Roger-Pol Droit, filósofo y autor: “Una vida que no es examinada, no merece la pena ser vivida”

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La preocupación por el sentido de la existencia ha vuelto a escena de la mano del filósofo francés Roger-Pol Droit, que a sus 76 años sigue insistiendo en la necesidad de examinar la vida con espíritu crítico. En una reciente entrevista con Men’s Health, el pensador dejó una afirmación que resume bien su visión: “Somos nosotros y nuestra voluntad los que gobernamos nuestra propia existencia”.

Autor de más de cuarenta libros traducidos a más de treinta idiomas, Droit se ha consolidado como uno de los divulgadores de filosofía más influyentes de Francia. Su obra 101 experiencias de filosofía cotidiana es ya un clásico moderno, al que se suman títulos como Las religiones explicadas a mi hija o Un viaje por las filosofías del mundo. Ahora acaba de publicar Alicia en el país de las ideas, donde invita a reflexionar sobre preguntas esenciales: “¿Cómo vivir?”, o qué valores deberían guiarnos en tiempos de incertidumbre.

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El nuevo libro, que combina narración y reflexión, recurre a la figura de Alicia para explorar el legado de pensadores como Sócrates, Buda o Nietzsche. Se trata de un viaje filosófico que busca acercar a los lectores a la riqueza de la tradición intelectual, mostrando cómo las ideas han modelado nuestra manera de entender la vida y pueden seguir siendo herramientas útiles frente a los desafíos del presente.

El fanatismo y la posesión de la verdad

En la entrevista, Droit también abordó cuestiones como el auge del estoicismo en la actualidad: “Los acontecimientos son lo que son, algunos nos dan miedo, otros nos gustan, pero lo importante es no imaginarse que son ellos los que llevan el mando de nuestra existencia”, explica, aludiendo a Marco Aurelio y a la vigencia de la disciplina interior en tiempos convulsos. Para el filósofo, la clave está en distinguir lo que depende de nosotros de lo que escapa a nuestro control.

El filósofo insiste en una máxima que conecta con la tradición socrática: “Una vida que no es examinada, no merece la pena ser vivida”. Para Droit, la filosofía nunca ha sido aburrida, sino un ejercicio necesario para preguntarse, revisar ideas y encontrar en ellas nuevas formas de orientar la existencia.

Sus reflexiones invitan a pensar con otros y encontrar en ese diálogo la fuerza para orientar la existencia

Con un estilo claro y accesible, Droit advierte del riesgo de vivir sin preguntas: “No hacerse preguntas es estar convencido de que posees la verdad, porque para mí eso es el fanatismo”, señala. Su propuesta, más que dar respuestas cerradas, es invitar a pensar con otros y encontrar en ese diálogo la fuerza para orientar la existencia.