Desirée Llamas, psicóloga y terapeuta: "Cómo diferenciar los síntomas de ansiedad, estrés o miedo"
La psicóloga aclara las diferencias entre tres estados emocionales que a menudo se confunden. Con ejemplos sencillos, explica cómo identificarlos y por qué es importante reconocer qué sentimos para poder gestionarlo mejor
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Diferenciar entre miedo, ansiedad y estrés puede parecer complicado, pero la psicóloga Desirée Llamas lo explica con una claridad que desmonta cualquier confusión. A través de un vídeo divulgativo, desmenuza estas tres emociones tan comunes y, muchas veces, tan entrelazadas entre sí que es fácil no saber cuál es cuál.
"El miedo es una respuesta inmediata y aguda a un peligro real", afirma. Se trata de una emoción que aparece de golpe, ante un ruido fuerte, un coche que se acerca o una amenaza concreta que activa el sistema de alarma del cerebro. Según la psicóloga, el mensaje mental que se activa es claro: "Corre ya, protégete". Este mecanismo, explica, puede surgir de forma repentina, aunque también puede verse favorecido por estados previos como el estrés o la ansiedad.
@desireellamaspsicologa Miedo, estrés y ansiedad ¿cómo se relacionan? Te resumo (mucho): Miedo -> Es la reacción más intensa y breve, normalmente ante un peligro inmediato. Estrés -> Respuesta al "presente". Tu cuerpo se activa porque hay demandas que afrontar ahora mismo. Ansiedad -> Se proyecta al futuro, a lo catastrófico. Se caracteriza por la anticipación de lo que podría pasar. ¿Cómo se conectan? Algunos ejemplos: Un susto real (miedo) puede activar una respuesta ansiosa("¿y si vuelve a pasar?"). Ansiedad mantenida puede convertirse en estrés crónico porque desgasta recursos (sueño, energía, concentración). Estrés prolongado puede transformarse en ansiedad anticipatoria ("mañana será igual de duro"). Ansiedad alta puede hacerte vivir en alerta constante, como si todo fuera una amenaza y activar muy fácilmente el miedo (y facilitar asociaciones fóbicas). Entender estas diferencias ayuda a poner nombre a lo que sientes y empezar a regularlo.
♬ sonido original - Dra.Desirée Llamas| Psicóloga
El estrés, por su parte, responde a una demanda externa real. No es anticipación ni interpretación: es una reacción cuando la persona siente que no cuenta con los recursos suficientes para afrontar una situación concreta. Puede tratarse de una entrega laboral, un problema económico o un examen. "La mente te dice: no llego, me falta recurso, me falta tiempo", resume Llamas. Aunque puntual y útil en ciertas dosis, también puede cronificarse si las demandas del entorno se mantienen constantes.
La ansiedad es distinta: no hay un peligro real ni una demanda presente. Lo que hay es anticipación, escenarios futuros, amenazas que todavía no existen, pero que la mente se encarga de imaginar. "¿Y si me rechaza? ¿Y si no puedo? ¿Y si me vuelvo loca? ¿Y si me dejan?", enumera la psicóloga como ejemplos de pensamientos típicos de una mente ansiosa. Este tipo de respuesta, apunta, "es más difusa, puede aparecer incluso sin un estrés previo".
Pese a sus diferencias, las tres emociones tienen un punto en común: comparten circuitos cerebrales y pueden retroalimentarse entre sí. Un estado de ansiedad puede dar paso al estrés, o un estrés mantenido puede desembocar en miedo. Por eso, conocerlas y saber identificarlas es clave para gestionarlas mejor. Como concluye Desirée Llamas, "son tres respuestas diferentes que pueden encadenarse o retroalimentarse".
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