Manuel Viso, médico: "Si comes nueces al menos dos veces por semana, reduces un 27% el riesgo de morir por enfermedad cardiaca"

• Guillermo Isasti, cardiólogo: "Basta con caminar a paso ligero al menos 30 minutos al día para reducir el riesgo cardiovascular"
• Aurelio Rojas, cardiólogo: "El exceso de azúcar antes de los dos años altera el metabolismo, afecta al cerebro y debilita las defensas"

Comer un simple puñado de nueces puede ser uno de los gestos más sencillos y efectivos para cuidar la salud del corazón. Así lo explica Manuel Viso en un vídeo divulgativo que se ha vuelto viral por la claridad con la que resume los beneficios de este fruto seco. “Si comes nueces al menos dos veces por semana, reduces un 27% el riesgo de morir por enfermedad cardíaca”, asegura, apoyándose en los resultados de estudios científicos recientes.

La evidencia acumulada en los últimos años avala lo que subraya Viso. Diversas investigaciones han constatado que quienes incluyen nueces en su dieta de forma habitual presentan tasas más bajas de mortalidad cardiovascular. Un metaanálisis que recopiló datos de más de 20 estudios encontró que un consumo de 28 gramos diarios de nueces —aproximadamente un puñado— se asocia con un descenso del riesgo relativo de enfermedad cardiovascular cercano al 21% y de mortalidad total en torno al 22%.

El beneficio de las nueces no es una mera intuición popular. Numerosos estudios han demostrado que este fruto seco, rico en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y fibra, tiene un impacto directo en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Uno de los hallazgos más llamativos, mencionado por Viso, es que quienes incluyen un puñado de nueces en su dieta de manera regular no solo viven más, sino que presentan menos riesgo de sufrir problemas coronarios.

Además, otro estudio citado en su exposición señala que una ración diaria de nueces puede reducir hasta en un 5% los niveles de colesterol LDL, conocido popularmente como “colesterol malo”. Aunque pueda parecer una reducción modesta, en términos de prevención cardiovascular supone una mejora significativa, ya que incluso pequeñas variaciones en el perfil lipídico reducen el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

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Viso destaca un dato especialmente revelador procedente de la Universidad de Harvard: sustituir tan solo una ración de carne roja a la semana por una de nueces se asocia con un menor riesgo cardiovascular. “No se trata de eliminar la carne roja de la dieta, sino de moderar su consumo y encontrar alternativas más saludables”, apunta.

En España, donde la dieta mediterránea ya ofrece una base de alimentos beneficiosos como el aceite de oliva, el pescado o las legumbres, incluir nueces de forma habitual puede reforzar todavía más esa protección natural frente a la enfermedad coronaria.

Uno de los temores habituales respecto al consumo de frutos secos es su aporte calórico. Sin embargo, los estudios a los que hace referencia Manuel Viso desmontan esa idea: no se ha encontrado evidencia de que un puñado de nueces al día suponga un aumento de peso. Al contrario, se trata de un alimento muy saciante que puede ayudar a reducir la ingesta de otros productos menos saludables y contribuir, indirectamente, a mantener un peso adecuado.

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Más allá de centrarse en un único alimento, Viso recuerda que el verdadero secreto de la salud cardiovascular reside en la combinación de varios factores. “Un puñadito de nueces diario y una dieta equilibrada junto con ejercicio físico es maravilloso para tu corazón”, afirma. De hecho, los cardiólogos insisten en que la prevención de la enfermedad coronaria pasa por un estilo de vida saludable que incluya alimentación variada, práctica regular de actividad física, control del estrés y abandono del tabaco. En ese marco, los frutos secos se convierten en un complemento perfecto y fácil de introducir en el día a día.

Las nueces pueden consumirse de muchas formas: como snack entre horas, mezcladas con yogur, ensaladas o avena en el desayuno, o incluso trituradas en salsas y cremas. La clave, según los expertos, está en tomarlas al natural o ligeramente tostadas, evitando las versiones fritas o con exceso de sal.

En la práctica, basta con un puñado —aproximadamente 30 gramos— para obtener beneficios significativos. Es una cantidad fácil de alcanzar y que se integra sin dificultad en cualquier patrón alimentario, desde los más tradicionales hasta los vegetarianos o veganos.