Ortega y Gasset, filósofo: "El hombre ha perdido el don de desear y no sabe bien para qué vivir"
Advierte que, tras esa cumbre, llega el vértigo. Porque ¿qué se hace cuando ya no queda nada por desear?
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Por fin podemos ver y escuchar a Ortega y Gasset. No en forma de citas impresas ni en sus libros de pensamiento, sino en un metraje casi milagroso conservado por RTVE. Un fragmento documental grabado a principios del siglo XXI muestra al pensador hablando ante la cámara, con una claridad que aún resuena. En apenas dos minutos, Ortega resume una idea que atraviesa su obra: el desencanto del presente tras haber creído alcanzar el paraíso prometido.
“Hace treinta años, creía el europeo que la vida humana había llegado a ser lo que tenía que ser” El pensamiento se ancla en un diagnóstico que parece vigente: durante décadas, generaciones soñaron con un mundo mejor, más justo, más pleno. Y cuando ese mundo pareció al fin estar al alcance de la mano, llegó también la desilusión. “El deseo muere de satisfacción”, sentencia.
Lo fascinante de este clip no es solo su rareza como documento audiovisual. Es la vigencia de su mensaje. Ortega habla de los tiempos que se sienten “en la altura”, épocas de plenitud donde las promesas del pasado parecen haberse cumplido. Pero advierte que, tras esa cumbre, llega el vértigo. Porque ¿qué se hace cuando ya no queda nada por desear?
El filósofo traza un paralelismo con Roma y cita incluso a Trajano, emperador que también hablaba de la “altura de los tiempos”. Es una advertencia sutil: cuando una sociedad se cree perfecta, corre el riesgo de perder el pulso vital. De caer en la complacencia, en el olvido de que vivir es, ante todo, proyectar hacia lo que todavía no existe.
La paradoja, dice Ortega, es brutal. La plenitud conlleva una trampa. El que se siente satisfecho ya no sueña. Y si no sueña, no actúa. El deseo desaparece como el zumbido de un insecto tras su vuelo final. “El hombre ha perdido el don de desear”, afirma, y en esa pérdida se explica gran parte del malestar de nuestro tiempo.
Pero no todo es pesimismo. Como buen lector de Cervantes, Ortega nos recuerda que lo valioso no es alcanzar la posada, sino el camino. El viaje, con todas sus asperezas, con todas sus frustraciones, es donde la vida cobra sentido. Y si hemos dejado de desear, tal vez solo necesitemos reencontrar el placer de caminar.
Este documento inédito no solo da voz y rostro a Ortega, también actualiza su pensamiento en un presente que sigue buscando respuestas. ¿Vivimos mejor que hace treinta años? Tal vez sí. ¿Somos más felices? Esa es otra cuestión. “El deseo es lo mejor de la vida.” Y no conviene perderlo.
Por fin podemos ver y escuchar a Ortega y Gasset. No en forma de citas impresas ni en sus libros de pensamiento, sino en un metraje casi milagroso conservado por RTVE. Un fragmento documental grabado a principios del siglo XXI muestra al pensador hablando ante la cámara, con una claridad que aún resuena. En apenas dos minutos, Ortega resume una idea que atraviesa su obra: el desencanto del presente tras haber creído alcanzar el paraíso prometido.