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Qué significa dejar siempre todo para última hora, según la psicología
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CONDUCTA EMOCIONAL

Qué significa dejar siempre todo para última hora, según la psicología

Un hábito cotidiano que esconde mucho más de lo que parece y que la psicología explica con claridad sorprendente

Foto: Mujer estresada en el trabajo (Istock)
Mujer estresada en el trabajo (Istock)

Retrasar las tareas una y otra vez no siempre se debe a la pereza o la desorganización. La procrastinación, según la psicología, es una respuesta emocional ante el miedo, la presión o la inseguridad. Quien procrastina tiende a aplazar lo importante para evitar el malestar que generan ciertas obligaciones. Este hábito crea un ciclo de ansiedad y culpa del que resulta difícil salir sin comprender sus causas.

En el ámbito universitario, la procrastinación se ha convertido en un fenómeno habitual. La mayoría de los estudiantes reconoce haberla experimentado, especialmente en épocas de exámenes o entregas. Las exigencias académicas, la competencia y el miedo al error suelen agravar este comportamiento. Según explican en el portal Psicología y Salud, no se trata de falta de tiempo, sino de dificultad para gestionar las emociones asociadas al rendimiento y al fracaso.

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Las raíces de este patrón se encuentran, en muchos casos, en la infancia. Crecer en entornos donde el éxito se premia y el error se castiga puede generar temor a no cumplir las expectativas. En cambio, quienes han aprendido a aceptar los fallos como parte del aprendizaje desarrollan una actitud más flexible y constante. El entorno familiar y educativo desempeña, por tanto, un papel esencial en la formación de este hábito.

Para superar la procrastinación, los psicólogos recomiendan dividir las tareas en pasos pequeños, crear rutinas realistas y practicar la autocompasión. Cuando el problema se vuelve persistente, la terapia cognitivo-conductual puede ayudar a modificar los pensamientos que lo alimentan. Entender que no es pereza, sino un reflejo emocional, es el primer paso para recuperar el control y mejorar el bienestar personal.

Retrasar las tareas una y otra vez no siempre se debe a la pereza o la desorganización. La procrastinación, según la psicología, es una respuesta emocional ante el miedo, la presión o la inseguridad. Quien procrastina tiende a aplazar lo importante para evitar el malestar que generan ciertas obligaciones. Este hábito crea un ciclo de ansiedad y culpa del que resulta difícil salir sin comprender sus causas.

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