Bret Weinstein, biólogo: "Que cometas errores con tus hijos o les grites cuando no debas no es lo que les va a destrozar"

"Vas a cometer errores. Vas a gritarles cuando no deberías. Vas a hacer todo tipo de cosas que no deberías hacer. Eso no destroza a los niños", asegura el biólogo evolutivo Bret Weinstein en una de las reflexiones más virales del pódcast 'The Diary of a CEO'. Su mensaje, directo a los padres, rompe con la idea de que cualquier fallo puede dejar una huella permanente en los hijos.

Para Weinstein, el centro de la crianza está en el equilibrio: "La relación señal-ruido es en lo que tienes que centrarte". Lo que cuenta no es evitar errores, sino que los aciertos superen con claridad a los fallos. "En general, quieres que tus éxitos, las cosas que haces bien, superen suficientemente a las que haces mal, para que ellos capten la idea", resume.

El experto rechaza también la idea de que los niños actúan contra sus padres: "Su propósito no es manipularte. No es evadir tu autoridad. Están intentando entender cómo estar en el mundo". Y en ese proceso, los padres cumplen una función clave. "Tu trabajo como padre es reflejar el mundo en el que van a vivir, hacerlo de un modo que puedan captar el mensaje, para que puedan convertirse en...", explica, dejando claro que educar es acompañar, no controlar.

La sobreprotección tampoco entra en su esquema educativo. "No quieres un niño que entre en pánico cuando se enfrente a un peligro. Eso no es útil. Eso te mata", advierte. Lo importante, según él, es prepararles para los desafíos: "Lo que quieres es alguien que, cuando se enfrente a algo difícil, sepa aplicar las herramientas adecuadas".

Y ese aprendizaje no es instantáneo. Weinstein defiende que debe empezar con ejemplos sencillos y crecer con el tiempo. "Lo modelas para ellos. Y produces un mundo en el que existan ese tipo de desafíos, al principio de forma muy rudimentaria, y luego cada vez más sofisticada".

El mensaje final es contundente: "Está todo diseñado para funcionar". Un recordatorio poderoso de que educar no es hacerlo perfecto, sino hacerlo con coherencia, constancia y propósito.