Qué es el síndrome FOPO y por qué los expertos creen que vivimos una "epidemia silenciosa"
Cada vez más personas moldean su comportamiento según la mirada ajena, atrapadas en la necesidad constante de aprobación. Expertos advierten que este patrón emocional desgasta, limita y afecta seriamente la autoestima
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QFOPO, siglas en inglés de “fear of people’s opinions”, es el nuevo término que los psicólogos emplean para describir un fenómeno cada vez más común: el miedo paralizante a lo que otros piensen de nosotros. El psicólogo Michael Gervais, conocido por su trabajo con atletas de élite, acuñó el concepto y lo define como una “epidemia silenciosa” que limita el desarrollo personal y profesional. Según explicó en Forbes, quienes padecen FOPO suelen perder confianza en sí mismos y ven afectado su rendimiento.
Este miedo, según Gervais, actúa como un mecanismo anticipatorio. Las personas escanean su entorno en busca de aprobación y tratan de evitar cualquier posible rechazo, como explican en The New York Post. Esto genera un estado de hiperalerta social que termina por agotar los recursos mentales. Lo que está en juego no es solo el bienestar emocional, sino la capacidad de actuar con autenticidad, ya que muchas decisiones empiezan a tomarse no por lo que queremos, sino por cómo creemos que nos percibirán los demás.
El FOPO se manifiesta en gestos cotidianos como fingir que se ha visto una serie para no quedar excluido, reír chistes que no nos hacen gracia o sentir ansiedad al pedir en una cafetería con gente esperando detrás. Incluso actitudes aparentemente inofensivas, como no salir de la oficina antes que el jefe, responden a este patrón de comportamiento basado en la búsqueda de aprobación externa. Según Gervais, estos hábitos indican hasta qué punto hemos delegado nuestra autoestima en la mirada ajena.
La clave está en redefinir el punto de referencia: en lugar de preguntarse “¿me aceptan?”, deberíamos pensar “¿soy fiel a mi propósito?”
Las redes sociales agravan el problema. Al depender de los “likes” y comentarios como termómetro de validación, los usuarios acaban modificando su conducta para agradar al algoritmo y a su audiencia. Aparna Sagaram, terapeuta familiar entrevistada por HuffPost, advirtió que este proceso convierte las interacciones digitales en una fuente constante de estrés y comparación, haciendo que muchas personas vivan pendientes de cómo serán percibidas en lugar de centrarse en lo que realmente desean.
Cómo atajarlo
El FOPO no solo desgasta emocionalmente, sino que puede derivar en agotamiento profesional. Gervais subraya que este hábito consume energía que podría invertirse en tareas productivas o en la toma de decisiones coherentes con los propios valores. La clave, afirma, está en redefinir el punto de referencia: en lugar de preguntarse “¿me aceptan?”, deberíamos pensar “¿soy fiel a mi propósito?”.
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Para reducir el impacto de este fenómeno, los expertos recomiendan cuatro estrategias: definir un propósito vital que funcione como brújula interna, practicar la autoobservación para detectar momentos en que buscamos validación externa, limitar la exposición a contextos comparativos como las redes sociales y fomentar la autenticidad. Sagaram señala que cuanto más genuinos somos, más seguros nos sentimos, y eso reduce automáticamente la necesidad de aprobación constante.
FOPO es solo el último síntoma de una era marcada por la hiperconectividad y la presión social. Si FOMO representaba el miedo a quedarse fuera y JOMO celebraba la alegría de perderse cosas, este nuevo acrónimo alerta de una trampa más profunda: vivir bajo el juicio permanente de los demás. Reconectar con los propios valores y practicar la autocompasión puede ser la vía para salir de ese círculo y volver a ser dueños de nuestras decisiones.
QFOPO, siglas en inglés de “fear of people’s opinions”, es el nuevo término que los psicólogos emplean para describir un fenómeno cada vez más común: el miedo paralizante a lo que otros piensen de nosotros. El psicólogo Michael Gervais, conocido por su trabajo con atletas de élite, acuñó el concepto y lo define como una “epidemia silenciosa” que limita el desarrollo personal y profesional. Según explicó en Forbes, quienes padecen FOPO suelen perder confianza en sí mismos y ven afectado su rendimiento.