La ciencia está poniendo el foco en la microbiota oral y su impacto más allá de la salud dental. Según explica la dietista integrativa Natalia Durán, la bacteria Porphyromonas gingivalis, presente de forma habitual en la boca, puede favorecer la inflamación que agrava el dolor articular y participar en el desarrollo de la artritis reumatoide. Esta enfermedad autoinmune, que afecta a unas 200.000 personas en España, podría tener su origen, en parte, en un desequilibrio bacteriano bucal y no solo en factores genéticos o reumatológicos.
Diversos estudios científicos, entre ellos los publicados en Frontiers in Immunology (2022) y Seminars in Arthritis and Rheumatism (2023), apuntan que la exposición a P. gingivalis eleva el riesgo de artritis y los niveles de anticuerpos incluso antes de que aparezcan los síntomas. La causa estaría en una enzima llamada peptidil-arginina deiminasa bacteriana (PPAD), que altera proteínas humanas y activa una respuesta autoinmune. Esto genera anticuerpos ACPA, característicos de la artritis reumatoide, que inflaman las articulaciones y dañan el cartílago con el tiempo.
Durán subraya que existen diferentes métodos para detectar la presencia de esta bacteria, como los análisis genéticos de microbiota, la PCR en saliva o las exploraciones periodontales realizadas por odontólogos. En algunos casos, los investigadores han hallado ADN bacteriano en el líquido sinovial, lo que refuerza su posible vínculo directo con la inflamación articular. “Cuidar la microbiota oral no solo ayuda a prevenir caries o gingivitis, también es fundamental para disminuir la inflamación sistémica y proteger las articulaciones”, explica la especialista.
Para mantener una microbiota equilibrada, la dietista recomienda medidas sencillas: una higiene bucal constante, el uso de probióticos orales y el oil pulling, una técnica tradicional que utiliza aceite de coco o sésamo para reducir bacterias. Asimismo, aconseja seguir una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, fibra y omega-3, junto con la eliminación del tabaco y el estrés crónico, dos factores que agravan la inflamación. “La salud empieza en la boca, y comprender esa conexión puede cambiar la manera en la que cuidamos nuestro cuerpo”, concluye Durán.
La ciencia está poniendo el foco en la microbiota oral y su impacto más allá de la salud dental. Según explica la dietista integrativa Natalia Durán, la bacteria Porphyromonas gingivalis, presente de forma habitual en la boca, puede favorecer la inflamación que agrava el dolor articular y participar en el desarrollo de la artritis reumatoide. Esta enfermedad autoinmune, que afecta a unas 200.000 personas en España, podría tener su origen, en parte, en un desequilibrio bacteriano bucal y no solo en factores genéticos o reumatológicos.