráfico. Su geometría reparte las cargas de forma uniforme, lo que permite que soporten grandes pesos sin deformarse ni romperse.

Siempre encajan, sin importar cómo

Una última ventaja es la facilidad de instalación. Como destaca la profesora, “no importa la orientación, al colocarla, siempre encaja”. En una tapa cuadrada, triangular o con formas irregulares, el operario tendría que alinear la pieza con precisión. Con las circulares, el proceso es mucho más ágil y sin margen de error.

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Una lección para recordar al caminar

El vídeo termina con un mensaje directo: “La próxima vez que veas una alcantarilla redonda, espero que te acuerdes de mí”. Y lo cierto es que es difícil no hacerlo. Su forma no es fruto del azar, sino de una combinación perfecta entre geometría, ingeniería y sentido común. Gracias a la ciencia (y a Laura), lo que parecía solo una tapa se convierte en una lección magistral que ahora muchos no podrán dejar de ver bajo sus pies.