Marc Romera, nutricionista: "Tu cuerpo no puede utilizar el glucógeno ya almacenado porque estás comiendo cada tres horas"
Ha vuelto a sacudir las redes con una reflexión que cuestiona uno de los hábitos más extendidos en la alimentación moderna: comer cada tres horas
Marc Romera ha vuelto a sacudir las redes con una reflexión que cuestiona uno de los hábitos más extendidos en la alimentación moderna: comer cada tres horas. En su último vídeo, el nutricionista explica que este patrón impide que el organismo utilice las reservas de glucógeno —la forma en la que el cuerpo almacena energía—, lo que puede acabar generando aumento de peso y desequilibrios hormonales.
“Tu cuerpo no puede utilizar el glucógeno ya almacenado porque estás comiendo cada tres horas mientras trabajas sentado delante de un ordenador”, afirma Romera, quien advierte de que este comportamiento genera una elevación constante de la glucosa en sangre y una liberación continua de insulina. “El problema no está en que la insulina suba, sino en que lo haga de manera permanente en un cuerpo que no está preparado para gestionarlo”, añade.
Romera sostiene que la insulina —una hormona clave para transportar la glucosa a las células— ha sido injustamente demonizada. “No es la mala de la película”, recalca. Según explica, su función es esencial para aprovechar la energía de los alimentos y evitar el catabolismo muscular. Sin embargo, el exceso de comidas y la falta de ejercicio provocan que sus niveles se mantengan elevados durante todo el día, lo que puede contribuir a problemas como la obesidad o la resistencia a la insulina.
El nutricionista insiste en que el contexto individual es determinante. “Elevar la insulina después de entrenar no es perjudicial, sino necesario”, señala, aludiendo a que el cuerpo precisa esa respuesta para reponer glucógeno y favorecer la recuperación muscular. En cambio, para quienes llevan una vida sedentaria o buscan perder grasa, esa constante ingesta de carbohidratos puede ser contraproducente.
Romera propone una alternativa sencilla: “Si tanto te preocupan los picos de glucosa, ¿no es mejor hacer una dieta cetogénica o introducir ayunos intermitentes bien planificados?”, pregunta, apelando a la lógica fisiológica del cuerpo. En su opinión, reducir la frecuencia de las comidas permite que el organismo recurra a las grasas como fuente de energía, lo que favorece la oxidación lipídica y mejora la sensibilidad a la insulina.
Más allá de los debates sobre carbohidratos o dietas, el experto hace un llamamiento a la calma. “Deja de obsesionarte con los picos de glucosa e insulina”, aconseja. En su lugar, invita a centrarse en los pilares de una vida saludable: comer comida real, entrenar fuerza, moverse, descansar y gestionar el estrés.
Romera subraya que el verdadero enemigo no es la insulina, sino el estrés crónico y el sedentarismo, dos factores que alteran el equilibrio metabólico y hormonal. “Somos seres complejos, y cada cuerpo responde de forma distinta. Lo importante es entender cómo funciona tu organismo y adaptar tu alimentación a tu estilo de vida”, concluye.
Marc Romera ha vuelto a sacudir las redes con una reflexión que cuestiona uno de los hábitos más extendidos en la alimentación moderna: comer cada tres horas. En su último vídeo, el nutricionista explica que este patrón impide que el organismo utilice las reservas de glucógeno —la forma en la que el cuerpo almacena energía—, lo que puede acabar generando aumento de peso y desequilibrios hormonales.