Lucía Galán, pediatra: "Cuanto más tiempo frente a la pantalla, menos tiempo de vida real, de movimiento y de aprendizaje social"

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El abuso de pantallas entre los menores es una de las grandes preocupaciones actuales de los profesionales sanitarios. En la provincia de Sevilla, se calcula que más de 222.000 niños de entre 0 y 11 años podrían estar expuestos a un uso excesivo de dispositivos electrónicos, una práctica asociada a problemas de comunicación, dificultades de sueño y ansiedad. Con el objetivo de sensibilizar a las familias, el centro comercial Los Arcos organizó una campaña de concienciación en la que participó la reconocida pediatra y divulgadora Lucía Galán Bertrand, más conocida como Lucía mi pediatra.

Durante una entrevista concedida a LA RAZÓN, la médica señaló que “el principal problema que observo en la infancia hoy en día es el exceso de pantallas y el sedentarismo que conllevan”. Explicó que esta exposición continuada afecta tanto al desarrollo físico como al emocional y social de los menores. “Los niños necesitan movimiento, juego libre, aburrirse e interactuar con otros para crecer de forma equilibrada. Todo eso se ve limitado cuando los dispositivos dominan su tiempo libre”, subrayó la especialista, destacando que el contacto humano sigue siendo esencial en las primeras etapas del desarrollo.

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Galán insistió en que “cuanto más tiempo frente a la pantalla, menos tiempo de vida real, de movimiento y de aprendizaje social”, advirtiendo que el uso prolongado puede alterar el lenguaje, la atención, la regulación emocional y la calidad del sueño. En su consulta observa claras diferencias entre quienes pasan horas frente a pantallas y quienes dedican su tiempo a actividades como el deporte, la lectura o el juego creativo, ya que estos últimos muestran mayor concentración, imaginación y habilidades sociales. Según recordó, los especialistas recomiendan evitar las pantallas antes de los seis años, salvo en casos de necesidades especiales.

La doctora alertó además de las consecuencias a largo plazo del uso abusivo de dispositivos, como la adicción digital, la baja tolerancia a la frustración y la disminución del esfuerzo. “Cuando el cerebro se acostumbra a la gratificación inmediata que ofrecen las redes sociales o los videojuegos, pierde capacidad de atención y constancia”, afirmó. Para frenar esta tendencia, Galán propone reforzar la educación digital en los colegios y fomentar actividades familiares sin tecnología. Con más de 1,2 millones de seguidores, considera que los profesionales sanitarios deben ofrecer información fiable y rigurosa para combatir la desinformación y promover una crianza más equilibrada y consciente.