Matías Muñoz, psicólogo: "No se trata de ser una copia ni una oposición de nuestros padres, sino de diferenciarnos con conciencia"

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El reconocido psicólogo y escritor Matías Muñoz analiza la forma en que las experiencias familiares moldean nuestra manera de amar y relacionarnos. En una entrevista concedida a La Nación, explica que su libro Tras las huellas del amor busca ofrecer herramientas para revisar los vínculos aprendidos en la infancia y transformar aquellos patrones heredados que limitan el crecimiento personal. Su propuesta parte de una premisa clara: entender nuestra historia emocional para reconciliarnos con el pasado y poder amar desde la libertad.

Muñoz subraya la importancia de honrar y agradecer a los padres, incluso cuando el afecto que recibimos no fue perfecto. “Nuestros padres nos dieron la vida; sin ellos no existiríamos”, afirma. Según el especialista, este reconocimiento es fundamental para sanar heridas antiguas y dejar de cargar con resentimientos. Aprender a mirar con compasión a quienes nos criaron, añade, ayuda a integrar las experiencias dolorosas y a valorar también los gestos amorosos que a veces la memoria olvida.

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Durante la conversación, el psicólogo sostiene que solo se puede amar lo imperfecto, citando al terapeuta alemán Bert Hellinger. Aceptar las limitaciones de nuestros progenitores, señala, permite hacer lo mismo con las nuestras y liberar las emociones reprimidas. En cambio, quedarse anclado en la queja o en el reproche impide avanzar. “Rechazar la historia familiar nos lleva a repetirla; comprenderla nos da la oportunidad de cambiarla”, resume Muñoz, apelando a una visión madura y empática de las relaciones humanas.

Para el autor, el desafío está en practicar la diferenciación consciente: tomar lo valioso de la herencia emocional y transformar lo que nos hiere. “No debemos ser una copia ni una oposición de nuestros padres, sino elegir con conciencia qué conservar y qué dejar atrás”, explica. Este proceso, concluye, es una invitación a pasar “del amor que aprendí al que elijo vivir”, un camino que nos permite crear vínculos más auténticos, compasivos y plenos.