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El alimento con más antioxidantes para frenar el envejecimiento y mejorar la salud digestiva
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Clave en la dieta japonesa

El alimento con más antioxidantes para frenar el envejecimiento y mejorar la salud digestiva

Contiene hasta 29 tipos diferentes de antioxidantes, lo que las sitúa entre los alimentos con mayor capacidad para combatir el envejecimiento celular

Foto: Hombre mayor ejercicio parque iStock
Hombre mayor ejercicio parque iStock

Los antioxidantes son compuestos esenciales para mantener el equilibrio del organismo y proteger las células frente al daño causado por los radicales libres, unas moléculas inestables que, en exceso, pueden provocar inflamación, envejecimiento prematuro y enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer. Aunque el cuerpo necesita cierto nivel de radicales libres para funciones como la división celular o la defensa inmunológica, un desequilibrio puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.

Para combatir su efecto nocivo, es clave adoptar hábitos saludables, entre ellos, una alimentación rica en alimentos antioxidantes. Entre todas las opciones, uno de los más destacados por su poder antioxidante y sus múltiples beneficios digestivos son las judías o alubias azuki, una legumbre originaria del este de Asia que está ganando popularidad en España por sus propiedades nutricionales y su versatilidad en la cocina.

La legumbre con mayor concentración de antioxidantes

Las adzuki o azuki son pequeñas legumbres rojas cultivadas en países como Japón, China o Corea, con una larga tradición en la medicina y gastronomía oriental. Según el portal especializado Healthline, estas judías pueden contener hasta 29 tipos diferentes de antioxidantes, lo que las sitúa entre los alimentos con mayor capacidad para combatir el envejecimiento celular y proteger frente a enfermedades inflamatorias.

Su consumo habitual puede ayudar a reducir la oxidación celular, frenar el deterioro natural de los tejidos y reforzar la salud del corazón. Además de su acción antioxidante, las judías azuki destacan por su alto contenido en fibra soluble y almidón resistente, dos componentes esenciales para el buen funcionamiento del sistema digestivo. Estas fibras alcanzan el colon sin ser digeridas y sirven de alimento a las bacterias intestinales beneficiosas. Durante ese proceso, se generan ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, relacionados con una mejor salud intestinal y una reducción del riesgo de cáncer de colon.

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También se ha observado que esta legumbre puede reducir la inflamación intestinal, mejorar el tránsito y reforzar la microbiota. Un estudio centrado en la variedad negra de azuki sugiere que su alta concentración de antioxidantes contribuye directamente a este efecto antiinflamatorio.

Son ricas en fibra y proteínas vegetales, lo que favorece un mejor control del azúcar en sangre. En concreto, la proteína presente en estas legumbres puede bloquear la acción de las alfa-glucosidasas, unas enzimas que descomponen los carbohidratos complejos. Al inhibir su función, se reduce la absorción de glucosa y, por tanto, los picos de azúcar tras las comidas, un mecanismo similar al que utilizan ciertos medicamentos antidiabéticos.

Cómo consumirlas

Como ocurre con otras legumbres, las judías azuki contienen antinutrientes que pueden dificultar la absorción de minerales. Para reducirlos y facilitar su digestión, los expertos recomiendan dejarlas en remojo durante al menos 12 horas, y en la medida de lo posible, fermentarlas o germinarlas. De esta manera, sus nutrientes se aprovechan mejor y se mejora la tolerancia digestiva.

Su versatilidad culinaria permite integrarlas en platos fríos como ensaladas o en guisos más contundentes para los meses fríos. En Asia también se utilizan para preparar postres tradicionales, como el popular anko, una pasta dulce elaborada con azuki cocidas y trituradas.

Los antioxidantes son compuestos esenciales para mantener el equilibrio del organismo y proteger las células frente al daño causado por los radicales libres, unas moléculas inestables que, en exceso, pueden provocar inflamación, envejecimiento prematuro y enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer. Aunque el cuerpo necesita cierto nivel de radicales libres para funciones como la división celular o la defensa inmunológica, un desequilibrio puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.

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