Marta Verona, chef y nutricionista: “La cerveza sin alcohol no es igual que la cerveza 0,0”

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La cerveza es mucho más que una bebida en España: es un ritual social que acompaña a comidas, tertulias y momentos con amigos y familiares. Su consumo suele estar ligado a la idea de relajarse y disfrutar de un rato agradable, especialmente durante el verano, cuando las terrazas se llenan y una jarra fría se convierte en un alivio frente al calor. Esta tradición ha favorecido que existan múltiples opciones para todos los gustos.

En los últimos años, cada vez más consumidores optan por variedades más suaves, mezcladas con gaseosa o limón para rebajar la intensidad de su sabor, o directamente por las versiones sin alcohol y 0,0. La idea es mantener la costumbre sin renunciar a la sensación refrescante, pero evitando los efectos del alcohol. Todo ello debido al auge de estas opciones responde también a una creciente preocupación por la salud y los hábitos de consumo responsable.

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Las marcas cerveceras han sabido adaptarse a esta tendencia, ofreciendo cada vez más variedades y sabores pensados para quienes no quieren renunciar al momento social, pero buscan alternativas más ligeras. Sin embargo, aquí se esconde un matiz importante que no todos conocen: la cerveza “sin alcohol” no está completamente libre de alcohol, algo que aclara la nutricionista y chef Marta Verona.

Marta Verona sobre la cerveza sin y la 0,0

“Si crees que cuando pides una cerveza sin alcohol no hay alcohol, te estás confundiendo. Y cerveza sin alcohol tampoco es lo mismo que cerveza cero”, advierte Verona en un vídeo publicado en sus redes sociales. La nutricionista incide en que la normativa permite etiquetar como 'sin' una bebida que contenga hasta un 1% de alcohol, lo que sorprende a quienes piensan que están bebiendo una alternativa totalmente libre de él.

Verona aclara que la diferencia entre la sin y la 0,0 está en el proceso de elaboración. “En el caso de las 'sin' controlan la fermentación, induciendo la temperatura y generando menos alcohol en el proceso”, explica. De esta forma, la bebida conserva parte de su graduación, aunque reducida. En cambio, la 0,0 “hacen una cerveza normal y después la calientan para evaporar todo su alcohol”, detalla.

Ahora bien, la experta advierte de un inconveniente en esta última técnica: “Durante el proceso podemos perder aromas, colores y propiedades organolépticas”. Es decir, aunque la 0,0 elimina el alcohol por completo, puede que no mantenga exactamente las mismas características sensoriales que la cerveza tradicional.