Transforma tus plantas en arte: el método japonés de las kokedamas que arrasa en hogares y redes

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Las kokedamas se han convertido en una de las formas más originales de decorar con plantas, combinando arte y naturaleza en un mismo concepto. Este método de jardinería, originario de Japón hace más de cinco siglos, consiste en envolver las raíces de la planta en una esfera de tierra recubierta de musgo, que actúa como una maceta natural. Su aspecto artesanal y su simbolismo han conquistado tanto a los amantes de la jardinería como a los usuarios de redes sociales, donde son tendencia por su sencillez y estética zen.

El término “kokedama” significa literalmente “bola de musgo” y refleja su esencia: una técnica que busca cultivar en armonía con el entorno. Para elaborarla se necesitan materiales básicos como sustrato universal, arcilla o akadama, musgo natural, hilo de yute y una planta de interior. El proceso comienza formando una bola de tierra alrededor de las raíces, que luego se cubre con musgo húmedo y se sujeta con hilo para mantener la forma. El resultado puede colocarse sobre una base decorativa o suspenderse, creando un efecto flotante muy característico.

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Aunque las kokedamas parecen delicadas, su mantenimiento es sencillo si se siguen unas pautas básicas. El riego por inmersión es la clave: basta con sumergir la esfera en agua durante unos minutos hasta que deje de salir aire, dejando escurrir el exceso antes de colocarla en su sitio. Deben ubicarse en zonas con luz indirecta y mantenerse húmedas pulverizando agua sobre el musgo, especialmente en climas secos. En verano, el riego se repite cada tres o cuatro días; en invierno, una vez por semana suele ser suficiente.

Más allá de su valor decorativo, las kokedamas representan una forma de conexión con la naturaleza. Cada pieza es única, elaborada con calma y atención, lo que la convierte en un símbolo de serenidad y equilibrio. Además, se consideran un regalo lleno de significado, ya que simbolizan unión, fuerza y buenos deseos. Con los cuidados adecuados, pueden vivir varios años, aportando un toque natural y armonioso a cualquier rincón del hogar.