El efecto 'Ricitos de Oro': la clave científica que podría frenar la adicción al móvil en los jóvenes
El uso excesivo del móvil entre los jóvenes se ha convertido en una forma de adicción que afecta su concentración, su descanso y sus relaciones personales
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El llamado efecto Ricitos de Oro está cobrando relevancia en la investigación sobre el impacto del uso de pantallas en los jóvenes. Este concepto plantea que ni un uso excesivo ni una restricción total son beneficiosos para la salud mental, sino que existe un punto medio donde el equilibrio tecnológico puede favorecer el desarrollo emocional y cognitivo.
El término procede del cuento infantil en el que Ricitos de Oro busca aquello que le resulta “justo” en tamaño o temperatura. A partir de esta idea, un estudio publicado en la revista científica Psychological Science (SAGE Journals) propone que la relación entre bienestar y tiempo de exposición a las pantallas sigue una curva similar: ni demasiado ni demasiado poco. Según los autores, las herramientas digitales pueden tener un efecto positivo siempre que se usen con moderación y supervisión.
El punto óptimo entre uso y exceso
El psiquiatra Daniel Ilzarbe, especialista en psiquiatría infanto-juvenil y en adicciones, explica que este fenómeno “viene a decir que en el centro está la virtud”. “Sigo con atención diversos estudios que ya hablan del efecto Goldilocks, cuya traducción sería el ‘efecto Ricitos de Oro’”, señala el experto. “Si recuerdas el cuento, la niña iba a la casa de los osos y se encuentra con vasos, mesas o camas de distintos tamaños. Ricitos va probando hasta que se queda con el vaso, la silla o la cama que le viene bien”, explica para la Universitat Oberta de Catalunya.
La clave está en un uso razonable, supervisado y consentido de los dispositivos digitales. Diversos estudios que han tratado de analizar datos de pantallas desde esta óptica se preguntan qué pasaría si se hace un uso razonable, supervisado y consentido. Algunos empiezan a apuntar a que este es el punto óptimo. Así, el efecto Ricitos de Oro se convierte en una herramienta para comprender cómo las pantallas pueden integrarse de forma saludable en la vida cotidiana de los adolescentes.
El reto, según los expertos, pasa por educar en la autorregulación digital y establecer rutinas de consumo consciente, evitando tanto la sobreexposición como la prohibición total. De esta manera, el equilibrio entre tecnología y bienestar se consolida como una de las claves para el desarrollo emocional de las nuevas generaciones.
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