Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo: "Si comes la fruta entera o la trituras, consigues que mejore la microbiota y no aumente tanto la glucosa"
La manera en la que ingerimos la fruta puede transformar nuestro metabolismo y marcar la diferencia entre un pico de glucosa descontrolado o un impulso saludable para la microbiota intestinal
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La forma en la que consumimos la fruta puede marcar una gran diferencia en nuestra salud intestinal y en el control de la glucosa en sangre. Así lo asegura el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdaguer, que en sus intervenciones insiste en la importancia de no limitarse a los zumos, sino apostar por piezas enteras o preparaciones que conserven la fibra natural.
El especialista advierte de que, aunque los zumos de frutas como la naranja o la manzana están cargados de vitaminas y antioxidantes, también pueden provocar picos de azúcar muy elevados. “Un zumo de fruta, como el de naranja o manzana, te puede elevar la glucosa hasta el infinito”, señaló con contundencia. La clave, según él, está en la fibra, ese componente que solemos perder al exprimir.
Para Verdaguer, comer fruta en su estado natural o triturada —pero sin desechar la pulpa— genera beneficios que van mucho más allá de la saciedad. “Si comes la pieza de fruta entera o la trituras en forma de puré o smoothie incluyendo la fibra, consigues que aumenten metabolitos sanos en el intestino, mejore la microbiota y nunca suba tanto la glucosa”, explica en el vídeo.
Al ingerir fibra, el azúcar se absorbe de forma más gradual, lo que evita subidas bruscas en sangre y, a la vez, nutre a las bacterias intestinales que regulan múltiples procesos de nuestro organismo. Esto no ocurre con los zumos filtrados, en los que se pierde gran parte de ese material esencial para la digestión y la salud metabólica.
La fibra dietética ha pasado de ser la gran olvidada en la alimentación a convertirse en protagonista de muchos estudios científicos recientes. No solo mejora el tránsito intestinal, sino que también actúa como alimento de la microbiota. Estas bacterias producen metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta, que están vinculados a la protección frente a la inflamación, el sobrepeso y hasta algunas enfermedades metabólicas.
De ahí que Verdaguer recomiende apostar por los smoothies caseros, pero siempre con un matiz: hay que triturar la fruta entera. “Hacer un smoothie por las mañanas es una muy buena idea, siempre incluyendo la fibra", señala en su intervención.
El contraste entre un vaso de zumo y un batido de fruta con pulpa es más importante de lo que parece. El primero concentra el azúcar natural de varias piezas de fruta en un solo vaso y, además, prescinde de la fibra. El segundo mantiene intactos los nutrientes y, al no eliminar la pulpa, ralentiza la absorción de la fructosa. Este matiz puede parecer mínimo, pero a la larga supone un cambio significativo en los niveles de glucosa en sangre y en la salud intestinal. Para personas con tendencia al sobrepeso, resistencia a la insulina o riesgo de diabetes tipo 2, elegir una preparación u otra puede marcar la diferencia.
Las recomendaciones de Verdaguer se enmarcan en una visión práctica de la nutrición: no se trata de prohibir alimentos, sino de buscar la forma más saludable de consumirlos. En este caso, la propuesta es simple: sustituir los zumos filtrados por fruta entera o batida. Una pauta que no solo contribuye al control glucémico, sino que también favorece el equilibrio de la microbiota.
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La forma en la que consumimos la fruta puede marcar una gran diferencia en nuestra salud intestinal y en el control de la glucosa en sangre. Así lo asegura el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdaguer, que en sus intervenciones insiste en la importancia de no limitarse a los zumos, sino apostar por piezas enteras o preparaciones que conserven la fibra natural.