El puente más bonito (y peligroso) del mundo: flota, se mueve y no todos los conductores logran 'surfearlo' hasta el final

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En las profundidades montañosas de la provincia de Hubei, en China, se esconde una construcción tan inusual como fascinante. Quienes se atreven a visitarla deben prepararse para una experiencia que mezcla adrenalina, paisajes de ensueño y una buena dosis de vértigo. Se trata de un puente flotante que parece sacado de una película de aventuras, donde cada coche que lo cruza parece deslizarse sobre el agua como si estuviera surfeando las olas.

El paso, conocido popularmente como “el puente largo de los sueños”, no es apto para personas impresionables. Desde el momento en que el vehículo se adentra en esta pasarela curva y flotante, la sensación es clara: no hay final a la vista. Esta ilusión óptica es uno de los elementos que lo ha hecho viral en redes sociales, y es también el motivo por el que muchos deciden no arriesgarse a cruzarlo. El puente se balancea con el movimiento de los vehículos y crea pequeñas olas en la superficie del río, algo que intimida a más de uno.

Quienes consiguen superar el temblor de piernas y llegan al otro lado del río Shiziguan se encuentran con uno de los paisajes más espectaculares del centro de China. Rodeado por densos bosques y montañas casi impenetrables, el entorno invita a detenerse, respirar y contemplar. Hubei, con tesoros como el Parque Nacional de Shennongjia o el templo budista Guiyuan, ofrece una mezcla perfecta entre naturaleza, historia y misticismo. Pero nada causa más impresión que este puente flotante.

Un puente que desafía la lógica y la gravedad

Construido en 2016 por la compañía Shanghai Qihua, el puente flotante de Xuan o Qihua Dream Bridge fue ideado para conectar comunidades aisladas de la región, donde antes solo se podía cruzar el río en barca. Hoy, más que un acceso funcional, es una atracción turística que cada vez más visitantes se animan a grabar con sus móviles. Con 500 metros de longitud y 4,5 metros de ancho, se sostiene gracias a pontones de madera y vigas de acero que flotan sobre un tramo del río de hasta 60 metros de profundidad.

Uno de los aspectos más curiosos de su diseño es su curvatura: no se pueden ver ambos extremos del puente al mismo tiempo, lo que aumenta la incertidumbre de quienes lo cruzan. Además, su estructura no es fija; al estar sobre el agua, cualquier movimiento —especialmente el de los vehículos— genera pequeñas olas que se sienten bajo las ruedas. Esta característica ha llevado a muchos a compararlo con una experiencia de surf automovilístico.

La seguridad, pese a su apariencia frágil, está muy controlada. La infraestructura fue pensada para resistir el peso de hasta 10.000 peatones simultáneamente como el de automóviles, siempre que se respeten las normas. Circular a baja velocidad no es solo recomendable, es obligatorio, ya que cualquier exceso puede generar olas desestabilizadoras. En 2023, una furgoneta ignoró las normas, perdió el control y terminó en el río, provocando el cierre temporal del puente.

El puente Xuan es un claro ejemplo de cómo la ingeniería puede ser funcional, hermosa y absolutamente vertiginosa al mismo tiempo

Para quienes estén dispuestos a intentarlo, se recomienda consultar las condiciones climáticas antes de cruzar. Aunque se puede transitar todo el año, la temporada ideal para visitar la zona es en primavera, cuando la temperatura es suave y el entorno natural luce en su máximo esplendor. El puente Xuan es un claro ejemplo de cómo la ingeniería puede ser funcional, hermosa y absolutamente vertiginosa al mismo tiempo. Una prueba de fuego para conductores valientes y curiosos empedernidos.